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Præhistoria Andina IV: Sitios del Proto-arcaico y Arcaico registrados en los valles de Lurín, Chilca, Asia y Cañete (Lima), y en el desierto de Marcona (Ica), durante 1995–2015
Præhistoria Andina IV: Sitios del Proto-arcaico y Arcaico registrados en los valles de Lurín, Chilca, Asia y Cañete (Lima), y en el desierto de Marcona (Ica), durante 1995–2015
Entre 1958 y 1980, el estudio de las culturas precerámicas en los Andes Centrales experimentó un boom en lo que se refiere a investigaciones de campo. No obstante, su interrupción total en la sierra peruana, y escasez en la costa durante la década de 1980, dieron paso a la proliferación de publicaciones de artículos y monografías académicas, aunque algunas se retrasaron hasta 1995–2000. Sin embargo, desde 1995 en adelante son pocas las investigaciones y publicaciones realizadas al respecto que no estén vinculadas a aquellos proyectos clásicos, salvo algunas excepciones ejecutadas sobre todo por arqueólogos nacionales. En términos cronológicos, la mayoría de los sitios y evidencias tempranos registrados en los Andes Centrales entre 1958 y 2018 se enmarcan en dos épocas: el Proto-arcaico (13.400–7.400 años Cal. BC) y el Arcaico (7.400–1.700 años Cal. BC). En términos culturales, sus ocupaciones corresponden básicamente a dos tradiciones bien definidas: la Tradición Paleoindia Sudamericana (TPSA) y la Tradición Andina de Puntas Foliáceas (TAPF). La presente obra se concentra en los hallazgos realizados durante las dos últimas décadas en sitios al aire libre localizados en los valles de Lurín, Chilca, Asia y Cañete (costa sur de Lima) y el desierto de Marcona (costa sur de Ica), colocándolos en su respectivo contexto cronológico-cultural.
Entre 1958 y 1980, el estudio de las culturas precerámicas en los Andes Centrales experimentó un boom en lo que se refiere a investigaciones de campo. No obstante, su interrupción total en la sierra peruana, y escasez en la costa durante la década de 1980, dieron paso a la proliferación de publicaciones de artículos y monografías académicas, aunque algunas se retrasaron hasta 1995–2000. Sin embargo, desde 1995 en adelante son pocas las investigaciones y publicaciones realizadas al respecto que no estén vinculadas a aquellos proyectos clásicos, salvo algunas excepciones ejecutadas sobre todo por arqueólogos nacionales. En términos cronológicos, la mayoría de los sitios y evidencias tempranos registrados en los Andes Centrales entre 1958 y 2018 se enmarcan en dos épocas: el Proto-arcaico (13.400–7.400 años Cal. BC) y el Arcaico (7.400–1.700 años Cal. BC). En términos culturales, sus ocupaciones corresponden básicamente a dos tradiciones bien definidas: la Tradición Paleoindia Sudamericana (TPSA) y la Tradición Andina de Puntas Foliáceas (TAPF). La presente obra se concentra en los hallazgos realizados durante las dos últimas décadas en sitios al aire libre localizados en los valles de Lurín, Chilca, Asia y Cañete (costa sur de Lima) y el desierto de Marcona (costa sur de Ica), colocándolos en su respectivo contexto cronológico-cultural.
Præhistoria Andina IV: Proto-archaic and Archaic sites recorded in the Lurin, Chilca, Asia and Cañete valleys (Lima), and in the Marcona desert (Ica), during 1995–2015
Præhistoria Andina IV: Proto-archaic and Archaic sites recorded in the Lurin, Chilca, Asia and Cañete valleys (Lima), and in the Marcona desert (Ica), during 1995–2015
Between 1958 and 1980, the study of Central Andean preceramic cultures has shown a boom in terms of field research. But, its total interruption at the Peruvian highlands and its scarcity at the coast during the 1980s led to the proliferation of academic papers and monographs, except some of them were printed as late as 1995–2000. Nevertheless, since 1995 onwards there were few research and publications on that issue not related with those ‘classical’ projects, apart from some exceptions executed mostly by Peruvian archaeologist. In chronological terms, most Central Andean early sites and evidences recorded between 1958 and 2018 were framed in two epochs: the Proto-archaic (13.400–7.400 años Cal. BC) and the Archaic (7.400–1.700 años Cal. BC). In cultural terms, its occupations belong basically to two well defined traditions: the South American Paleoindian Tradition and the Andean Foliated Point Tradition. This book focus in the findings performed during the last two decades in open-air sites located at the Lurin, Chilca, Asia, and Cañete valleys (South coast of Lima), and the Marcona desert (South coast of Ica), placing them in their respective chronological and cultural context.
