ALMAS ENTRANTES -WALKINS-
¿QUÉ SON LAS ALMAS ENTRANTES *Y QUÉ HACEN?
¿Por qué han venido de esta manera?
Actualizado el 16-6-07
Marianne Williamson en Amor (desde Retorno al Amor)
Traducción: Iciar Montes – iciarmontes@gmal.com
Edición: Anita Manasse – estrellam@sion.com
“El amor es con lo que nacemos. El miedo es lo que aprendemos. El viaje espiritual consiste en des-aprender el miedo y los prejuicios y volver a aceptar el amor en nuestro corazón. El amor es la realidad esencial y nuestro propósito en la tierra. Estar conscientes de él, experimentar el amor en nosotros y en los demás, es el sentido de la vida. El significado no se encuentra en las cosas. El significado se encuentra en nosotros”.
PREGUNTA: ¿En qué consiste la experiencia de un alma entrante?
RESPUESTA: Se produce cuando dos almas individuales han acordado intercambiar posiciones. El primer alma se ha desarrollado todo lo que ha podido y está lista para seguir avanzando. El alma que toma su lugar servirá con una capacidad diferente a la que tenía antes. Normalmente, ha sido concedido un permiso para que esto suceda. Otra manera de nombrar esta experiencia es una transferencia de almas.
P: ¿Cómo puedo saber si esto me ha ocurrido a mí?
R: Lo normal es sentirse totalmente distinto. Puede que no reconozcas a la gente a tu alrededor. Puede que tengas lapsos de la memoria del anterior ocupante y no seas capaz de saber la razón por la que viniste. Lo habitual es que sea un fuerte choque para el cuerpo, sobre todo si esto ha ocurrido durante un accidente de tráfico, una operación, o una enfermedad larga. De alguna manera te sentirás separado de los que te rodean a pesar de tener los recuerdos pasados de tu cuerpo. Después de todo, serías otra entidad totalmente distinta.
P: ¿Qué le sucede al otro alma?
R: El otro alma continúa con su viaje, ya sea para unirse a un ser querido o para viajar a otro lugar y continuar aprendiendo.
Para entonces ya no estarán aquí.
EL DIARIO DEL SUEÑO DE DEE
La Historia de la Vida de Dee
Me convertí en un alma entrante el 1 de Enero de 1970, pero no sabía qué me estaba pasando. Fue un evento aterrador y traumático en mi vida. No sabía que existía un nombre para esto, y no entendí todo lo que significaba hasta muchos años después.
Durante años tampoco conocí personalmente a ninguna otra alma entrante, por eso fue un alivio para mí cuando en 1996 pude hablar con alguien que se consideraba a si mismo otra alma entrante como yo.
La primera vez que me di cuenta del término “alma entrante” fue cuando Ruth Montgomery escribió su libro titulado “Extraños entre Nosotros”. Leí el libro pero no me veía que encajara en esas historias. Sentí que debía encajar en alguna otra categoría porque esas historias eran de casi muerte y la gente cambiaba de forma instantánea y dramática. Eso no fue lo que me sucedió a mí.
Antes del acontecimiento pasé grandes dificultades con mi comprensión espiritual, y estuve diez años luchando con mis creencias. Debido a mis problemas personales, emocionales y filosóficos, mi familia se cambió de una iglesia Católica a otra Luterana que teníamos cerca. Fuimos a visitarla y nos enamoramos del pastor y de la gente.
La iglesia era un lugar alegre. De hecho nos implicamos de lleno en las actividades de la iglesia porque la necesidad de voluntarios era tan grande. Yo cantaba en el coro, y los domingos daba clases a los niños pequeños. También tocaba el órgano para el coro y para otros servicios pequeños. Llegué a ser Superintendente de las clases de catecismo de los domingos, y enseñaba catecismo de 5º grado. Semanalmente recibíamos también clases sobre la Biblia. Estábamos ocupados, pasábamos 6 de los 7 días de la semana allí, todas las tardes después del trabajo, y el día entero los Sábados y Domingos.
