Grecia

La indumentaria de la Antigua Grecia

Contexto geográfico e histórico

La civilización que se desarrolló en torno al mar Egeo, con una apreciable influencia mesopotámica y egipcia observable en los frescos del Palacio de Cnosos (Creta), por ejemplo, muestra en su forma de vestir a partir del III milenio unas características esenciales recibidas del núcleo central: Creta (acabamos de mencionarla). Se ha supuesto que las primeras invasiones arias hacia el 2000 a.C., produjeron la invasión de la Hélade por los aqueos, estabilizándose las características del traje primitivo, aunque no permitieron que éste conociera el refinado desarrollo al que se llegó en una isla de Creta que aún se encontraba bajo las exigencias de la nobleza señorial aquea y su organización feudal. Es a partir del siglo XVII a.C. cuando la isla cretense conquista las Cícladas y la Hélade, produciéndose la adopción de las mujeres del continente de ciertas modas que llegaban de Cnosos. Por lo tanto, en la Hélade el vestido parece que permaneció estabilizado mientras que en la isla, durante el Minoico Medio y el Reciente (de 2000 a 1400 a.C. aproximadamente), una relativa seguridad ofreció las favorables condiciones para el desarrollo de extraordinarias formas de vestir. Hacia el 1200 a.C. se produce una segunda oleada de invasiones, en esta ocasión de mano de los dorios, que expulsaron a los aqueos. Durante más de cuatro siglos esta nueva civilización se fue formando en la Hélade, habiendo que esperar a que Jonia le restituyese los elementos de su cultura anterior. La importancia del traje jónico en el vestido griego continental -a pesar de lo raro que pueda parecer a primera vista- procede de la copia de los elementos del vestir que los griegos instalados en Asia Menor hicieron de los habitantes autóctonos de la costa y que trasladaron a la Hélade. La imposibilidad de extenderse hacia territorios del interior debido a la presencia de tribus hostiles, los había inducido a especializarse en ciertos productos, especialmente los textiles; tomaron tejidos y ciertas formas de vestimenta de estas tribus a la vez que adquirieron técnicas procedentes de Egipto y Mesopotamia. Resulta evidente que esta evolución jónica afectó a la Grecia continental provocando, por un lado, una mayor extensión de la industrial textil y, por otro, impulsando a los griegos continentales a emprender ellos mismos sus intercambios con Asia Menor.

Mapa sobre el comercio griego

De esta forma podemos tener una mejor comprensión acerca de la formación del vestido griego ya que, debido a la existencia y desarrollo de estas corrientes comerciales y de gustos, las riquezas obtenidas gracias a estos intercambios y las técnicas extranjeras adquiridas por esta expansión, la Grecia continental pudo extraer de ellas ciertos elementos que formarían parte del vestido clásico durante el periodo más importante de su civilización, del siglo VI al IV a.C. De esta manera podemos deducir que, del encuentro entre el traje rústico de los aqueos, y más adelante el de los dorios, con las modas cretenses más refinadas, las formas extranjeras y los colores vivos adoptados en la Hélade, se formó poco a poco el vestido de la Antigüedad griega y, después, romana.

Materiales y colores de la vestimenta griega

Respecto a este tema, a pesar de que no conocemos a ciencia cierta los detalles de la indumentaria de los dorios, podemos conocer gracias a Heródoto (historiador y geógrafo griego que vivió entre el 484 y 425 a.C.) que empleaban tejidos de lana, utilizada sobre todo para la confección de mantos de grandes dimensiones, el himation, y su versión militar, clámide. Parece que el empleo de este material se debió al origen montañés de este pueblo. Otro de los materiales empleados para la realización de tejidos fue el lino, introducido por los jonios, procedente de Egipto, aunque también parece que podía llegar de Sicilia. Su finura y liviandad provocaron el empleo de una curiosa técnica para su tratamiento de plisado, consistente en formar primero los pliegues a mano y mantener a continuación durante algunas horas la tela retorcida y sujetada en lo extremos.

En el empleo de la lana se conservó el color blanco crudo para la confección de la mayoría de prendas, pero al parecer el pueblo habría llevado mantos de color oscuro, rojo o marrón rojizo según Heródoto. También podemos conocer esto a través de un edicto ateniense que prohibía el uso de estos mantos en el teatro o en los lugares públicos. Sin embargo, el color no a estado siempre excluido del traje griego, sabiéndose por Plinio que el pintor Polignoto fue el primero en inaugurar en las mujeres los tintes vivos que los contemporáneos denominaron colores floridos.

Indumentaria

Diversos historiadores han opinado que Grecia fue para Roma lo que Francia para Europa en los siglos XVIII y XIX: el centro del arte y del estilo. Aunque salvando las distancias y sin poder compararlas, la indumentaria de la Antigua Grecia era bastante sencilla, la mayor parte de las prendas se hacían a partir de un rectángulo de tela donde el cosido era mínimo, ya que las prendas solían llevarse envueltas o drapeadas.

La Grecia de estos momentos podía considerar como estilos propios cuatro tipos: el minoico-cretense, el micénico, el arcaico y el clásico. Cada uno de ellos recibe el nombre de la época en que se desarrollaron y son fiel reflejo de los valores que se dieron en el momento de su aparición. En la época clásica la atención se fue fijando en los drapeados, que fueron adquiriendo un mayor refinamiento, cayendo de forma natural sobre el cuerpo. En su forma ideal el vestido debía ser tan fino hasta el punto de que no pudiera diferenciarse el cuerpo de la tela, correspondiendo con el ideal artístico del momento.