Between 1958 and 1980, the study of Central Andean preceramic cultures has shown a boom in terms of field research. But, its total interruption at the Peruvian highlands and its scarcity at the coast during the 1980s led to the proliferation of academic papers and monographs, except some of them were printed as late as 1995–2000. Nevertheless, since 1995 onwards there were few research and publications on that issue not related with those ‘classical’ projects, apart from some exceptions executed mostly by Peruvian archaeologist. In chronological terms, most Central Andean early sites and evidences recorded between 1958 and 2018 were framed in two epochs: the Proto-archaic (13.400–7.400 años Cal. BC) and the Archaic (7.400–1.700 años Cal. BC). In cultural terms, its occupations belong basically to two well defined traditions: the South American Paleoindian Tradition and the Andean Foliated Point Tradition. This book focus in the findings performed during the last two decades in open-air sites located at the Lurin, Chilca, Asia, and Cañete valleys (South coast of Lima), and the Marcona desert (South coast of Ica), placing them in their respective chronological and cultural context.
Contenido:
Contenido:
Agradecimientos xi
Prólogo del autor xiii
Introducción xv
1. Aspectos Generales
1.1. Medio ambiente
1.1.1. Contexto ambiental de los Andes Centrales
1.1.2. Contexto ambiental de los sitios investigados
1.2. Sistemas de asentamiento, marco cronológico y tradiciones culturales
1.2.1. Sistemas de asentamiento de los cazadores-recolectores
1.2.2. Marco cronológico actualizado
1.2.3. Principales tradiciones culturales de los Andes Centrales
2. Investigaciones clásicas
2.1. Sitios de la TPSA en los Andes Centrales
2.2. Sitios de la TAPF en los Andes Centrales
3. Investigaciones recientes realizadas por otros investigadores
4. Investigaciones recientes realizadas el autor entre 1995–2015
4.1. Principales resultados
4.2. Comparaciones
5. Comentarios finales
6. Anexo: Dataciones de 14C para la TPSA y la TAPF en los Andes Centrales
7. Referencias citadas
8. Ilustraciones
Introducción:
Introducción:
El estudio de los grupos de cazadores-recolectores en los Andes Centrales ha sido foco de atención de investigadores peruanos, estadounidenses y europeos desde hace casi un siglo.[1]
El estudio de los grupos de cazadores-recolectores en los Andes Centrales ha sido foco de atención de investigadores peruanos, estadounidenses y europeos desde hace casi un siglo.[1]
Su época dorada se inició en 1958, con las excavaciones pioneras de arqueólogos peruanos: primero, en la sierra de Huánuco, se tienen los trabajos conducidos inicialmente por Augusto Cardich (1958, 1964) en la puna, en las cuevas de Uchcumachay y Lauricocha, y luego por Rogger Ravines (1965, 1993a,b) en el valle del Huallaga, en el sitio de Perjaypata y la cueva de Jatunushco; segundo, en la puna de Junín, se cuenta con las investigaciones dirigidas por Ramiro Matos (1975, 1992; Matos & Rick 1978-80).
Su época dorada se inició en 1958, con las excavaciones pioneras de arqueólogos peruanos: primero, en la sierra de Huánuco, se tienen los trabajos conducidos inicialmente por Augusto Cardich (1958, 1964) en la puna, en las cuevas de Uchcumachay y Lauricocha, y luego por Rogger Ravines (1965, 1993a,b) en el valle del Huallaga, en el sitio de Perjaypata y la cueva de Jatunushco; segundo, en la puna de Junín, se cuenta con las investigaciones dirigidas por Ramiro Matos (1975, 1992; Matos & Rick 1978-80).
