Fundamento Físico

Un motor eléctrico se basa en el torque que experimenta una espira conductora por la que circula una corriente en presencia de un campo magnético.

El campo magnético constante se genera gracias a un imán permanente. Por otro lado, creamos una espira (o mejor varias espiras = bobina) con un hilo conductor y hacemos que circule una cierta corriente al conectar los extremos a una batería. 

En el tema de Magnetoestática hemos visto que la fuerza neta que actúa sobre una espira es nula. Sin embargo actúa un par de fuerzas  (o torque o momento de una fuerza) que  hace girar la espira de forma que se alinee su momento magnético con el campo magnético aplicado.

Para que el motor gire continuamente, necesitaremos:

(1) que la bobina pueda girar libremente sin que se retuerzan ni doblen los cables.

(2) evitar que una vez que pase por la posición en la que el momento magnético y el campo están alineados, se frene y gire en sentido contrario. Para ello, la corriente no debe de atravesar las espiras durante parte del giro. Una solución sencilla es tener un aislante en la mitad del alambre (ver detalle), por ejemplo el esmalte o plástico que suele recubrir el propio cable. En ocasiones, el propio giro hace que pierda contacto momentáneamente y siga girando.

Esquema del motor eléctrico. Una espira de corriente introduce sus extremos en dos imperdibles conectados a polos opuestos de una pila. Sobre ella y enfrentada al área de la espira, hay un imán.