Pero, a pesar de todo ese trabajo al servicio del Señor, seguía sin sentir nada especial acerca de mi relación con Jesús. Continuaba con mis dudas sobre la divinidad de Dios. Después de todo, el Viejo Testamento hablaba de lo colérico y temible que era Dios. Era un Dios destructor. Me costaba amar a aquello que temía.
Quería servir a Dios y ser una buena persona, y me esforzaba realmente mucho. Cada vez que me daba cuenta de haber sido malo o negligente, intentaba esforzarme más. Pero nunca conseguía ser lo suficientemente bueno.
En casa, mi marido se quejaba, los niños también, y las cosas no marchaban bien en mi vida diaria. Quería ser una buena esposa y madre, pero no lo estaba logrando. Intentaba ser una super mamá, lo máximo en cada aspecto de mi vida.
Después de que los niños se acostaban a la noche, mi marido empezaba a recordarme todas las faltas y pecados que había cometido. Intentaba defenderme y justificarme. Cada vez me deprimía más y más. No importa lo buena que intentara ser, nunca lo conseguía. Él no aceptaba ninguna de mis explicaciones, de mis disculpas o justificaciones. Cuando se enfada lo suficiente, me agarraba y me forzaba sexualmente. No aceptaba un ¡No! por respuesta. Esperaba que dijera “!Sí!” sin importarle cómo me sentía. Parecía no importarle que no consiguiera sentir amor, después de haberse pasado horas diciéndome lo mala persona que era. Forzarme sexualmente era una manera de liberar su furia hacia mí.
Al principio me sentí muy deprimida, pero al mismo tiempo me ponía extremadamente tensa cuando llegaba la hora de acostarse. En cuanto los niños se iban a la cama, empezaba a despotricar. A veces duraba hasta las tres o las cuatro de la madrugada. Finalmente aprendí que lo mejor era no defenderme, porque cualquier esfuerzo por intentar justificarme haría que los abusos emocionales, mentales y físicos duraran más.
Llegó un momento en que me sentía tan nerviosa que ni siquiera conseguía dar una cabezada durante el día para compensar la falta de sueño durante la noche. Entraba en pánico en cuanto ponía la cabeza sobre la almohada. Acabé teniendo que ir al doctor, porque no podía seguir con mi vida tal y como estaba. El doctor me recetó tranquilizantes para dormir. El único problema es que era un sueño con drogas. Durante mucho tiempo fui una ruina miserable.
El 1 de Enero de 1970, decidí como propósito para el Año Nuevo, ser la mejor esposa y madre que pudiera ser. Bajamos a desayunar, y en diez minutos el infierno se abrió, y nuevamente mi marido empezó a gritarme.
Me sentí trastornada y subí corriendo a mi cuarto mientras lloraba histéricamente. Resolví suicidarme con los tranquilizantes.
Me tiré boca abajo en la cama, sollozando. De repente, sentí y escuché un chasquido metálico en mi cabeza, detrás de mi oreja derecha, y una voz masculina me dijo, “No permitas que una persona pueda destruir la vida de otra”.
Sobresaltada por la voz en mi cabeza, paré de llorar al instante y me calmé por completo. Me levanté de la cama y me fui al baño a mirarme en el espejo. De pie, pude escuchar la voz de dos mujeres que discutían en mi cabeza, discutiendo la una con la otra. Una de las voces era como un ratoncito lloriqueando en mi cerebro, diciendo quería morirse. La otra voz era fuerte y decía que ella podía manejar cualquier cosa.
Esas dos voces estuvieron discutiendo en mi cabeza durante cuatro meses. Una continuaba diciendo que quería morirse, y la otra argumentando que quería vivir. Gradualmente, la que deseaba morir se fue silenciando más y más. La voz fuerte tomó su lugar. Empecé a sentirme como una persona diferente. Empecé a sentirme fuerte y capaz de enfrentarme a cualquier cosa que la vida me pusiera por delante.
Realmente, era una persona distinta. Comencé a ir al instituto, aprendí a conducir un coche y encontré un empleo. Me sentí como nueva y estaba orgullosa de mi misma. Me teñí las canas y empecé a maquillarme, cosa que nunca había hecho antes. Mi marido me había dicho cientos de veces que se divorciaría si me teñía el pelo o me maquillaba. Ahora ya no me importaba lo que pensaba o decía de mí.