Paralelamente, se tiene las investigaciones de largo plazo del Instituto Riva-Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IRA–PUCP), dirigidas inicialmente por Josefina Ramos de Cox y luego por Mercedes Cárdenas (p.e. Cárdenas 1981; Ramos de Cox 1969).
Paralelamente, se tiene las investigaciones de largo plazo del Instituto Riva-Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú (IRA–PUCP), dirigidas inicialmente por Josefina Ramos de Cox y luego por Mercedes Cárdenas (p.e. Cárdenas 1981; Ramos de Cox 1969).
Estos trabajos fueron seguidos en las décadas de 1960 y 1970 por los trabajos de los antropólogos estadounidenses en la costa central peruana (Lanning 1963, 1965; Patterson 1966); en la costa de Casma (Malpass 1986, 1991); el Callejón de Huaylas (Lynch 1970, 1980); y en la sierra de Ayacucho (MacNeish 1969; MacNeish, Nelken-Terner & García-Cook 1970; MacNeish et al. 1980, 1981).
Estos trabajos fueron seguidos en las décadas de 1960 y 1970 por los trabajos de los antropólogos estadounidenses en la costa central peruana (Lanning 1963, 1965; Patterson 1966); en la costa de Casma (Malpass 1986, 1991); el Callejón de Huaylas (Lynch 1970, 1980); y en la sierra de Ayacucho (MacNeish 1969; MacNeish, Nelken-Terner & García-Cook 1970; MacNeish et al. 1980, 1981).
También en década de 1970, se ejecutaron varios proyectos de campo en la puna de Junín, a cargo de varios investigadores extranjeros: el alemán Peter Kaulicke (1980, 2000), las francesas Danièle Lavallée, Michèle Julien y la estadounidense Jane Wheeler (Lavallée, Julien & Wheeler 1982; Lavallée et al. 1995 [1985]; Wheeler 1975), y los estadounidenses John Rick, Barbara Bocek y Katherine Moore (Rick 1980; Rick & Moore 2000).
También en década de 1970, se ejecutaron varios proyectos de campo en la puna de Junín, a cargo de varios investigadores extranjeros: el alemán Peter Kaulicke (1980, 2000), las francesas Danièle Lavallée, Michèle Julien y la estadounidense Jane Wheeler (Lavallée, Julien & Wheeler 1982; Lavallée et al. 1995 [1985]; Wheeler 1975), y los estadounidenses John Rick, Barbara Bocek y Katherine Moore (Rick 1980; Rick & Moore 2000).
Las referidas investigaciones fueron promovidas por Matos como parte del esfuerzo interdisciplinario e internacional de su Proyecto Punas de Junín de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Kaulicke 2000: 307).
Las referidas investigaciones fueron promovidas por Matos como parte del esfuerzo interdisciplinario e internacional de su Proyecto Punas de Junín de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Kaulicke 2000: 307).
Paralelamente, se tienen los trabajos interdisciplinarios liderados por el antropólogo suizo Fréderic-André Engel en la costa de Ancash, Lima, Ica, etc. (Engel 1966, 1981, 1984, 1988a,b,c, 1991, 2010), mereciendo una mención especial su paso por la quebrada de Chilca, localizada al sur de Lima, donde realizó prospecciones y excavaciones en varios sitios a partir de la década de 1960 (Engel 1984, 1988a).
Paralelamente, se tienen los trabajos interdisciplinarios liderados por el antropólogo suizo Fréderic-André Engel en la costa de Ancash, Lima, Ica, etc. (Engel 1966, 1981, 1984, 1988a,b,c, 1991, 2010), mereciendo una mención especial su paso por la quebrada de Chilca, localizada al sur de Lima, donde realizó prospecciones y excavaciones en varios sitios a partir de la década de 1960 (Engel 1984, 1988a).
