De la noche a la mañana nos hemos visto en la situación de tener que convertir nuestros cursos presenciales en cursos online. A veces, por iniciativa propia –porque queremos seguir trabajando con nuestros alumnos y buscamos una forma sencilla de hacerlo– a veces porque la institución en la que trabajamos nos lo está pidiendo o, en el peor de los casos, exigiendo.
Son tiempos especiales que requieren soluciones creativas. Por eso, lo que aquí os propongo es una solución de emergencia sencilla con la que poder seguir en contacto con nuestros estudiantes y continuar trabajando con solo un par de herramientas digitales. No son las únicas que existen ni, probablemente, las mejores, pero a mí me funcionan y mis estudiantes se encuentran cómodos usándolas.
Mi propuesta es una combinación de un sistema de videoconferencia (Zoom) con una aplicación web colaborativa (Padlet) con los que podemos crear y gestionar –de forma sencilla y sin necesidad de conocimientos técnicos especiales– una clase virtual para poder seguir trabajando y comunicando con nuestros estudiantes. Para empezar a usarlas solo necesitamos:
>>> Os dejo aquí una Guía rápida (PDF) con las instrucciones básicas de ambas aplicaciones digitales.
Un par de apuntes para comprender mejor el funcionamiento de un curso online. Antes de sentarnos a planificarlo, piensa que la práctica de las destrezas se puede repartir entre las sesiones de videoconferencia y el trabajo a través del aula virtual (o incluso el correo electrónico). Dar una clase online no es pasarse las 4 horas de lo que originalmente era el curso presencial en una videoconferencia, sino que deberíamos distribuir la práctica de tareas. Por ejemplo, está claro que la práctica oral, especialmente la interacción oral, solo puede realizarse mediante videoconferencia. Pero hay muchas actividades que podemos sacar de la videoconferencia y llevar a cabo a través de un aula virtual (ver aquí un ejemplo de un aula virtual en Padlet).
Todas aquellas actividades que requieran inmediatez, esto es sean síncronas, las deberíamos reservar para las sesiones de videoconferencia, un día y a una hora. El resto, las actividades denominadas asíncronas, pueden realizarse a través del aula virtual. Por ejemplo, un debate escrito en un foro, escuchar un audio o preparar un vídeo. Abajo puedes ver un esquema con algunos ejemplos, aunque ¡no son exclusivos! Al final seré yo, como docente, quien decide cuándo realizar qué actividad. O quizás nuestros alumnos cuando nos piden ayuda o nos dicen que prefieren realizar una u otra actividad en videoconferencia o después de la sesión de videconferencia en un foro en el aula virtual.