1.LECTURA atenta del fragmento. Si hay una palabra que te impide comprender el sentido global de una oración, estrofa o verso, búscala en el diccionario.
Resume cada parte con tus palabras, en una pequeña frase o enunciado.
2.AUTOR Y ÉPOCA LITERARIA
Encuadra al autor o autora dentro de su época, porque con frecuencia, los temas que abordan en sus escritos tienen estrecha relación con acontecimientos sucedidos entonces o sentimientos propios de su movimiento literario (pero no siempre).
Te dejo un enlace para que profundices en los Movimientos o épocas literarias.
3.TEXTO Y OBRA
Una vez ubicado el autor en su época, relaciona el fragmento con la obra concreta, y con la totalidad de la misma.
4.GÉNERO LITERARIO
Recuerda que hay cuatro: lírica o poesía, dramática o teatro, narrativa o épica y didáctica.
Debes tener en cuenta las figuras literarias que estamos aprendiendo para ayudarte a interpretar el texto.
Te dejo un enlace para que practiques.
5.FORMA
Aquí trabajarás la forma de presentación del fragmento. Si es un párrafo o más de un texto mayor, un fragmento de diálogo, un poema completo o estrofas sueltas ...
Si es un texto lírico, recuerda los tipos de estrofa; sobre todo el soneto; sin olvidar medir las sílabas para catalogarlo bien.
En cualquier caso, debes analizar su estructura, es decir, debes intentar ver en cuántas partes y por qué se divide el fragmento. ¿Recuerdas los sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz del módulo V? En este caso, la estructura es muy fácil porque el poema viene estructurado ya en cuatro partes. Tendrías que hacer el pequeño resumen de cada una y relacionarlas entre sí.
Te pongo un ejemplo:
Son tres golpes remachando la cadena,
son tres saltos que coronan tres alturas,
se dirían tres corceles que en la arena
estampasen doce firmes herraduras.
(José Santos Chocano)Los sonetos constan de 4 estrofas: dos cuartetos y dos tercetos. 4 y 3 versos endecasílabos (11 sílabas).
Este fragmento sería un cuarteto clásico. Pero cuando contamos las sílabas, percibimos que hay 12, no 11. ¿Por qué?
Si comenzamos nuestro comentario en el orden adecuado, veríamos que el autor escribe este fragmento dentro del movimiento modernista. Al relacionar el contenido del poema con la época del autor (Modernismo), repasamos las características del movimiento, y vemos que estos autores introducían novedades en los metros o estrofas clásicas; aquí se añade una sílaba a las clásicas 11, formando un dodecasílabo en lugar de un endecasílabo.
Con las ideas algo más claras, podemos abordar el tema del cuarteto: un nuevo tipo de dodecasílabo.
Los tres golpes serían los tres acentos o sílabas tónicas dentro de cada verso. Las doce firmes herraduras, las sílabas. Estos son dos ejemplos de metáforas.
Si el texto es narrativo, presta atención al narrador, personajes, acción, tiempo y lugar.
Si es teatral, mira a ver si interviene el autor en las acotaciones dando su opinión sobre algo, o solamente da indicaciones sobre la puesta en escena. Ramón María del valle-Inclán, gran dramaturgo de principios del s. XX, introduce unas acotaciones o didascalías tan profundas en su obra Luces de Bohemia, que la crítica opina que formarían otro libro aparte de los diálogos de la misma.
En definitiva, tienes que analizar qué está diciendo el autor. Para ver esto, fíjate bien en los conectores, en la presencia o ausencia de verbos, sustantivos, adjetivos... El léxico; ¿es complicado o sencillo? ¿En qué registro está escrito? ¿Con qué fin? ¿Las frases son cortas o largas? ¿Hay presencia de figuras literarias?¿ Para qué?
6.CONTENIDO
Ahora es cuando debes relacionar el fragmento con otro fragmento mayor (poema entero, libro completo, resto de la obra). Intenta resumir en pocas palabras "de qué va" tu texto. De amor, de la vida, etc. Nuestro ejemplo anterior, se basa en el "dodecasílabo", por ello toda la estrofa explica qué es ese nuevo verso dentro de un soneto.
Debes estudiar si además del tema principal, hay secundarios, y explicarlos razonadamente.
Vuelve a la estructura si es necesario, para apoyarte en la justificación de tu tema. Esta puede ser inductiva, deductiva, circular, abierta...
7.CONCLUSIÓN
Es una especie de resumen de todo lo anterior, sobre todo sería la justificación de por qué has elegido ese tema para el fragmento.
Debes valorarlo, nunca diciendo si es bueno o malo o si te ha gustado o no. Solo valora si te parece adecuado dada la trayectoria del autor o autora, o si llama la atención algo dentro de ese movimiento literario.
Te pongo otro ejemplo. ¿Recuerdas a Espronceda? El de La canción del pirata y El estudiante de Salamanca. Pertenece al Romanticismo. Con las características que vimos, ¿te llamaría la atención que escribiera una obra de teatro de humor? Sí, ¿verdad? Porque él fue un romántico puro, que llevaba sus sentimientos hasta lo más alto de la expresión. Como buen autor de su época, se sentía frustrado, marginado, incomprendido. Quería escapar de todo, y lo hacía reflejando en su textos ese estado de ánimo, reflejo a su vez, de las inquietudes de sus coetáneos.
