Evaluar LA información

Para empezar: buscar con rigor


Utilizamos constantemente la información para tomar decisiones de todo tipo (personales, profesionales, académicas, relacionadas con la salud, políticas…) en nuestras vidas. Por ello, hemos de aprender a solventar nuestras necesidades de información con fuentes adecuadas.


Y para ello:


Actualmente, nuestra principal puerta de acceso a la información es Internet, que ha supuesto la mayor innovación y revolución tecnológica desde el siglo XX.  ¿Cómo nació Internet? Internet surgió de una iniciativa militar promovida por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de Estados Unidos en los años sesenta (siglo XX). En la web de Maldita.es puedes leer un resumen (actualizado en 2022) sobre el origen de Internet: https://maldita.es/malditatecnologia/20220517/internet-red-universidades-ejercito-estadounidense-web/. También se presenta un resumen interesante en este corto documental de Simonfilm (2011): https://www.youtube.com/watch?v=i4RE6dBAjH4 


Hay que conocer los peligros que esconde Internet si no tomamos conciencia de la necesidad de buscar de manera organizada y con rigor; peligros como, por ejemplo:



Es importante que entendamos que vamos a recuperar información (information retrieval), es decir, que necesitamos localizar y acceder a recursos de información pertinentes para la necesidad informativa que ha generado la búsqueda. 

Accedemos a Internet a través de buscadores (como Google, Yahoo!, Bing, Ask, DuckDuckGo, AOL, Startpage, Dogpile y otros). ¿Te suenan? Posiblemente tu buscador recurrente o quizás el único sea Google, que plantea muchos problemas de privacidad. Para reflexionar y conocer algunos buscadores y apps alternativas a las habituales, quizás te resulten de interés estos enlaces:


Los buscadores están diseñados para rastrear Internet y localizar páginas web que se van almacenando en su base de datos. Un buscador se compone básicamente de tres partes (simplificando mucho): 


¿Crees que cuando indagas algo a través de un buscador accedes a todo lo que hay en Internet? Lo cierto es que no es así, entre otras cosas porque existe la deep web, es decir, Internet profunda​, invisible​ u oculta, que​ es el contenido de Internet que no está indexado por los motores de búsqueda convencionales, debido a diversos factores relativos a la seguridad o la privacidad. 

La búsqueda en Internet es mucho más compleja y peliaguda de lo que parece, y por lo general no nos paramos a pensarlo cuando buscamos algo desde nuestro ordenador o teléfono móvil. 


Recomendaciones básicas:


Google tiene un formulario de búsqueda avanzada muy sencillo y útil que te ayudará a no perder tanto tiempo en Internet y a buscar con más eficacia y rigor. Cuando entras en Google esa opción avanzada no aparece a primera vista. Pregúntate por qué. Y mira aquí cómo encontrarla:


También puede interesarte conocer el servicio de alertas de Google, que permite localizar información de forma automática en Internet. Defines un perfil de búsqueda con las palabras clave que te interesen y automáticamente (con la periodicidad que elijas) te llegará un correo con los enlaces donde esas palabras clave aparezcan. La alerta se puede dar de baja cuando desees. 


Buscar información requiere paciencia y planificación. Si llegas a un callejón sin salida o los resultados son demasiados (ruido documental), repiensa las palabras clave o la pregunta subyacente, amplía o restringe la pregunta, utiliza otro buscador, recuerda que es altamente recomendable hacer una búsqueda avanzada… El proceso de búsqueda y descubrimiento de fuentes y recursos de información no es lineal sino iterativo, requiere flexibilidad y, ante todo, reflexión constante. 


Evaluar la información


Vivimos en la sociedad de la información. El reto creciente es aprender a pensar críticamente sobre los recursos e informaciones que utilizamos y compartimos. Para ello hay que evaluar la información, es decir, hacernos preguntas para comprobar su calidad y fiabilidad. Porque la información tiene valor y hay que aprender a utilizarla y compartirla siempre desde una perspectiva crítica y, en consecuencia, ética. 


Existen diversas plataformas de verificación de la información que conviene conocer:



Para comprobar imágenes o vídeos, se puede hacer una búsqueda inversa:



¿Cómo evaluar la información? En todo caso, es esencial aprender a entrenar el pensamiento crítico individual para evaluar toda información:


Hay diversos listados de criterios, modelos y métodos que pueden ser de utilidad. A continuación tienes un resumen de algunos métodos en concreto.


Test CRAAP


El test CRAAP fue creado por Sarah Blakeslee y su equipo de personal bibliotecario en la California State University. 

CRAAP (que toma el nombre de sus siglas en inglés: Currency, Relevance, Authority, Accuracy y Purpose) pretende que te hagas varias preguntas al consultar una fuente de información, especialmente las que están en línea, para decidir si es adecuada y de calidad:


El test CRAAP es básico, sencillo y útil, y puede entenderse como un punto de partida que conviene complementar con técnicas como la lectura lateral (lateral reading), que de manera resumida se refiere a buscar información sobre una fuente, mientras la consultas, para contrastarla. 


Lectura lateral

La lectura lateral (lateral reading) consiste básicamente en buscar información sobre una fuente mientras la lees, para, por ejemplo, comprobar la actualidad, la relevancia, la autoridad, la exactitud y el propósito (test CRAAP) leyendo lo que otros sitios dicen sobre esa fuente. Esto es diferente de la lectura vertical, en la que solo se observa la información que el propio sitio o web te proporciona.

El concepto de lectura lateral se originó en la investigación del Stanford History Education Group (SHEG) bajo la dirección de Sam Wineburg, y es un procedimiento que emplean las agencias profesionales de verificación informacional y que actualmente se incluye en diversos métodos para la evaluación de la información, como los métodos SIFT y PANTERA. 

