Y llegamos a la luna

Desde la Prehistoria, la Luna ha provocado fascinación en el ser humano. No en vano, ella es la que rige las mareas, los calendarios de algunas culturas, y afecta de manera importante al ciclo de la vida en nuestro planeta (los corales sincronizan su ciclo reproductivo y una noche de Luna llena desovan todos a la vez). A ella dedicaron el primer día de la semana: el lunes. Esta atracción hacia la Luna se ha visto reflejada en la literatura, en el arte, en la música… lo que hace natural que el hombre quisiera acercarse y conocer ese astro misterioso y esencial.

Este deseo de “alcanzar” la Luna se reflejó en obras como el Viaje a la Luna de Julio Verne o, anteriormente, el de Cyrano de Bergerac o Rudolf Erich Raspe que consiguió que El Barón de Munchausen conociera en uno de sus viajes a los habitantes de la Luna, los selenitas, y además pudo explicar el origen de las tormentas de granizo. Galileo la observó para “estrenar” su telescopio. No olvidemos que sin ella el mito del hombre lobo no existiría, música tan bella como la compuesta por Beethoven o Debussy al claro de la luna tampoco, sin olvidar el avance científico y tecnológico que supuso la carrera espacial.

Así, henos aquí, un 20 de julio de 1969, dando un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad. Por todo ello, la propuesta de este año es acercarnos más a la Luna y mostrar, además del primer alunizaje, su cara oculta. Esto es, las circunstancias históricas que lo propiciaron y el impacto que este hecho tuvo tanto en el ámbito científico y tecnológico, como en el social y cultural.

Hemos querido aprovechar esta edición de la Semana de la Ciencia y la Innovación para resaltar, de nuevo, este acontecimiento: no solo la llegada del hombre a la Luna, sino la carrera espacial y el marco histórico en el que tuvo lugar.

Esperamos que disfruten del viaje.

Centro asociado de Madrid Escuelas Pías