Un día mi marido vio como me maquillaba y empezó a insultarme. Entonces me dijo, “Un día tu vanidad te matará”.
Simplemente me reí de él. No tenía ni idea de que sus palabras literalmente se harían realidad en el futuro.
Durante los años siguientes, por aquí y por allá encontraba alguna pista de lo que me había sucedido aquel día en que la voz de hombre me habló en mi cabeza. La autora Ruth Montgomery denominaba este proceso como un alma entrante. Las historias de su libro trataban de gente que se convirtieron en algo maravilloso y hacían cosas espirituales increíbles. Yo no encajaba en esa categoría. Yo luchaba con un matrimonio penoso, era débil emocionalmente, temerosa de la vida. En 1981, después de abandonar a mi marido, ya estando sola, mi maestro espiritual al que había conocido, me dijo que cuando mi nueva alma entró al cuerpo, había llegado en una nave espacial.
¿Cómo? Este escenario era tan extraño para mí, aún cuando podría haber sido un viaje del ego por mi parte, mis serias dudas sobre esta posibilidad alejaban los pensamientos y continuaba preguntándome quién era yo y qué estaba haciendo en la tierra.
Esto fue en 1981. Hoy, en 1999, la gente sigue sin saber qué es un alma entrante, incluso aunque hayan oído el término. Personalmente, aún sigo intentando explicar quién soy e incluso mis seres queridos cercanos no comprenden que no soy la misma persona que solía ser. Mi cuerpo es el mismo aunque más viejo y desgastado, pero en el interior, la parte de mí que da vida al cuerpo ya no es el mismo “alma” que le dio vida cuando respiró por primera vez.
Recientemente, mi amigo el “ser de luz” al que he llegado a conocer y a querer, me dijo que sostuvo mi mano cuando entré sin desearlo en este cuerpo. Ha sido un largo camino desde que llegué aquí en 1970, y parece ser que el camino no va a ser tan suave como me gustaría, a pesar de que ha mejorado mucho desde el inicio. Trabajo con estos queridos “seres de luz” que no poseen un cuerpo físico pero que pueden tomar forma en lo físico a su voluntad cuando se hace necesario. Mi misión es enseñar a otros que realmente hay mucho más de lo que perciben. Esta página web tan sólo es una más de las lecciones que necesito compartir con aquellos de vosotros que estáis despertando.
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La transición nunca es fácil para un alma entrante. El comienzo siempre llega de forma dramática y traumática. Para que un alma entre en uno de estos cuerpos, el alma que ya está habitándolo debe desear marcharse. Para mucha gente, esa es una sabia decisión. Puede que el cuerpo sea horriblemente mutilado por un accidente de tráfico o cualquier otro evento terrible, o puede que la persona esté al borde del suicidio o incluso que lo intente. Esta es la clase de cuerpos que las nuevas almas toman, alimentan y utilizan para llevar a cabo su nuevo trabajo en la tierra. Lo normal es que las almas entren en los cuerpos de los bebes, y pasen años creciendo y aprendiendo lenguas e historia, y todo eso, pero un alma entrante toma el cuerpo de un adulto, con las memorias del cuerpo, saltándose todo ese aprendizaje en la escuela. A veces eso es una buena cosa, pero a la vez es duro, porque lo normal es que el cuerpo no haya recibido la clase de aprendizaje que necesita el nuevo alma, y las relaciones que el cuerpo haya podido tener puede que tampoco sean las que necesite, por eso, muchas almas entrantes, si están casadas, terminan en divorcio. A veces incluso ni conocen a la gente de la familia a la que se integran y eso aún es más devastador para el alma entrante.
En aquellos tiempos en los que el término “alma entrante” fue acuñado por primera vez por Ruth Montgomery, miles de personas la escribieron preguntándola si ellos eran un alma entrante. Durante un tiempo Ruth entraba en meditación para confirmar a la persona si era o no un alma entrante, pero finalmente tanta gente le escribía con esta pregunta que no tenía tiempo para tratar a cada uno individualmente. Conservo una de sus cartas, manuscrita por ella, en la que me cuenta lo asfixiada que se encontraba con tantas consultas y que no ya no podía seguir dando una atención individual a la gente.