Prendas masculinas

La forma primitiva de la indumentaria masculina fue el rectángulo de tela sin costura, que componía en ocasiones unatúnica cuando se encontraba abrochado encima del hombro izquierdo, dejando libre el derecho y ceñido con un cinturón; en otras ocasiones formaba un manto cuando el rectángulo envolvía el cuerpo. Este exomide fue el vestuario de obreros, artesanos y hombres de guerra; se elaboraba en el propio hogar con la lana de los rebaños, sirviendo además de manta para la noche, al igual que el manto de lana de los pastores y guerreros homéricos, la khlaina. A través del continuo uso de estatúnica, se fue cerrando la abertura que quedaba encima del muslo derecho a través de unos puntos de costura y se sustituyó el broche del hombro por cintas que pendían por el pecho o la espalda. Este exomide propició la aparición de la túnica corta provista de un cinturón o khiton (también lo podéis encontrar como chiton). Este khiton se llevaba abrochado en el hombro izquierdo con una sola escotadura, o en los dos hombros, con dos escotaduras. Un segundo cinturón colocado encima del anterior permitía ablusonar el tejido. Si este vestido se llevaba sin cinturón, flotaba sobre el cuerpo, utilizándose como ropa de noche; encima se podía colocar una coraza. Si esta prenda se alargaba se convertía en una túnica masculina que era utilizada en ceremonias por personajes relevantes y, en las fiestas por músicos y conductores de carros.

Del primitivo exomide resultó además otra prenda masculina: el manto, un rectángulo de lana de una sola pieza, de grandes dimensiones (2 x 3 m), denominado himation, que se enrollaba alrededor del cuerpo sin puntos fijos de sujeción. Este manto podía llevarse solo, dejando libres el hombro y brazo derecho, a la moda espartana o por economía. Aunque en el siglo I esta forma de llevar el manto sin túnica fue pasando de moda hasta el extremo de provocar las burlas de los ciudadanos.

Demóstenes. Copia de un original.

Existían diversas formas de llevar el

himation, que se solía llevar encima

de otra prenda. Aquí muestra austeridad.

Prendas femeninas

La indumentaria femenina estuvo constituida desde los primeros tiempos por la gran pieza de tela rectangular primitiva. Gracias a un testimonio muy exacto de Heródoto, que confirma el de Homero varios siglos después, sabemos que en las poblaciones dorias existía un traje femenino llamado dórico (el peplos de Homero), antigua indumentaria nacional de las mujeres griegas. En Atenas este vestido dórico dio paso al denominado vestido jónico, representado por la túnica de lino. Elpeplos antiguo, vestido o prenda exterior, siguió siendo una especie de chal sujeto por dos fíbulas, completamente abierto en uno de los costados, siendo el izquierdo el lado preferente. Se trata del peplos abierto, que generalmente no se ceñía a la cintura. Las griegas, preocupadas por el pudor, decidieron cerrar esta prenda, dándose paso al peplos cerrado. Resultaba fácil replegar una parte y doblarla, sirviendo para tapar la cabeza en caso de que fuera necesario. Finalmente, con o sin la utilización de un cinturón encima del doblez, el peplos -abierto o cerrado- se prestaba a formas de atuendo muy similares a las de la túnica, y su descripción se presta a confusión con el khiton.

Forma del peplos, con una sola abertura a un lado del cuerpo y el doblez

El vestido largo confeccionado con lino, de origen jónico, era la túnica, a pesar de que su correcta denominación es khiton; se trata de una especie de tejido cuyos laterales se encontraban unidos por una costura. Una serie de fíbulas unían los bordes superiores de la prenda, encima de los hombros y a lo largo de los brazos, dejando una abertura para poder pasar la cabeza. La tela que se empleaba podía llegar a medir hasta tres metros de anchura. Esta prenda estuvo de moda la mismo tiempo que se utilizaba el peplos dórico.

Túnica o khiton, donde se pueden ver las "costuras" o

sujeciones en los bordes superiores (hombros). También

vemos el empleo del manto y diferentes formas de empleo.

Encima de la túnica, las mujeres solían utilizar el manto masculino, el himation, abrochado en uno de los hombros y dejando caer el extremo hacia delante. El traje jónico comprendía al mismo tiempo el pharos, un manto de lino, y un largo echarpe oblicuo, formado por una bolsa de tela.

Diferentes formas de acomodación de las prendas que hemos mencionado.

Tocados y calzados

Los griegos solían cubrir su cabeza con un sombrero combado parecido al sombrero nicense actual, la tholia. Este tipo de sombrero es el que podemos encontrar en las denominadas figurillas de Tanagra (figurillas de pequeño tamaño, de terracota, policromadas y descubiertas por casualidad en 1870 en Beocia).

En cuanto al calzado, la sandalia, común a ambos sexos, era lo habitual. Se sujetaba de formas muy diversas; las correas eran ligeras, quedando el pie casi desnudo. Había un tipo de sandalias que eran de color púrpura, con el orillo oculto en los bordes, sujetadas a un broche en forma de florón (adorno en forma de flor), alargado por medio de pequeños cordones de cuero trenzado. Otras sandalias eran más sencillas, con correas en abanico que pasaban entre los dedos de los pies. Las suelas de este calzado se encontraban guarnecidas de clavos. Se conoce una sandalia procedente del Bajo Egipto, utilizadas seguramente por cortesanas griegas de Alejandría, cuyos clavos dibujaban en el suelo la palabra Sígueme.

Supuestas sandalias de una cortesana. Se puede leer Sigue mis pasos. No puedo confirmar que sean originales ni en qué museo se encuentran.