Manuk Beorn

Una raza de solitarios Hombres del Norte que protegían contra los orcos y los huargos el Vado de la Carroca y el Paso Alto en Rhovanion. Estas gentes eran los beórnidas. El más feroz guerrero, llamado Beorn, también fue un gran hombre que busco lo mejor para sus amigos animales y gente de los bosques, quien por cierto sortilegio podía cambiar de forma y convertirse en un gran oso. Por miedo a este hombre-oso, los orcos y los huargos de las Montañas Nubladas se mantenían lejos del camino del Paso Alto.

Manuk, es hijo ilegítimo de Grimbeorn, hijo de Beorn, que junto a los Hombres del Bosque y los elfos del Bosque Negro expulsaron el mal de aquella región para siempre.

El pequeño Manuk por ese entonces sólo tenía 4 años. Luego de la Guerra del Anillo su padre volvió con su pueblo alVado de la Carroca abandonando a la peluda criatura. Sin familia ni legajo, se refiere a si mismo como nieto de Beorn. Creció junto a su madre, una extraña mujer llamada Manaal, la cual murió cuando el joven llegó a los quince años de edad.

A partir de entonces Manuk vivió por su cuenta en los Bosques de las Montañas Nubladas. La única reliquia que posee es un ropaje guerrero que Manaal robo de su padre, el lo lleva sin saber de su procedencia, lo utiliza por el oso que tiene inscripto, un oso plateado y una carta que su madre le dejó en su lecho de muerte para ser entregada a su padre. Se la entregará cuando sienta que es digno de volver a su hogar perdido y luego lo matará.

Desde niño se dio cuenta que poseía la extraña cualidad de convertirse en oso si pensaba en sus orígenes. Intenta ser como su abuelo, pues su semejanza con el es increíble y los viajeros y lugareños siempre lo compararon con él, es bueno y generoso con quienes merecen ser llamados amigos, pero no puede evitar el odio a su padre. Canaliza su ira en criaturas oscuras y malignas, orcos, huargos…

A diferencia de su padre, Manuk adoptó un hijo de la naturaleza; un huevo de águila quedo desprotegido en su nicho luego de que su madre muriera defendiéndolo de una víbora venenosa. Con su espeso bello de oso lo calentó durante casi toda una hibernación. Desde su nacimiento el águila ha sido su mayor compañero de aventuras, responde a su llamado por medio del lenguaje de las aves, muchas veces la gente piensa que es un extravagante personaje que dialoga con un águila.

Le gusta la vida en los bosques, duerme al descampado y si duerme en climas fríos tiende a convertirse en oso para pasar la noche. No le agrada comer carnes rojas pero le fascina el pescado y las frutas. Una sola vez saboreo carne humana ante un enfrentamiento con un cazador que lo tomó como un llamativo oso plateado. Tiene una hacha enorme la cual “encontró” de un distraído paladín que pasó la noche en su cueva. Armado medianamente salió de los Bosques y se dirigió a los poblados buscando aventuras para convertirse en un rival digno de su progenitor.