!Hay que entenderlo! Eran miles las personas que escribían. Esto me dice que mucha gente estaba pasando por este proceso. Así que por qué es tan relativamente desconocido, y más, incomprendido, e incluso negado por aquellos que no creen que este proceso ocurra naturalmente en la vida espiritual de los seres humanos.
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EXTRAÑOS ENTRE NOSOTROS They are high-minded entities permitted to take over the bodies of human beings who wish to depart this life. Their mission is to lead us into an astonishing new age. They are Walk-ins, and there are tens of thousands of them on this planet.
Esto es lo que Ruth Montgomery dice: PUEDE QUE CONOZCAS A ALGÚN ALMA ENTRANTE. INCLUSO PUEDE QUE TÚ SEAS UNO DE ELLOS.
Son gente de mentalidad elevada a los que se les permite incorporarse al cuerpo de seres humanos que desean abandonar esta vida. Su misión es la de guiarnos hacia una asombrosa nueva era. Ellas son Almas Entrantes, y hay decenas de miles de ellos en el planeta.
ALIENS ENTRE NOSOTROS - UNA TARDE CON RUTH MONTGOMERY
Entrevista con Ruth Montgomery
Esta es la historia de otro que tiene una historia que contar que puede que os ayude a entender mejor.
Entrevista con un Alma Entrante: Kelemeria Myarea Elohim (historia completa)
El aspecto de Kelemeria es como el de cualquier persona. Cuando habla, tiene ese gracioso acento de Boston con el que muchos de nosotros hemos sido bendecidos. Pero aunque el aspecto y la forma de hablar de Kelemeria es la de una persona normal, ella es una persona poco común. No es de por aquí. Es un alma entrante. Llegó de una manera particular, con un trabajo especial por hacer.
P. ¿Cómo definirías qué es un alma entrante, cómo sucede esto?
R. Lo normal es que un alma complete su tiempo de vida cuando muere. Pero en algunas vidas el alma completa su trabajo antes de que esto suceda. En la experiencia de almas entrantes, lo habitual es que es un acuerdo entre ambas almas a nivel etérico. A veces esto se acuerda antes de que el alma haya nacido en un cuerpo. Se acuerda que otra alma entrará más adelante en ese cuerpo. Es simplemente otra forma de llegar al planeta. En mi caso, se me pidió que hiciera esto en base a ciertos criterios con los que concordé. No tenía ningún motivo ni interés para ser un alma entrante. Era perfectamente feliz como para quedarme donde estaba.
P. ¿Recuerdas lo que acordaste?
Absolutamente, cuando llegué aquí recordaba todo. Muchas almas entrantes no lo recuerdan. Se sienten extraños. No conocen a nadie. Es como aterrizar en medio de ninguna parte. Es como ir a un país extranjero y no conocer el idioma ni las costumbres más allá de lo que hayas leído. Te sientes como pez fuera del agua. Realmente no hay ninguna experiencia que se le parezca, excepto cuando uno asciende.
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Extracto del Libro Misterios Ocultos de Joshua David Stone sobre Almas Entrantes:
Almas Entrantes --- Las almas entrantes son extensiones de alma, o personalidades, que toman el cuerpo de un ser humano adulto que ha elegido abandonar su cuerpo físico. Djwahl Khul me dijo que esto no era un suceso demasiado común en la historia de este planeta. No obstante, recientemente ha ocurrido con mayor frecuencia debido al extraordinario cambio por el que atraviesa el planeta a medida que entra en la nueva era. Djwahl dice que hay un millón de almas entrantes en el planeta en este momento.
Es importante explicar que este proceso está dirigido y controlado a nivel del alma. La extensión de alma, o personalidad, que sale del cuerpo suele no estar consciente del procedimiento. Normalmente es el alma que tomó la decisión, aunque en algunos pocos casos la personalidad puede haber realizado la petición.
