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COPENHAGUE

de Michael Frayn

 

ATENCION ALUMNOS DEL

LICEO VICTOR MERCANTE de la  UNLP  (Física)

ALUMNOS DEPARTAMENTO DE FISICA (Contactar a F. Schaposnik para coordinar horarios)

Entradas para la funcion y transporte a Buenos Aires (ida y vuelta)  gratuitos para asistir en el Teatro San Martín*

Dia:  Miércoles 28  de abril 2004

Horario de la obra: 20.00 hs

a la representación de la pieza teatral:

COPENHAGUE

de Michael Frayn

Estrenada en Buenos Aires el 12 de abril de 2002 bajo la dirección de Carlos Gandolfo.  Los actores son Carlos Gené (en el rol de Niels Bohr) ,  Alberto Segado (Werner Heisenberg) y Alicia Berdaxágar (Margaretta Bohr). Este es el tercer  año consecutivo en que se representa.

* Corrientes 1530 - Tel: 4371-0111/8

 

La obra trata sobre el encuentro que se produjo en Copenhague, en 1941, en plena Segunda guerra mundial, entre el físico danés Niels Bohr  y el alemán Werner Heisenberg. El primero había sentado en 1913 las bases de la descripción cuántica de los atomos, proponiendo el llamado modelo de Bohr [1]. El segundo había publicado en 1925 un trabajo considerado fundacional de la mecanica cuántica [2].

Durante muchos años los historiadores y los científicos discutieron sobre las actividades de Heisenberg durante el nazismo, habida cuenta de que permaneció toda la guerra en Alemania, transitó los corredores del poder y  dirigió un grupo de investigación que estudiaba problemas que podían tener que ver tanto con el desarrollo de reactores nucleares como con el de armas "atómicas".

También se discutió el verdadero motivo de la visita de Heisenberg a Bohr en 1941:  ¿Se trataba simplemente de ver y hablar con su maestro? ¿O Heisenberg buscaba la colaboración de Bohr en proyectos armamentísticos? Apoyado en muchos trabajos sobre el asunto, el autor inglés Michael Frayn construye una visión incierta del encuentro [3]. Comenta Frayn que así  como Tucídides no puede reproducir con precisión absoluta todos los discursos de los guerreros que hace hablar en su famosa Historia de la Guerra del Peloponeso  [4],  nunca podrá tenerse precisión absoluta al pretender relatar la historia del encuentro entre Bohr y Heisenberg, sobre todo porque todo lo que atañe a este último está empapado de incerteza.

 En 1927 Heisenberg introdujo un principio que hoy llamamos justamente principio de incerteza, que se refiere a la imposibilidad de medir con precisión absoluta pares relevantes de cantidades físicas [5].  Esto causó una conmoción tal en los fundamentos de la física (considerada por muchos como la ciencia de la medida) que hoy llamamos física clásica a toda aquella que ignora el principio de Heisenberg . Como ejemplo, la mecánica newtoniana o la relativista son construcciones clásicas que deben reemplazarse por sus versiones cuánticas cuando se estudian fenómenos en ciertas escalas.

Si bien es muy simple explicar el principio de incerteza a quienes cuentan con las herramientas físicas y matemáticas adecuadas, las dificultades se hacen insalvables cuando se lo trata de divulgar entre los legos. El principio de incerteza se vuelve entonces oscuro, casi tan oscuro como un agujero negro y quizás por ello la palabra incerteza proveyó un título atractivo a la mejor biografía  que se escribió sobre Heisenberg [6].

Pero para describir la vida de Heisenberg, una palabra más adecuada, más precisa, es la de ambigüedad.  Ambigüedad en la que Heisenberg envolvió sus actos durante los años de plomo en Alemania, ambigüedad que cultivó hasta su muerte en 1976.

Como nos enseñó Proust en su búsqueda del tiempo perdido [7], no por inacabable el ejercicio de la memoria es imposible. En febrero de 2002, molesta por las discusiones revividas por la obra de Frayn (que se estrenó  en Londres en 1998 y en Nueva York en 2000), la familia de Bohr  hizo públicos,  pasando por alto el compromiso de mantenerlos como confidenciales durante 50 años, los borradores, escritos en 1962, para una carta que Bohr nunca envió a Heisenberg [8].

La lectura de los 11 borradores muestra que para Bohr no había ninguna incerteza sobre el tenor de su encuentro en 1941, ni sobre las convicciones de Heisenberg en lo referido a la guerra y a la necesidad de colaborar con los nazis en la construcción de armas atómicas.

[1] Niels Bohr, Philosophical Magazine 26 (1913) 1; 476; 857.

[2] Werner Heisenberg, Zeitschrift für Physik 33 (1925) 879.

[3] Michael Frayn, Copenhagen, Ed. Random House, New York, 1998.

[4] Tucídides de Melesias, Historia de la Guerra del Peloponeso, Ed. Porrúa, México, 1989.

[5] Werner Heisenberg, Zeitschrift für Physik 43 (1927) 172.

[6] David Cassidy, Uncertainty: The Life and Science of Werner Heisenberg, Ed. W.H. Freeman & Co, New York, 1993.

[7] Marcel Proust, A la recherche du temps perdu,  ed. La Pléiade-Gallimard, Paris, 1978.

[8] Archivos de los borradores que escribió Bohr Esta página puede encontrarse en el sitio  www.fschaposnik.com.ar

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