Así, tenemos que los trabajos de Engel en la emblemática aldea precerámica conocida como La Paloma (emplazada en la loma homónima) se iniciaron en 1966 y, tras varios años de espera, se retomaron en 1973 con la colaboración de los antropólogos estadounidenses Christopher Donnan entre los años 1973 y 1975, John W. Greer en 1976, Terrance Stocker en 1979, y Robert Benfer Jr. entre los años 1976 y 1982, y nuevamente en 1990, contando también con la participación del especialista en patrones funerarios Jeffrey Quilter en la década de 1980, así como el especialista en lítico Eric White, y el bioantropólogo Joseph Vradenburg en la década de 1990, además del arqueólogo peruano Bernardino Ojeda (entre los años 1975 y 1982) y un importante equipo interdisciplinario de profesionales nacionales del Centro de Investigación de Zonas Áridas de la Universidad Nacional Agraria La Molina (CIZA–UNALM) (Benfer 2000; Engel 1984; Quilter 1989; Quilter & Stocker 1983; White 1992).
Así, tenemos que los trabajos de Engel en la emblemática aldea precerámica conocida como La Paloma (emplazada en la loma homónima) se iniciaron en 1966 y, tras varios años de espera, se retomaron en 1973 con la colaboración de los antropólogos estadounidenses Christopher Donnan entre los años 1973 y 1975, John W. Greer en 1976, Terrance Stocker en 1979, y Robert Benfer Jr. entre los años 1976 y 1982, y nuevamente en 1990, contando también con la participación del especialista en patrones funerarios Jeffrey Quilter en la década de 1980, así como el especialista en lítico Eric White, y el bioantropólogo Joseph Vradenburg en la década de 1990, además del arqueólogo peruano Bernardino Ojeda (entre los años 1975 y 1982) y un importante equipo interdisciplinario de profesionales nacionales del Centro de Investigación de Zonas Áridas de la Universidad Nacional Agraria La Molina (CIZA–UNALM) (Benfer 2000; Engel 1984; Quilter 1989; Quilter & Stocker 1983; White 1992).
La violencia terrorista ocurrida en Perú entre 1980 y 1992 hizo casi imposible continuar las investigaciones arqueológicas de campo o, peor aún, volvió prácticamente inviable desarrollar nuevas, sobre todo en la sierra.
La violencia terrorista ocurrida en Perú entre 1980 y 1992 hizo casi imposible continuar las investigaciones arqueológicas de campo o, peor aún, volvió prácticamente inviable desarrollar nuevas, sobre todo en la sierra.
Entre las pocas excepciones, tenemos los trabajos de los arqueólogos peruanos Mercedes Cárdenas en la Tablada de Lurín, entre 1980 y 1988 (Cárdenas 1981; cf. Makowski 1994, 1996) y Santiago Uceda (1992) en Casma, entre 1980 y 1983; el estadounidense Michael Malpass (1986, 1991) en el valle bajo de Casma y la Cordillera Negra de Ancash, entre 1980 y 1981; el croata nacionalizado peruano Duccio Bonavia, que visitó repetidamente el sitio de Pozo Santo, cerca de Paracas, Ica, entre 1980 y 1983 (Bonavia & Chauchat 1990); y los trabajos de los estadounidenses John Rick, Barbara Bocek y Katherine Moore en la cueva de Panaulauca, entre 1983 y 1986 (Bocek & Rick 1984; Rick & Moore 2000), y Robert Benfer Jr. en La Paloma, al sur de Lima, entre 1980 y 1982, y nuevamente en 1990 (Benfer 2000).