En la mayoría de los casos el nuevo alma entrante que toma el cuerpo tampoco es consciente del cambio. El período de transición puede durar de tres meses a seis años. Lo normal es que sea desconcertante para el cuerpo emocional de las almas que salen porque hay un proceso en el que se comparte el cuerpo físico con la otra entidad durante un tiempo, y en la mayoría de los casos, el alma que sale no es consciente de lo que sucede.
Entidades de todos los niveles y estados de conciencia pueden ser almas entrantes y no está limitado a seres de hasta la sexta dimensión, según la información recibida de Djwhal Khul. El alma entrante entra en el cuerpo físico, por supuesto, sólo si el alma que sale así lo ha acordado a nivel del alma.
El segundo ingrediente importante es que las almas, o Yo Superior, y los guías espirituales del alma entrante y del alma saliente, sientan que el vehículo físico es lo suficientemente fuerte y el vehículo emocional suficientemente equilibrado para que el proceso funcione. Este tipo de transferencia es parecido a una complicada operación quirúrgica a nivel etérico. Un equipo de guías espirituales ayuda en la transferencia. Es un procedimiento muy delicado.
Es muy importante señalar la diferencia entre un alma entrante y una posesión: la posesión es una entrada forzada en el campo áurico de una persona que puede provocar la expulsión de la entidad que vive en ese cuerpo. (...) No obstante, en la mayoría de las posesiones, el resultado no es la expulsión forzosa de la entidad fuera de su cuerpo. Esto es algo muy poco común que no hay que temer si se tiene una creencia espiritual y un sentido del propio poder personal, siempre que no se trate de un drogadicto o alcohólico.
El concepto de alma entrante puede ser difícil de creer para algunas personas. Si se piensa sobre ello, todo el mundo es un alma entrante en el sentido de que todos entramos en el cuerpo de un bebe. La única diferencia es que el alma entrante lo hace en un cuerpo adulto y no en un cuerpo de bebe.
El alma entrante se salta toda la fase de la niñez, lo que a primera vista suena muy bien. Sin embargo, Djwhal me dijo que ser un alma entrante no es un juego de niños. Es traumático para la entidad entrante así como para la entidad que sale. De alguna manera, el alma entrante toma parte del karma del alma que sale – tanto el karma del vehículo físico como la memoria cerebral del alma saliente permanecen con el nuevo alma entrante. Parte de la responsabilidad del nuevo alma entrante es equilibrar y eliminar el karma personal dejado por la entidad que se fue. En la mayoría de casos la entidad que sale ha estado muy deprimida, con pensamientos suicidas, o acababa de tener un gran accidente. Una nueva entidad entra a un matrimonio preexistente y complejo, con hijos, amigos. Como la memoria cerebral del alma saliente permanece en la estructura física del cerebro, el alma entrante es capaz de funcionar de una manera tal que la esposa o el marido y la familia pueden no darse cuenta de no estar tratando con la misma entidad. La mayoría de las veces notarán un gran cambio, pero lo atribuirán a un cambio de actitud, no a un cambio en la entidad.
Debido a que la mayoría de las veces las almas entrantes no son conscientes de lo que son, ya que conservan la memoria cerebral del alma saliente, están desorientadas durante un tiempo, pero al mismo tiempo sienten que están donde pertenecen.
Djwhal me dijo que los maestros ascendidos no suelen estar involucrados en este proceso. Suelen ser los guías del alma y del espiritú y la extensión del alma quienes toman la decisión. Una vez realizado el intercambio, las almas entrantes viven vidas normales. La motivación para servir al planeta dependerá de su nivel de desarrollo espiritual.
Si se piensa, el concepto de alma entrante es verdaderamente oportuno, puesto que si una entidad desea abandonar el cuerpo físico, sería una pena desperdiciar ese vehículo físico pudiendo otro llegar a usarlo para su crecimiento espiritual. Sin embargo, se necesita un alma y una extensión de alma muy valiente para tomar esa decisión, pues no es un camino fácil y encantador para elegir. Este período de la historia en el Planeta Tierra es un tiempo tan emocionante en el sentido espiritual que muchas entidades están deseando aceptar el karma y el riesgo para poder entrar en acción. Los cuerpos físicos de todo tipo son como un premio en estos tiempos.
