Intercambiar memorias, conocimientos, afectos, sensaciones e incertidumbres sobre la presencia del volcanes en vísperas de sus aniversarios es una oportunidad para incentivar la preparación ante erupciones en la vida cotidiana - durante la quietud volcánica -  y la ecología de saberes a nivel comunitario. 

La ecología de saberes y el diálogo de saberes son enfoques latinoamericanos que surgen como formas decoloniales de asumir la pluralidad de las prácticas científicas y de valorar la interdependencia y posibilidades de los saberes  territorializados. Conversamos sobre esto en la sesión "Hacia una etnovolcanología en Latinoamérica" en la conferencia Cities On Volcanoes 12 (Antigua Guatemala, Febrero 2024). 

Los encuentros afectivos entre volcanólogos/as y habitantes "mirando al volcán a los ojos", representan así un espacio y un momento que propicia un diálogo recíproco, en contextos rurales donde son necesarios y valiosos los intercambios entre el mundo local y el mundo científico. A estos los he llamado "diálogos afectivos" que van más allá del diálogo de saberes hacia una comunicación afectiva.

Buscamos incentivar el diálogo siguiendo los ritmos del volcán. Para ello nos reunimos a rememorar el pasado en el presente: mientras el volcán Lonquimay vuelve a mostrar signos de actividad sísmica tras 35 años de su última erupción; el volcán Calbuco está por cumplir una década desde su último respiro; y el volcán Antuco en su silencio envía señales de sismicidad que nos invitan a pensar cómo fue su última gran erupción hace 171 años atrás. 

Estos encuentros buscan contribuir al desarrollo de una Antropología de Volcanes en los Andes del sur de Chile y una Etnovolcanología en Latinoamérica.

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