Entre las pocas excepciones, tenemos los trabajos de los arqueólogos peruanos Mercedes Cárdenas en la Tablada de Lurín, entre 1980 y 1988 (Cárdenas 1981; cf. Makowski 1994, 1996) y Santiago Uceda (1992) en Casma, entre 1980 y 1983; el estadounidense Michael Malpass (1986, 1991) en el valle bajo de Casma y la Cordillera Negra de Ancash, entre 1980 y 1981; el croata nacionalizado peruano Duccio Bonavia, que visitó repetidamente el sitio de Pozo Santo, cerca de Paracas, Ica, entre 1980 y 1983 (Bonavia & Chauchat 1990); y los trabajos de los estadounidenses John Rick, Barbara Bocek y Katherine Moore en la cueva de Panaulauca, entre 1983 y 1986 (Bocek & Rick 1984; Rick & Moore 2000), y Robert Benfer Jr. en La Paloma, al sur de Lima, entre 1980 y 1982, y nuevamente en 1990 (Benfer 2000).
Sin embargo, la década de 1980 experimentó un boom en cuanto a publicaciones, mayormente monografías, de los trabajos de campo y gabinete realizados entre 1965 y 1980 (Bonavia 1982; Engel 1981, 1984, 1988a,b,c, 1991; Kaulicke 1980; Lavallée et al. 1995 [1985]; Lynch 1970, 1980; MacNeish et al. 1980, 1981; Malpass 1986, 1991; Quilter 1989; Rick 1980), aunque algunas publicaciones originales (p.e. Rick & Moore 2000) o traducciones del francés o el alemán al español (Lavallée et al. 1995 [1985]; Kaulicke 2000) recién vieron la luz en la década siguiente.
Sin embargo, la década de 1980 experimentó un boom en cuanto a publicaciones, mayormente monografías, de los trabajos de campo y gabinete realizados entre 1965 y 1980 (Bonavia 1982; Engel 1981, 1984, 1988a,b,c, 1991; Kaulicke 1980; Lavallée et al. 1995 [1985]; Lynch 1970, 1980; MacNeish et al. 1980, 1981; Malpass 1986, 1991; Quilter 1989; Rick 1980), aunque algunas publicaciones originales (p.e. Rick & Moore 2000) o traducciones del francés o el alemán al español (Lavallée et al. 1995 [1985]; Kaulicke 2000) recién vieron la luz en la década siguiente.
Hacia mediados de la década de 1990, paulatinamente se reiniciaron los trabajos de campo en los Andes Centrales, aunque limitados a la costa central en Lima, básicamente en las Lomas de Atocongo del valle de Lurín (León 1999; Salcedo 1997, 2012b), aunque también un poco más al sur, en la quebrada Cruz de Hueso (Ugarte 2008). Paralelamente, se realizó el análisis de las piezas líticas del sitio cantera PV35-3 Tres Piedras, valle de Huarmey, recolectadas por Bonavia en 1977 (León 2002, 2003).
Hacia mediados de la década de 1990, paulatinamente se reiniciaron los trabajos de campo en los Andes Centrales, aunque limitados a la costa central en Lima, básicamente en las Lomas de Atocongo del valle de Lurín (León 1999; Salcedo 1997, 2012b), aunque también un poco más al sur, en la quebrada Cruz de Hueso (Ugarte 2008). Paralelamente, se realizó el análisis de las piezas líticas del sitio cantera PV35-3 Tres Piedras, valle de Huarmey, recolectadas por Bonavia en 1977 (León 2002, 2003).
En la primera mitad de la década del 2000, se investigaron varios sitios de la Costa Sur en el marco de la construcción del gasoducto del Proyecto Camisea, cuyo trazo pasaba cerca de las ciudades de Pisco, Chincha, Cañete, Asia, Mala, Chilca y Lurín (Salcedo 2003, 2004a,b, ms.2005a,b, ms.2008; ver también Salcedo 2006, 2012a, 2014).
En la primera mitad de la década del 2000, se investigaron varios sitios de la Costa Sur en el marco de la construcción del gasoducto del Proyecto Camisea, cuyo trazo pasaba cerca de las ciudades de Pisco, Chincha, Cañete, Asia, Mala, Chilca y Lurín (Salcedo 2003, 2004a,b, ms.2005a,b, ms.2008; ver también Salcedo 2006, 2012a, 2014).
