Los embriones de ambos sexos presentan, en los comienzos de la embriogénesis del sistema reproductor, estructuras idénticas que irán diferenciándose durante el desarrollo. Así es factible encontrar, en embriones XX o XY, los mismos precursores de las gónadas y conductos accesorios. La información existente indica que el patrón femenino es el tipo básico de la diferenciación sexual en los mamíferos. El fenotipo o patrón masculino se desarrolla sólo bajo los efectos adicionales de factores genéticos específicos de embriones machos. En ausencia de esos factores, todos los embriones tienden a diferenciarse en sentido femenino. Por consiguiente, en los embriones genéticamente XX, las gónadas indiferenciadas y los conductos relacionados presentan una serie de modificaciones conducentes al desarrollo de las estructuras genitales de las hembras.
Conducto seminífero donde se observan los múltiples estadios de la espermatogénesis.
El testículo se encuentra rodeado por una túnica de tejido conectivo denso irregular, la túnica albugínea. De la albugínea parten proyecciones conectivas, trabéculas, que dividen al órgano en lobulillos incompletos. La pared de los túbulos seminíferos está revestida por un epitelio de varios estratos celulares, el epitelio seminífero, constituido por dos categorías de células: células de Sertoli (no germinales) y células espermatogénicas (células germinales). Entre los túbulos seminíferos, se encuentran las células intersticiales o endócrinas del testículo o de Leydig.
Las células de Sertoli adyacentes presentan uniones ocluyentes que forman la barrera hematotesticular, la cual protege a las gametas en desarrollo de la exposición al sistema inmune.
La próstata consiste en múltiples glándulas tubuloalveolares. Tiene dos partes: el cuerpo, cubriendo parte de la uretra; y la parte diseminada, localizada en la lámina propia–submucosa de la uretra. Los túbulos secretores, los alvéolos y conductos presentan epitelio cúbico o cilíndrico.
Imagen de la corteza ovárica donde se observan abundantes folículos primordiales y primarios, y un folículo terciario.
El ovario presenta una gruesa zona externa: la corteza, y otra zona interior que es la médula. La superficie del mismo está recubierta por una capa continua de epitelio cúbico o plano en algunas áreas, denominado epitelio de revestimiento. El tejido conectivo presente en la corteza se denomina estroma. El mismo está formado por células fusiformes, parecidas a los fibroblastos, y una trama compacta de finas fibras colágenas. En la parte periférica de la corteza, inmediatamente por debajo del epitelio superficial, el tejido conectivo forma una capa fibrosa densa: la túnica albugínea. Dispersos en el estroma cortical se observan los folículos ováricos en diferentes fases de desarrollo. La médula está constituida por un estroma menos celular y es más laxa la disposición de las fibras. Contiene abundantes vasos sanguíneos, nervios y conductos linfáticos.
Los folículos presentes al nacimiento se denominan folículos primordiales, que constan de un ovocito I en reposo de la primera división meiótica, rodeado por una capa de células foliculares planas que apoyan en una membrana basal. El ovocito se caracteriza por su forma esférica y un núcleo grande redondeado. Otros tipos de folículos ováricos que se desarrollan en forma sucesiva son: folículo primario, folículo secundario, folículo terciario y folículo maduro o de de Graaf.
El oocito primario se encuentra rodeado de epitelio simple plano formado por las células foliculares. Entre el oocito y el epitelio se forma la zona pelúcida.
Las células foiculares se vuelven cuboidales, formando un epitelio simple cúbico, rodeando un oocito primario.
Compuesto por un oocito primario rodeado de un epitelio estratificado de células foliculares poliédricas, ahora denominadas células de la granulosa.
Compuesto por un oocito primario rodeado por un epitelio estratificado de células de la granulosa. Rodeando, se encuentran múltiples células estromales, llamadas tecas, diferenciadas en 2 capas, interna y externa. Comienzan a formarse vesículas llenos de líquido entre las células granulosas.
También llamado terciario maduro. Se formó el antro folicular lleno de líquido. El oocito (primario o secundario en la mayoría de las especies previo a la ovulación) está rodeado por un conjunto de células de la granulosa, llamado corona radiata, unido al resto de las células granulosas por el cúmulo oóforo. Por fuera, rodean las tecas.
Consiste de mayormente de células de la granulosa luteinizadas, junto a células de la teca luteinizadas derivadas de la teca interna.
Imagen de un pliegue de oviducto de yegua. Se aprecia el epitelio simple cilíndrico ciliado.
El oviducto –o trompa de Falopio– presenta epitelio simple o pseudoestratificado cilíndrico con cilios en la mayoría de las células. Las células no ciliadas tienen actividad secretora, lo cual sirve para nutrir al óvulo y cigoto. Por debajo del epitelio, la lámina propia se continúa con la submucosa, ambas de tejido conectivo laxo con abundantes células inmunitarias. Hacia la luz, el oviducto presenta múltiples pliegues.
Sección completa de la pared uterina donde se observa el endometrio hacia la derecha, el miometrio en medio y el perimetrio hacia la izquierda.
La pared uterina se compone de tres capas denominadas endometrio (túnicas mucosa y submucosa), miometrio (túnica muscular) y perimetrio (túnica serosa). El epitelio superficial del endometrio varía según el momento del ciclo estral en respuesta a la variación hormonal. También varía de acuerdo a la especie: en yegua, perra y gata, el epitelio superficial es simple cilíndrico; en cerda y rumiantes, es cilíndrico pseudoestratificado y/o cúbico simple. El tejido conectivo laxo subyacente se encuentra ricamente vascularizado y en él se encuentran las glándulas endometriales, las cuales son glándulas exócrinas tubulares ramificadas en la mayoría de las especies. El miometrio presenta 2 capas de músculo liso (circular y longitudinal) con una capa vascular entre ellas (estrato vascular). El perimetrio consta de una serosa.
Imágenes adaptadas del libro "Essentials of Domestic Animal Embryology", Hyttel et al. (2009).
Esta clasificación toma en cuenta las capas tisulares presentes en las placentas y se denominan según las capas que entran en contacto.