El momento del intercambio actual suele darse durante el sueño. La persona que está pensando en suicidarse puede considerar que convertirse en un alma saliente, siendo ello una alternativa mejor si realmente es el momento para abandonar el cuerpo.
Quiero enfatizar que las almas entrantes no son maestros ascendidos. Son extensiones de alma que aún se encuentran en la rueda kármica reencarnatoria, en diferentes niveles de iniciación y de conciencia espiritual. Lord Maitreya, que entró en el cuerpo de Jesús durante el bautismo, no podría ser denominado un alma entrante. El término esotérico para este proceso en el que dos entidades, de alguna forma, comparten un mismo cuerpo se denomina “eclipsar”.
Algún tiempo después el alma entrante puede empezar a recordar que él o ella es un alma entrante. Esto puede ser una experiencia emocional traumática. Puede ser aún más difícil cuando el proceso sucede durante una enfermedad grave, o una experiencia de casi muerte por parte del alma saliente. El que sale realmente está donando su cuerpo físico a otra alma para que lo use en lugar de dejarlo morir de causa natural o destruirlo mediante el suicidio.
Durante el período transitorio del intercambio, también son muy comunes los problemas de salud física y también los problemas emocionales. A menudo, en el nivel subconsciente, hay una especie de batalla de los egos entre el alma entrante y el alma saliente. El alma, o Yo Superior, es consciente del proceso, pero como la personalidad que encarna no es consciente de lo que está sucediendo, puede ser un proceso muy confuso y tenso. Todas las fibras del alma deben ser retiradas, cada célula del cuerpo físico y del sistema de los cuatro cuerpos, y todo debe ser reestablecido con las fibras del alma de la entidad entrante. Puede ser comparado a una compleja cirugía del corazón.
Después de pasar por un período de reajuste, el alma entrante literalmente empezará una nueva vida. Las almas entrantes tienden a ser de naturaleza muy evolucionada, aunque hay excepciones. Las almas entrantes no se dan cuenta del hecho de ser lo que son a no ser que un maestro espiritual se lo diga, lo que sucede con mayor frecuencia cada vez. Lo que también ayuda en el proceso de reajuste es el hecho de que la entidad ha tenido un largo tiempo para prepararse para este evento en los planos internos.
Cuando el intercambio tiene lugar, se produce durante el período de una noche entera, cuando el cuerpo físico duerme. El alma, los guías espirituales y el equipo espiritual de expertos en almas entrantes y salientes realizan la operación metafísica de desplazar una extensión de alma fuera del cuerpo e introducir la nueva.
Tan sólo en las últimas dos o tres décadas el fenómeno de las almas entrantes se ha expandido. Antes de eso los casos eran muy poco frecuentes. Djwhal me dijo que el aumento de almas entrantes continuará durante los próximos veinte o treinta años, y después volverá a reducirse y será menos común.
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ENTRANDO EN EL CUERPO – UNA MEMORIA – Dennis Latham <dlatham@seidata.com>
Flotaba en la oscuridad, como en la boca del lobo. No sabía cómo había llegado hasta allí ni por qué, y tampoco sabía cuanto tiempo había pasado. Pero era consciente de mi existencia y tenía la inteligencia de un adulto. Esa es una de las partes más difíciles de explicar. No estaba consciente de un cuerpo, pero sabía que tenía una inteligencia adulta. No estaba asustado. No me pasaba nada. Era algo así como pasar el rato. Parecía como si sólo hubiera parpadeado.
De repente, vi una luz brillante. Miré fijamente la cabeza de un niño que estaba sentado de espaldas a mí. Con sus brazos movía algo que tenía entre las piernas. Vestía un mono azul y una camisa escocesa de manga corta, y su pelo era rubio. Recuerdo que miré al muchacho de una manera amenazadora, como un león al acecho, sin saber que se trataba de un niño.