En la segunda mitad de la década de 2000 se realizaron trabajos en la quebrada Orcón-Pacaybamba, en el valle medio de Chancay, al norte de Lima (Goldhausen et al. 2008), y en el valle bajo del Río Grande de Nasca, Ica (Ferrando 2011). Asimismo, debe mencionarse la reevaluación de la industria lítica Proto-Paleoindia del Complejo Ayacucho del sitio Pikimachay, a cargo de Juan José Yataco del Museo de Arqueología de la UNMSM, el que reveló la existencia de una preforma y una punta de proyectil pentagonal (Yataco 2008, 2013; ver también León & Yataco 2008).
En la segunda mitad de la década de 2000 se realizaron trabajos en la quebrada Orcón-Pacaybamba, en el valle medio de Chancay, al norte de Lima (Goldhausen et al. 2008), y en el valle bajo del Río Grande de Nasca, Ica (Ferrando 2011). Asimismo, debe mencionarse la reevaluación de la industria lítica Proto-Paleoindia del Complejo Ayacucho del sitio Pikimachay, a cargo de Juan José Yataco del Museo de Arqueología de la UNMSM, el que reveló la existencia de una preforma y una punta de proyectil pentagonal (Yataco 2008, 2013; ver también León & Yataco 2008).
Finalmente, en la primera mitad de la década de 2010 se da otra vez una escasez de investigaciones en la costa central, limitadas mayormente a trabajos de evaluación y monitoreo que permanecen inéditos, donde puede resaltarse el hallazgo de un nuevo complejo lítico en la localidad de Marcona, al sur de Nasca, Ica (Salcedo 2015). Asimismo, debo mencionar aquí la reevaluación del material lítico de Quishqui Puncu, especialmente de las láminas, realizado por Verónica Ortiz del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, contando con la asesoría del mismo Thomas F. Lynch (Ortiz & Lynch 2016). Finalmente, tenemos los trabajos realizados por Jalh Dulanto en Pozo Santo (Dulanto 2020).
Finalmente, en la primera mitad de la década de 2010 se da otra vez una escasez de investigaciones en la costa central, limitadas mayormente a trabajos de evaluación y monitoreo que permanecen inéditos, donde puede resaltarse el hallazgo de un nuevo complejo lítico en la localidad de Marcona, al sur de Nasca, Ica (Salcedo 2015). Asimismo, debo mencionar aquí la reevaluación del material lítico de Quishqui Puncu, especialmente de las láminas, realizado por Verónica Ortiz del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, contando con la asesoría del mismo Thomas F. Lynch (Ortiz & Lynch 2016). Finalmente, tenemos los trabajos realizados por Jalh Dulanto en Pozo Santo (Dulanto 2020).
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La presente obra está dividida en cinco capítulos principales:
La presente obra está dividida en cinco capítulos principales:
El Capítulo 1: Aspectos Generales presenta una aproximación al medio ambiente de los sitios arqueológicos precerámicos mencionados a lo largo del texto, así como de los principales sistemas de asentamiento, el contexto cronológico y la filiación cultural de los sitios.
El Capítulo 1: Aspectos Generales presenta una aproximación al medio ambiente de los sitios arqueológicos precerámicos mencionados a lo largo del texto, así como de los principales sistemas de asentamiento, el contexto cronológico y la filiación cultural de los sitios.
El Capítulo 2: Investigaciones clásicas trata acerca de las investigaciones realizadas entre 1958 y 1995, muy conocidas por la mayoría de colegas en la comunidad académica y ampliamente citadas.
El Capítulo 2: Investigaciones clásicas trata acerca de las investigaciones realizadas entre 1958 y 1995, muy conocidas por la mayoría de colegas en la comunidad académica y ampliamente citadas.
El Capítulo 3: Investigaciones recientes realizadas por otros investigadores incluye una breve reseña de los trabajos de investigación llevados a cabo por tanto por colegas nacionales como extranjeros en los valles de Huarmey (costa de Ancash), Chancay (costa norte de Lima), Lurín (costa centro-sur de Lima), y Río Grande de Nasca (costa de Ica).
