Favorecen el aprendizaje interactivo y lúdico.
Estimulan el desarrollo cognitivo y habilidades digitales.
Facilitan el acceso a recursos educativos variados.
Preparan a los niños para un mundo digital.
Mejoran la comunicación entre padres y educadores.
La frecuencia de uso de las TIC en niños debe ser equilibrada y supervisada. Se recomienda:
Edad temprana (hasta 2 años): Mínimo o nulo, enfocándose en la interacción social y el juego físico.
Edades preescolares (2-5 años): Limitar a una o dos horas al día, con contenido educativo de calidad.
Edades escolares (6-12 años): Hasta 1-2 horas al día para tareas educativas y actividades recreativas, con supervisión.
Adolescentes (13+ años): Hasta 2 horas al día para tareas escolares y tiempo de ocio, con límites razonables.
La clave está en equilibrar el tiempo de pantalla con actividades físicas, interacciones sociales y otras experiencias educativas. Además, es esencial que los padres supervisen el contenido y promuevan un uso responsable de las TIC