Las Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento (TAC) están directamente vinculadas a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), por lo que comparten las mismas herramientas tecnológicas.
Las TIC pueden ser definidas como “el conjunto de recursos, herramientas, equipos, programas informáticos, aplicaciones, redes y medios, que permiten la compilación, procesamiento, almacenamiento, y transmisión de información”(Medina, Millán Duque & Murillo, 2015), mientras que las TAC buscan recontextualizar el uso de estas herramientas en los ambientes de aprendizaje para permitir la exploración al servicio del aprendizaje y de la adquisición de conocimiento (Velasco, 2017).
Bajo estas premisas, entendemos que al utilizar las TICs para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje en entornos educativos, comenzamos a hablar de las TAC, “por lo que resulta necesario que los docentes conozcan las características y las ventajas de la incorporación a las aulas de estos contenidos educativos digitales”(Moya López, 2013).
En esta sección le brindamos la información necesaria para reconocer el conjunto de estrategias y recursos TAC disponibles que facilitan el diseño de contenidos e interacciones para promover el acceso al conocimiento, y potenciar el aprendizaje en entornos digitales.
Las TAC pueden ser categorizadas según una serie de funciones facilitadas por la aplicación de las TIC en la educación (Casasola Fernández, 2021). A continuación, les presentamos estas funciones junto a algunos ejemplos de estrategias y recursos digitales TAC que pueden facilitarlas (Velasco):
Permiten escribir, dibujar, crear presentaciones y un sinfín de elementos gráficos más, en la medida en que estas herramientas formen parte de una actividad formativa y contribuyan en la formación del alumnado podrán ser denominadas TAC.
Tanto presencial como virtual, las TIC ponen a nuestro alcance dispositivos y plataformas que facilitan el intercambio de documentos y recursos, el trabajo simultáneo, la tutoría, los trabajos de colaboración, etc.
La infinidad de recursos y la gran diversidad de herramientas que permiten crear contenidos propios y adaptados posibilitan un universo de entrenamiento y aprendizaje difícilmente comparable con otros soportes. Hablamos de utilidades que van desde lo simple (sustitución del libro de texto, por ejemplo) hasta lo más elaborado (diseño de un recorrido de actividades virtuales autoevaluables, por ejemplo).
Herramientas para el diagnóstico y la orientación de nuestro alumnado. Los discentes disponen, a su vez, de numerosos recursos para el entrenamiento específico de aspectos que pueden estar afectados por la presencia de barreras que limitan su acceso, presencia, participación o aprendizaje, con la carga de motivación y distensión que las TIC implican.
Posibilidad de generar escenarios evaluadores que agilicen el proceso de evaluación y reduzcan el factor negativo que la concepción de evaluación tiene para el alumnado. También nos permitirán ofrecer feedback inmediato.