4 Toma de decisiones

Competencia específica a desarrollar en esta unidad

Crea una mentalidad de análisis, interpretación, evaluación y determinación de acciones que beneficien y reditúen en las actividades organizacionales, sociales y personales, en el esquema de "ganar-ganar", que cumplan con los estándares establecidos en los marcos económicos, sociales y ecológicos, y que conlleven a una evolución armónica sustentable. Así como, en el emprendimiento e incubación de nuevas empresas que incidan en el desarrollo socioeconómico de la región.

4.1 La toma de decisiones, concepto y proceso

Una decisión es una resolución o determinación que se toma respecto a algo. Se conoce como toma de decisiones al proceso que consiste en realizar una elección entre diversas alternativas.

La toma de decisiones puede aparecer en cualquier contexto de la vida cotidiana, ya sea a nivel profesional, sentimental, familiar, etc. El proceso, en esencia, permite resolver los distintos desafíos a los que se debe enfrentar una persona o una organización.

A la hora de tomar una decisión, entran en juego diversos factores. En un caso ideal, se apela a la capacidad analítica (también llamada de razonamiento) para escoger el mejor camino posible; cuando los resultados son positivos, se produce una evolución, un paso a otro estadio, se abren las puertas a la solución de conflictos reales y potenciales.

Cualquier toma de decisiones debería incluir un amplio conocimiento del problema que se desea superar, ya que solo luego del pertinente análisis es posible comprenderlo y dar con una solución adecuada. Sobra decir que ante cuestiones triviales (por ejemplo, decidir si tomar agua o zumo de naranja en una comida), el nivel de razonamiento es mucho menos complejo y profundo, y se actúa de forma casi automática, dado que las consecuencias de una decisión equivocada no tienen mayor importancia.

En cambio, ante decisiones verdaderamente trascendentales para la vida, se procede de una manera muy meticulosa, sopesando los potenciales resultados, y el tiempo necesario es mucho mayor. A lo largo del desarrollo de una persona, independientemente de su personalidad y de sus gustos, cada nuevo día trae consigo un número creciente de problemas a resolver, y poco a poco nos vamos convirtiendo en auténticas máquinas especializadas en tomar decisiones.

A simple vista, se puede distinguir entre individuos seguros e inseguros de sí mismos. Los primeros suelen ser determinados, tener siempre claros sus gustos y necesidades, lo cual les facilita la toma de decisiones; los otros, en cambio, carecen de la autoconfianza necesaria para considerar válidas sus propias ideas, y eso repercute gravemente en los momentos críticos de la vida.

La necesidad de tomar decisiones rápidamente en un mundo cada vez mas complejo y en continúa transformación, puede llegar a ser muy desconcertante, por la imposibilidad de asimilar toda la información necesaria para adoptar la decisión más adecuada. Todo ello nos conduce a pensar que el tomar decisiones supone un proceso mental, que lleva en si mismo los siguientes pasos:

  • Lo importante, es adoptar un enfoque proactivo de toma de decisiones, es decir, debemos tomar nuestras decisiones, sin esperar a que los otros lo hagan por nosotros, o bien, a vernos forzados a hacerlo.

  • Identificación del problema: tenemos que reconocer cuando estamos ante un problema para buscar alternativas al mismo. En este primer escalón tenemos que preguntarnos, ¿Qué hay que decidir?

  • Análisis del problema: en este paso habremos de determinar las causas del problema y sus consecuencias y recoger la máxima información posible sobre el mismo. En esta ocasión la cuestión a resolver es, ¿cuáles son las opciones posibles?

  • Evaluación o estudio de opciones o alternativas: aquí nos tenemos que centrar en identificar las posibles soluciones al problema o tema, así como sus posibles consecuencias. Nos debemos preguntar, ¿cuáles son las ventajas ye inconvenientes de cada alternativa?

  • Selección de la mejor opción: una vez analizadas todas las opciones o alternativas posibles, debemos escoger la que nos parece mas conveniente y adecuada. Observamos como aquí esta implicada en sí misma una decisión, en esta ocasión nos preguntamos ¿cuál es la mejor opción?

  • Poner en práctica las medidas tomadas: una vez tomada la decisión debemos llevarla a la práctica y observar su evolución. Aquí reflexionamos sobre ¿es correcta la decisión?

  • Finalmente evaluamos el resultado: en este última fase tenemos que considerar si el problema se ha resuelto conforme a lo previsto, analizando los resultados para modificar o replantear el proceso en los aspectos necesarios para conseguir el objetivo pretendido. En esta fase nos preguntamos, ¿la decisión tomada produce los resultados deseados?

Lo importante, es adoptar un enfoque proactivo de toma de decisiones; es decir, debemos tomar nuestras decisiones, sin esperar a que los otros lo hagan por nosotros; o bien, a vernos forzados a hacerlo.

4.2 Reglas para la toma de decisiones

10 consejos para tomar buenas decisiones según la universidad Anáhuac:

1. Conócete a ti mismo

El autoconocimiento es esencial en el proceso de toma de decisiones. Saber tus gustos y valores, así como tus habilidades y limitaciones ayudará a que al momento de elegir lo hagas correctamente.

