La preparación: es aconsejable entrenarse 2 ó 3 meses antes de realizar cualquier ruta de varios dias, conviene hacer salidas de largo kilometraje con diferentes tipos de recorridos, es decir, llaneo, repechos rompepiernas, puertos largos, etc.. con el fin de irse acostumbrando.
La épòca del año: de primavera a otoño. En invierno los días son más cortos con lo que disponemos de pocas horas de luz, ante cualquier imprevisto nos podría sorprender la noche, hace más frío con lo que debemos cargar más ropa por lo tanto mayor peso, considerar también que en esta época del año algunos caminos son impracticables por la nieve o el hielo. En verano el calor puede ser insoportable en las horas centrales del día especialmente en los recorridos al sur de la península.
La alimentación: debemos procurar que sea lo más equilibrada posible de manera que aportemos todos los nutrientes, debido a la alta actividad física los hidratos de carbono van a jugar un papel importante, son nuestra "gasolina".
Desayuno: Debe ser generoso pero no copioso, un zumo de fruta con unas tostadas, una pieza de fruta, cereales y un café con leche o leche con cacao nos aportaran suficiente energía para empezar la jornada.
Durante la jornada: És importante ir tomando pequeñas cantidades de alimento cada 2-3 horas aproximadamente, fruta, frutos secos, barritas de cereales o un pequeño bocadillo nos mantendran en marcha.
La cena: En este momento debemos reponer energias, va a ser la comida principal del día, la pasta, arroz o patatas nos aportaran hidratos, la carne, huevos o pescado son fuentes interesantes de proteina, al menos una vez por semana és aconsejable comer legumbres y no descuidar las verduras.
La hidratación: Imprescindible llevar siempre agua suficiente, ir bebiendo regularmente, no esperar a quedarse seco, en verano al sudar perdemos sales minerales (electrolitos) que debemos reponer, podemos tomar bebidas isotónicas o añadirlas al agua que llevamos. La deshidratación disminuye el rendimiento y pone en riesgo nuestra salud.
El ritmo: Si queremos disfrutar de nuestra ruta en cada jornada, realizarla con éxito y sin lesiones, coger la bici con ganas cada mañana y descansar bien por las noches, és muy importante llevar el ritmo adecuado, este ha de ser siempre el mismo, del primer al último momento del día y todos los días, un ritmo relajado, tranquilo, debemos empezar igual que si estuvieramos acabando. Un ritmo alto se puede aguantar un rato pero luego pasa factura como "pájaras", cansancio al final de la etapa, intranquilidad por la noche y no nos deja descansar bien con el consiguiente decaimiento al día siguiente.
Las etapas: Las debemos planificar de acuerdo con nuestra condición física y dandonos margen para imprevistos. Preferiblemente que pequen de cortas y no de largas, es mejor quedarse con las ganas de hacer 10 km más que no que los últimos 10 km se hagan un suplicio y parezcan no terminar. No desesperarse si nos perdemos o no avanzamos por una averia, lluvia, etc.. y no podemos cumplir el plan, se puede ir recuperando, poco a poco, día tras día.
Estiramientos: Al terminar y antes de la ducha una sesión de estiramientos nos ayudará a relajarnos y recuperar la musculatura.
El hielo: Nos podemos encontrar que aun habiendo llevado un ritmo suave se nos carge un poco alguna articulación, la rodilla especialmente, sintiendo algún pinchazo, aplicaremos una bolsa con hielo durante 10-15 minutos en la zona afectada, suele ser una terapia muy reparadora, van muy bien las bolsas de guisantes congelados ya que se adaptan bien a la forma de la articulación.
El descanso: Vital para reponer fuerzas, no acostaros con el estomago lleno, un paseito tranquilo después de cenar nos relajará y ayudará a bajar la cena. Dormir lo necesario, no os quedeis cortos.