El niño se quedó tieso y paró de mover los brazos. Entonces, se dio la vuelta y me miró. Me concentré en sus ojos azules, me encerré en ellos. Esta es la parte realmente extraña. Como si me convirtiera en un cerrojo de luz entré como un rayo en esos ojos. Los ojos se hicieron enormes mientras me infiltraba en ellos. Entonces, por un momento todo se quedó a oscuras, y cuando volvía a ver, yo era el niño pequeño moviendo un camioncito rojo por el suelo, entre mis piernas. Escuché un gorgojeo y miré hacia arriba. Vi camarones anaranjados cociéndose en un recipiente de cristal sobre el fuego. Sabía que eran camarones, pero no lo sabía. Fue como si todo el conocimiento se desvaneciera, tenía que volver a aprender todo de nuevo, pero nunca olvidé cómo penetré a ese cuerpo. En aquel entonces a lo mejor tenía unos dieciocho meses de edad.
En esa época vivíamos en la tercera planta de una fábrica de café en Cincinnati, Ohio. Para que yo estuviera mirando desde arriba al niño, tendría que haber estado flotando por fuera de la ventana de la cocina al menos a treinta pies del suelo.
Cuando tenía unos catorce años, le conté a mi madre lo sucedido. Me dijo que nunca más volviera a hablar sobre el tema, y nunca lo he vuelto a hacer. Se lo conté a mi hermana, pero me miró como si estuviera loco, como lo hace la mayoría de la gente. Ahora tengo cincuenta y dos, y lo recuerdo como si hubiera pasado ayer.
Mi actual esposa me cree y dice que probablemente reemplacé a un alma que no quería estar en ese cuerpo. No sé qué creer.
Creo que tengo habilidades psíquicas, pero no sé como usarlas. Las cosas simplemente ocurren. Cuando me pongo muy nervioso o agitado, algún conocido suele fallecer o le pasa algo traumático. Cuando era un “marine” en Vietnam, una noche sentí como si hubieran enchufado un cable eléctrico en mi cuerpo. Salí de la trinchera, me aseguré de que mi equipo estuviera alerta y les dije que estábamos a punto de ser atacados. Pensaron que estaba loco, pero cuatro minutos después de mi aviso fuimos atacados por una unidad enemiga.
Una noche, estando casado con mi segunda esposa, la desperté de un sueño profundo y le dije que llamara a su hermano en Denver porque algo había ocurrido. Nunca antes había pensado en su hermano, salvo de pasada. No le conocía demasiado. Después de suplicarla que lo hiciera, llamó, y había tenido un accidente de tráfico unas horas antes; estaba en el hospital. Sobrevivió.
En dos ocasiones he visto fantasmas, pero aparte de eso, mi vida es bastante normal. Simplemente no sé cómo explicar el recuerdo de cuando entré en mi cuerpo ni por qué lo recuerdo.
Dennis Latham <dlatham@seidata.com>
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LAS ALMAS ENTRANTES ET/ALIENÍGENAS
He aquí alguien lo suficientemente valiente como para explicar la transferencia del alma de un ET/alienígena a un cuerpo humano.
Todos somos seres espirituales habitando cuerpos físicos para experimentar la vida en la Tierra. Hay almas que han vivido en otros planetas en diferentes galaxias/sistemas estelares antes de encarnar en la Tierra como humanos. Son almas extraterrestres (ETs) (otros términos las denominan “Nacidos de las Estrellas”, “Semillas Estelares”, “Gente Estelar”, “Peregrino, Alma Entrante, (Por favor vean el artículo de Jody Boyne, “Peregrino, Alma Entrante, Persona Estelar, Semilla Estelar, Alma Fusionada - ¿Cuál es la diferencia?”) En esta época hay más almas de ETs encarnando en la Tierra que en el pasado. Esto es debido a que la Tierra está en proceso de entrar en la Nueva Era, en tránsito de la 3ª Dimensión hacia la 4ª y la 5ª. Las almas de ET están aquí para ayudar en la transición dimensional de la Tierra. Para acelerar la transición, ayudan a los hermanos y hermanas dormidos de la Tierra, para que recuerden sus verdaderas identidades como seres divinos, para que se conecten con la Luz, y para evolucionar a una conciencia más elevada.