A fala de Xálima

En el rincón noroccidental de la provincia de Cáceres, a escasos kilómetros de la frontera con Portugal, tres pueblos situados en el valle de Jálama (val de Xálima) conservan una variedad lingüística que se considera heredera directa del gallego-portugués medieval. En Eljas (As Ellas), San Martín de Trevejo (Sa Martín de Trevellu) y Valverde del Fresno (Valverdi du Fresnu), el glotónimo con el que se identifica esa variedad es a fala, aunque en cada una de las tres localidades adquiere una denominación distinta que coincide con el gentilicio correspondiente: lagarteiru, en Eljas; mañegu, en San Martín; y valverdeiru, en Valverde. 

La teoría más extendida sobre dónde y cuándo se sitúa el origen de la fala apunta a una repoblación del valle por colonos llegados de algún punto de la actual Galicia a finales del siglo XII o comienzos del XIII. No obstante, el contacto con el extremeño —repleto de leonesismos en el norte de Cáceres— y con el portugués dialectal ha dotado a la fala de carta de naturaleza propia. La filiación lingüística gallego-portuguesa de esta variedad es evidente tanto por sus rasgos fonético-fonológicos como por la presencia de un léxico que coincide en gran medida con el gallego y el portugués actuales: abruñeiru ‘endrino’, chave ‘llave’, doer ‘doler’, fariña ‘harina’, porta ‘puerta’, salgueiru ‘sauce’... 

A pesar de que la fala mantiene una vitalidad admirable en los tres pueblos (la mayor parte de los cuatro mil habitantes del valle la conocen y la usan como lengua habitual de la comunicación), el castellano está ejerciendo una enorme presión que amenaza la conservación futura de este tesoro lingüístico. Los estudios realizados durante las últimas décadas coinciden en afirmar que la fala está perdiendo parte de su idiosincrasia —especialmente en el vocabulario— y que es necesario que se realicen acciones concretas y urgentes que permitan su conservación. 

Entre esas acciones, hay que destacar la declaración de la fala de Xálima como Bien de Interés Cultural en el año 2001 por la Junta de Extremadura, una medida que, no obstante, es insuficiente si no va acompañada de actuaciones en el ámbito de la enseñanza y de planes de estímulo para dinamizar el medio rural y evitar la pérdida de población.