Intenta encontrar la estructura y tema de los textos siguientes. No olvides investigar un poco sobre la vida de los autores para entenderlos mejor.
Sonatina
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
[...]
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar
[...]
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
Rubén Darío
La saeta
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
Retrato
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
mas recibí la flecha que me asignó Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Del juvenil ramaje de la huerta
Del juvenil ramaje de la huerta
las palomas su vuelo han levantado,
un búho en el pinar se ha recatado
ciego, que ya el crepúsculo despierta.
El caballejo con mirada alerta
para la noria, el cuco se ha callado,
una gata se esconde en el tejado
y un can aulla tras cerrada puerta.
Silencio. Pasa un hombre lentamente
baja la testa, el capuchón caído
cual si buscara en torno algo perdido.
Y el buho se lanzó del hombre enfrente
el disco de sus ojos encendido…
Y está la luna de la noche ausente.
Sofía CasanovaSeguid la carretera que tendida
Seguid la carretera que tendida
entre prados está
como inmenso reptil de fina escama
parado a descansar,
y una plaza, antesala de una aldea,
por fin encontraréis
donde la vieja iglesia está orgullosa
de su misma vejez.
Y allí donde agrupadas las acacias
al declinar el sol
parecen los guardianes que se estrechan
para velar mejor;
allí donde las brumas misteriosas
flotan entre la luz;
donde corta el escueto campanario
el horizonte azul;
allí donde las negras cordilleras
parecen a mi afán
negras perlas formando de los valles
el sombrío collar,
está la pobre aldea que idolatro
porque en ella nací,
cuando el otoño descolora impío
de la selva el matiz.
Mi hogar perdido en la olvidada aldea
contemplad con amor
y en su iglesia rezad, que allí he rezado
mi primera oración.
¡Mi aldea! Quiero verla, quiero sola
sus playas recorrer
y aspirar en sus auras nueva vida,
la vida de la fe.
¡Llevadme, por favor! Busco armonías
que sólo encuentro allí,
secreto de sus noches y sus olas
que cantan al gemir.
Quiero, Galicia, en tu adorado seno
mi tristeza cantar,
tú, que vives, cual yo, desventurada,
tú me comprenderás.
Quiero en tus soledades dar al mundo
mi postrimer adiós…
y en tu iglesia rezar entre mis lágrimas
mi postrera oración.
Sofía CasanovaLA AURORA
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Federico García Lorca, Poeta en Nueva YorkEn Presencia a oscuras, el primer poemario de sus años de exilio, puede verse una búsqueda del espacio propio que se desplaza primero desde la angustia hasta encontrar su voz cantando a Dios. En unos versos iniciales :
Arráncame de esta duda,
de este querer sin querer
que despedaza mi ser
en lucha implacable y muda.
Más adelante deja de luchar enardecidamente para centrarse en el encuentro que tendrá con Dios:
Hoy soñé con tu presencia.
Si esto es antes de tenerte,
¿qué será, Señor, la muerte
y el don vivo de tu esencia?
Para finalmente imaginar ese momento de unión con él:
Si en la niebla de tu ausencia
tu recuerdo es dicha pura,
¿cómo será la dulzura
de tu realidad palpable
y esa verdad inefable
que amanece en noche oscura?
La voz poética sabe que para tomar ese amor divinoo ha de renunciar a sí misma, a su identidad:
Si hay que morir a la vida
para nacer a tu amor,
mátame pronto, Señor,
y protégeme en la huida.
Borra ya la desmedida
codicia de mis pasiones.
Dómame Tu los leones
que me desgarran el pecho
y dame para mi lecho
una almohada de oraciones.
Visitad el enlace que hay en la página de Literatura del blog para saber algo más sobre la autora y poder hacer mejor el comentario.
Os dejo otro enlace a Spotify, donde ella recita sus poemas.
CAMINO DE HUIDA Y VUELTA
No toques si duele, amor,
que una herida de tu mano
es como una primavera helada
y este cuerpo tirita con un solo roce.
No te quedes a verme llorar
si desconoces el polvo que inunda mis ojos,
si no sabes
que mis pupilas solo son escondites de palabras,
si lo único que quieres es borrar mis lágrimas
en vez de dejar que me seque y pueda respirar.
No te quedes a verme llorar
que no quiero mojarte
y que mueras de frío.
No te quedes a verme llorar
si no vas a besarme los ojos
y ahogarte conmigo.
No me rompas el pelo
que desde que te quiero nunca me peino,
y si ahora te marchas
tendré que volver a encontrarme en el espejo,
y yo solo quiero mirarme en tus ojos.
No vuelvas contra mí
todos los motivos que inventaste para quererme
como si fueras una suicida por amor,
que el romanticismo está hecho
para los que tienen el corazón roto.
No huyas
si no es
de ti
hacia mí
el movimiento.
[...]
Elvira Sastre