Introducción

Un motor es un sistema capaz de convertir algún tipo de energía en energía mecánica capaz de realizar trabajo. El motor eléctrico transforma la energía eléctrica que aparece en la interacción de un campo magnético y un cable por el circula corriente eléctrica en movimiento mecánico. Así, un motor eléctrico está formado por un imán permanente y una espira de corriente situada en sus proximidades. Un motor eléctrico puede estar alimentado por fuentes de DC (baterías, rectificadores, ...) o de AC (inversores, la propia red eléctrica, ...).

Los motores eléctricos más grandes (100 MW) se usan para propulsar de barcos o labores de compresión en tuberías industriales pero se puede encontrar motores eléctricos en numerosos campos de aplicación como ventiladores industriales, ascensores, maquinaria y herramientas, electrodomésticos e incluso para hacer girar los discos duros magnéticos en un PC.

Los motores eléctricos son muy eficientes (en torno a un 95% frente al 50% de los de combustión interna) y además son de bajo peso, dimensiones reducidas y mecánicamente simples de producir. Po otro lado, son capaces de producir torque a cualquier velocidad. Por estos motivos, en la actualidad la industria de la automoción está en pleno proceso de cambio de los motores de combustión en vehículos a motores eléctricos. La mayor limitación para este cambio son las baterías, tanto en lo referente a su coste de fabricación como a su tamaño, con el objetivo de poder conseguir autonomías del orden de cientos de kilómetros.

Para entender su funcionamiento encontrarás información útil en: