Paisaje lingüístico de la frontera España-Portugal

Las fronteras lingüísticas y los límites políticos siguen sus propios caminos, que a veces se entrecruzan, dando lugar a situaciones muy interesantes.

La independencia de Portugal en el s. XII rompió la continuidad de los dominios astur-leonés y gallego-portugués, por lo que cada rama ha ido evolucionando de modo independiente. Son diferentes en su nombre (gallego y portugués; leonés y mirandés), pero también en su ortografía, su fonética, su gramática y su vocabulario, al estar sometidas a distintas lenguas estatales y actuar la frontera política como freno de las innovaciones emanadas de los diversos centros de prestigio socioeconómico.

A lo largo del lado español de la Raya hay varias localidades en las que todavía se hablan dialectos portugueses. En ocasiones se explican por un cambio en la frontera política: mejor delimitación del trazado, cesiones territoriales entre ambos estados o, incluso, conquista militar, como el conocido caso de Olivenza. En otros casos, estos pueblos son fundaciones o repoblaciones de familias portuguesas que cruzaron la frontera en busca de una vida mejor.

La Raya ha sido siempre lugar de contacto. Su carácter periférico con relación a los grandes centros de poder político y económico de España y Portugal ha hecho que los rayanos hayan tenido que apoyarse unos a otros para superar las carencias de infraestructuras y servicios. Agricultores y pastores atravesaban la frontera en busca del jornal; muchos habitantes dedicaban sus noches al contrabando; se olvidaban los padecimientos con bailes y romerías a los que acudían nacionales de los dos países, y que podían acabar en matrimonios mixtos. Este contacto cotidiano tiene un claro reflejo lingüístico, al incorporar palabras del vecino y al acomodar nuestra manera de hablar para que se nos entienda mejor en la conversación.

Con todo, la frontera vive momentos de intenso cambio. Las aldeas se despueblan. Los habitantes que quedan están en contacto prácticamente diario con las cabeceras comarcales (y su lengua). La escuela y la televisión propagan el castellano y el portugués estándar, etc.

Con la finalidad de documentar ese fascinante mosaico lingüístico nace, en 2015, el proyecto Frontera hispano-portuguesa: documentación lingüística y bibliográfica (FRONTESPO), en cuyo seno se han creado tres recursos fundamentales para la descripción del territorio, el Corpus oral (http://www.frontespo.org/es/corpus), la Bibliografía multidisciplinar (http://www.frontespo.org/es/bibliografia) y el Tesoro léxico (http://www.frontespo.org/es/tesoro)