2. Enfócate en el presente

Pensar en las posibles consecuencias que tu elección puede ser positivo; sin embargo, hacerlo de modo exagerado puede llevarte a la inacción. Si bien es importante considerar las repercusiones, la realidad es que no tenemos la capacidad de predecir el futuro.

3. Confía en tus instintos

Puedes pensar que para tomar buenas decisiones es necesario un largo tiempo para analizar varias alternativas y sopesar sistemáticamente todos los pros y contras. A veces un juicio rápido puede ser igual de bueno, o incluso mejor.

4. Toma en cuenta tus emociones

Tu estado emocional influye más de lo que piensas en las decisiones que tomas. El que estés alegre, triste, entusiasmado o cansado puede provocar que hagas una elección apresurada o de manera pesimista. Evalúa tu estado de ánimo y cómo está influyendo tu razonamiento antes de decidir.

5. Identifica los riesgos

La familiaridad genera comodidad. Es probable que tomes decisiones que no son buenas simplemente porque es a lo que estás acostumbrado. Puede ser que tengas hábitos nocivos y quizá no estés consciente del daño que te hacen. Por ejemplo hay personas que se alimentan de comida rápida o no hacen ejercicio frecuentemente y creen que está bien porque hasta el momento no han percibido ningún daño en su cuerpo.

6. Cambia de perspectiva

El modo en que abordas un problema juega un papel importante en cómo respondes frente a él. Al enfrentar una decisión, plantéate el problema de modo diferente.Tómate un minuto para ver el problema de forma distinta, esa puede ser la respuesta.

7. Ten cuidado con la presión social

Puedes considerarte una persona segura de sí misma que toma sus decisiones sin que los demás influyan, el hecho es que nadie es inmune a la presión social. Innumerables experimentos revelan que las personas se dejan influir por figuras de autoridad o sus pares y toman malas decisiones.

8. Reduce tus opciones

Al tomar una decisión es posible que evalúes entre distintas opciones e incluso consideres más posibilidades. Lo mejor es que descartes las opciones que no sean viables desde el principio. De este modo, tomar una buena decisión será más fácil.

9. Reconoce tus limitaciones

Es normal tener sesgos, aunque cueste trabajo admitirlo. Nuestro criterio está sesgado. Es imposible ser completamente objetivo. La mente tiene estrategias que le ayudan a entender situaciones y tomar decisiones más rápido. Y aunque estos atajos mentales permiten simplificar nuestras vidas, en ocasiones pueden llevarnos a tomar malas decisiones.

10. Ponte en otros zapatos

Al enfrentar una decisión difícil, pregúntate: ¿Qué harías si fueras alguien más? o ¿Qué te aconsejaría tu mejor amigo? Es probable que descubras la respuesta más fácilmente cuando al imaginarte como otra persona o desde la sabiduría de otra persona.

4.3 Toma de decisiones y liderazgo

Uno de los campos de mayor trascendencia para el ser humano es el de la toma de decisiones, ya que debemos elegir (basándonos en actitudes o experiencias previas) entre varias alternativas aquella que nos parezca suficientemente racional.

La organización es considerada como un sistema de decisiones, en donde la gente participa de forma consciente y racional, escogiendo y decidiendo entre alternativas más o menos racionales de aquellas que le son presentadas.

Las decisiones implican seis elementos:

  • AGENTE DECISORIO: Es aquella persona que selecciona la opción entre varias alternativas o ideas de acción.

  • OBJETIVOS: Son las metas que el agente decisorio pretende alcanzar con sus acciones.

  • GUSTOS Y/O PREFERENCIAS: Son los criterios que el agente decisorio utiliza para poder escoger.

  • ESTRATEGIAS: Es el curso de acción que el agente decisorio escoge para alcanzar mejor sus metas y/o objetivos. Toda estrategia depende de los recursos que se disponga.

  • SITUACION: Son los aspectos del entorno que rodean al agente decisorio, muchos de los cuales, están fuera de su control.

  • LOGROS Y RESULTADOS: Es la secuencia o resultante de una estrategia.

Proceso de toma de decisiones

  1. Percepción y captación de la situación que rodea algún problema.

  2. Análisis y definición del problema.

    • Contar con un sistema de información confiable, oportuno, y actualizado.

    • Conocer los factores internos formales e informales de la organización.

    • Conocer los factores externos.

    • Elegir acertadamente las técnicas o herramientas a utilizar.

    • Definir restricciones y limitaciones.

    • Especificar los rendimientos y las metas esperadas.

    • Evaluar el costo – beneficio.

    • Evaluar repercusiones.

  1. Definir las metas y objetivos.

  2. Búsqueda de alternativas más adecuadas para el alcance de los objetivos.

  3. Evaluación y comparación de esas alternativas.

  4. Implementación de esas alternativas.

4.4 Actividad integradora: Autoevaluación

Es una actividad de aprendizaje permanente donde cada una de las personas ponen en juego cada una de sus experiencias, conocimiento, ideología, mentalidad donde reflexionan y toman su punto de vista sobre el análisis de temas investigados, reconocen y se autoevalúan sobre los conocimientos adquiridos de sus diversas fuentes de información y su integración en pocas palabras es hacer suyo el conocimiento y tener un aprendizaje significativo que puede marcar su vida.