Método SIFT

Método ideado por Mike Caulfield (Washington State University Vancouver, más info en: https://hapgood.us/2019/06/19/sift-the-four-moves/). Puede resultarte útil esta infografía de licencia abierta elaborada desde las bibliotecas de la Universidad de Oregon: https://researchguides.uoregon.edu/fakenews/sift. 

SIFT plantea cuatro pasos: 

Párate. Investiga la fuente. Encuentra mejor cobertura. Rastrea afirmaciones, citas y lo que dicen los medios de comunicación, para llegar hasta el contexto y la fuente original de la información.

Sobre SIFT y lectura lateral, puedes encontrar recomendaciones claras en esta página preparada desde las bibliotecas de la Central Michigan University: https://libguides.cmich.edu/web_research/lateral 

 

Método PANTERA

Método ideado desde España por Learn to Check (https://learntocheck.org/), proyecto educativo y divulgativo que pretende reflexionar sobre la desinformación y acercar la verificación digital y la educación mediática a la sociedad, dirigido por Nereida Carrillo. 

El método PANTERA propone que reflexionemos sobre varios aspectos. La información que sigue está tomada de la infografía interactiva preparada por Learn to Check (2020) y disponible en acceso abierto (aquí: https://learntocheck.org/item/las-claves-para-verificar-informacion/):



Autoría y autoridad


La información tiene una autoría, es decir, una persona, grupo de personas o institución que es responsable de esa información. Pero la autoridad no es una característica inherente a la autoría, sino que se construye y puede evolucionar, ya que en diferentes campos de especialidad o disciplinas se pueden reconocer diferentes tipos de autoridad. Por ello, hay que desligarla de cualquier visión elitista. Además la autoridad es contextual (como explica el Marco de referencia para la alfabetización informacional en la educación superior propuesto por la ACRL, 2015), ya que la necesidad de información puede ayudar a determinar el nivel de autoridad requerido. 


Por ejemplo, si tu necesidad de información se refiere a los ingredientes y cantidades precisas para elaborar un tipo concreto de pan, una fuente de autoridad puede ser un panadero o una panadera con experiencia, y no solo un libro o blog publicado por un o una chef de renombre que cuente con el altavoz de los medios de comunicación y las redes sociales.  

Las formas en que interactuamos, creamos, compartimos y usamos la información han cambiado mucho en los últimos tiempos, y sin duda seguirán cambiando. En décadas anteriores, la gente ante todo confiaba en la información producida por personas consideradas como expertas, como, por ejemplo, autores/as, académicos/as o periodistas reconocidos/as, que tenían posibilidades para distribuir la información que creaban en forma de libro, artículo de revista o programa de noticias.

Ante todo, la información creada por las personas expertas sigue siendo muy importante, pero el entorno actual es más abarcativo. Piensa en todas las formas en que tú o tus amigos y amigas no solo utilizáis información de otras personas, sino que también creáis y compartís información con facilidad:  tuits, publicaciones en Instagram, vídeos en YouTube, contribuciones en otras redes sociales...

Por ello, reflexiona siempre acerca de dónde procede la información y quién la ha creado. En algunas ocasiones serán fuentes tradicionales y establecidas, de autoría experta (o supuestamente), pero muchas veces la información procederá de personas como tú.

Es importante llegar a entender cómo se construye la autoridad, cómo esa construcción podría estar sesgada (por algún interés o prejuicio, es decir, además de quién ha generado la información, pregúntate por qué y para qué), y lo problemático que podría ser esto si no te abres a diversos puntos de vista para contrastar la información. 

Es decir: es esencial aprender a determinar la validez de la información creada por diferentes autorías y reconocer sesgos que privilegian algunas fuentes o autorías por encima de otras, en cuanto a su autoridad, especialmente por cuestiones de género, orientación sexual o identidad cultural.

El escepticismo respecto a los sistemas de poder que han establecido la autoridad de la información es sano y necesario, como punto de partida para contrastar las fuentes siempre con rigor y analizar su validez de manera contextualizada y crítica.


Por eso, duda siempre y contrasta toda información, tanto en contextos académicos como cotidianos. Todas las personas tenemos que asumir nuestra responsabilidad al consumir, producir o compartir información. 

La autoridad se refiere, en resumen, al nivel de experiencia y conocimientos, y la credibilidad que todo ello genera. 

Algunas recomendaciones a este respecto en contextos académicos:


Por otra parte, en relación con la autoría, y como parte de la alfabetización académica, ten en cuenta los siguientes aspectos básicos:


Por ello: como parte de tu comportamiento ético en el uso de la información, no olvides la importancia de citar tus fuentes de manera adecuada, tras haberlas contrastado. Si haces uso de información publicada (impresa o en línea), que tiene propiedad intelectual de otras personas, por ejemplo, libros o capítulos de libro, artículos de revistas, entradas en blogs, vídeos en Youtube, etc., se les debe dar la debida atribución. Si empleas información no publicada proporcionada por alguien que te autoriza a hacer constar su identidad, siempre puedes aportar la debida atribución agradeciéndoselo. Para contribuir a un entorno inclusivo y respetuoso, que visibilice la perspectiva de género y la identidad de las personas, al acreditar la autoría de la información es recomendable aportar siempre los nombres de pila completos.

Para saber más sobre alfabetización académica (academic literacy) te puede resultar de gran utilidad la siguiente web:


Para contribuir a crear un ecosistema informacional ético, no olvides que es muy importante...



Enlaces de interés



Recursos bibliográficos