El Capítulo 3: Investigaciones recientes realizadas por otros investigadores incluye una breve reseña de los trabajos de investigación llevados a cabo por tanto por colegas nacionales como extranjeros en los valles de Huarmey (costa de Ancash), Chancay (costa norte de Lima), Lurín (costa centro-sur de Lima), y Río Grande de Nasca (costa de Ica).
El Capítulo 4: Investigaciones recientes realizadas el autor entre 1995–2015 presenta una breve síntesis de los principales resultados de diversas intervenciones, realizadas durante las últimas dos décadas en sitios precerámicos del valle de Lurín, la quebrada Cruz de Hueso, y los valles de Chilca, Asia (Omas) y Cañete, en el litoral del Sur Chico de Lima, así como el desierto de Marcona, en el litoral Extremo Sur de Ica.
El Capítulo 4: Investigaciones recientes realizadas el autor entre 1995–2015 presenta una breve síntesis de los principales resultados de diversas intervenciones, realizadas durante las últimas dos décadas en sitios precerámicos del valle de Lurín, la quebrada Cruz de Hueso, y los valles de Chilca, Asia (Omas) y Cañete, en el litoral del Sur Chico de Lima, así como el desierto de Marcona, en el litoral Extremo Sur de Ica.
Además, en el Capítulo 5: Comentarios finales y recomendaciones se adelantan algunas reflexiones sobre la necesidad de redoblar esfuerzos en los trabajos de prospección arqueológica sobre todo en el contexto de la Arqueología Aplicada o de Contrato.
Además, en el Capítulo 5: Comentarios finales y recomendaciones se adelantan algunas reflexiones sobre la necesidad de redoblar esfuerzos en los trabajos de prospección arqueológica sobre todo en el contexto de la Arqueología Aplicada o de Contrato.
Asimismo, se incluye un anexo con 145 dataciones radiocarbónicas calibradas, procedentes de sitios arqueológicos precerámicos centro-andinos, las que fueron publicadas por diversos autores entre 1958 y 2014 (ver referencias en Salcedo 2014). De ese total, 23 fechados corresponden a la Tradición Paleoindia Sudamericana (TPSA), mientras que 168 corresponden a la Tradición Andina de Puntas Foliáceas (TAPF).
Asimismo, se incluye un anexo con 145 dataciones radiocarbónicas calibradas, procedentes de sitios arqueológicos precerámicos centro-andinos, las que fueron publicadas por diversos autores entre 1958 y 2014 (ver referencias en Salcedo 2014). De ese total, 23 fechados corresponden a la Tradición Paleoindia Sudamericana (TPSA), mientras que 168 corresponden a la Tradición Andina de Puntas Foliáceas (TAPF).
La sección Referencias citadas incluye 116 títulos de artículos y monografías especializadas en Arqueología Prehistórica centro-andina, así como también otras publicaciones de temas conexos.
La sección Referencias citadas incluye 116 títulos de artículos y monografías especializadas en Arqueología Prehistórica centro-andina, así como también otras publicaciones de temas conexos.
Finalmente, en la sección Ilustraciones se presenta una sección con figuras y fotos a color, la mayoría de las cuales permanecieron inéditas por más de una década.
Finalmente, en la sección Ilustraciones se presenta una sección con figuras y fotos a color, la mayoría de las cuales permanecieron inéditas por más de una década.
[1] Un extracto de esta obra, traducida al inglés, fue publicada en la Encyclopedia of Global Archaeology, 2a ed., editada por Claire Smith (Salcedo 2019), con el título «Central Andes: Prehispanic Hunter-Gatherers». Asimismo, un resumen fue presentado en el XXIV Congreso Nacional de Estudiantes de Arqueología «Giuseppe Orefici», realizado en Ica, del 05 al 08 de setiembre de 2016, con el título «Intervenciones Arqueológicas en Sitios del Protoarcaico y Arcaico, Localizados en los Valles de Lurín, Chilca, Asia y Cañete (Lima) y en el Desierto de Marcona (Ica), Realizadas en el Lapso 1995–2015» (Salcedo 2016).
Praehistoria Andina IV Proto-arcaico y Arcaico - ISBN 978-612-00-5382-9.pdfPage updated
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