4. Antecedentes históricos
Web de José Ramón Francia Silva
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Históricamente, desde los romanos, la península ha estado muy cubierta de vegetación, al igual que la antigua provincia de Logroño. No obstante ha habido épocas en las que ha sufrido importantes cambios, con la trashumancia para dedicar más terreno para pastos, entre los siglos XV y XVIII y con peligro evidente con la desamortización de Pascual Madoz, en 1855, cuando se vendió y quiso desprender de zonas boscosas del Estado, Ayuntamientos e Iglesia: En Lumbreras quisieron poner en venta las dos Dehesas: Lastornal y Las Matas.
En la Rioja, los que fueron vendidos y por lo tanto privatizados, se talaron y se sembraron de cereal y viña. Así fueron varias las dehesas que desaparecieron, como las de Fuenmayor, Santo Domingo, Bañares, Grañón..
Al parecer hasta principios del XVII la espesura de nuestros bosques era lo más característico de esta Sierra. No obstante, la necesidad de alimentación para los nuevos ganados trashumantes cada vez más numerosos obligó a eliminar determinadas zonas no solamente productoras de matorral, sino también algunos hayedos que quedaron reducidos a las cabeceras de los barrancos, ya que estos árboles permiten una escasísima población ganadera.
Aún quedan enormes hayas, de centenares de años, aisladas en los extremos de los hayedos.
Centro del hayedo de la Dehesa Lastornal al Sur del Campillo en "Las Tainas"
Grandes masas de hayedos y robledades poblaban nuestro actual Parque Natural, en concreto en el municipio de Lumbreras, con una incipiente aparición de pinos al principio del XIX, cuyas semillas que provenían de Villoslada, ya que unas masas de pinos comenzaban a ser visibles, en esta otra parte del Parque Natural.
En el Catastro del Marqués de la Ensenada, a mediados del XVIII, vemos que nombra el pino, en nuestro municipio, como algo muy puntual: Sobre todo son hayas y robles los que abundaban.
A mediados del XIX, Pascual Madoz nombra solamente hayas; desconocemos si no nombra los robles por el afán privatizador que lo caracterizaba o por falta de un estudio riguroso. En Villoslada, además de “robles, y hayas” ya nos habla de pinos en la parte norte, “Montes Madres”, sin duda la procedencia de las semillas son de los pinares sorianos tan exuberantes en la zona de Covaleda, La Laguna Negra, Vinuesa...
Govantes, en 1846, nos citaba en sus escritos hayas y robles.
A partir de mediados del XVIII el número de cabezas de ganado empezó a disminuir y con ello comenzó a degradarse la zona de pastizales, ya que crecieron los arbustos y con ellos las quemas incontroladas para favorecer la salida de la hierba las primaveras y así aumentar los pastos del ganado: Esto parece que era una constante. Con ello los bosques de robles y hayas no pudieron extenderse; con las talas fueron disminuyendo, pero las semillas de los pinos provenientes de la zona de Villoslada, se esparcían y comenzaban a germinar, ya que “agarran” más fácilmente. Las cabeceras de los ríos Leza y Najerilla serán una continuación de la colonización por parte de los pinares de nuestra zona.
Muy avanzado el siglo XIX, ante la falta de alimento de la población que había aumentado bastante, la roturación de las tierras fue en aumento y el aprovechamiento de los suelos y de los bancales o terrazas artificiales nuevas se labraron para aumentar los cultivos. Era una alternativa nueva al sistema económico basado en la trashumancia (Elías, J.M. Efectos de la ganadería en la evolución del paisaje de la Sierra Riojana. Zubía monográfico, 13, 2001).
Es conveniente también hacer alusión a la utilización de leñas para el hogar y el carbón (Pajares: Historia de un pueblo) no solamente para el municipio, sino sobre todo para fuera de él, Logroño e incluso para la exportación. Por ello las raíces del brezo, diferentes arbustos e incluso árboles en crecimiento fueron desapareciendo cada año por las quemas tan frecuentes en la Dehesa Lastornal principalmente, y en Montes Madres de Villoslada, en las décadas anteriores a 1930.
Aprovechamiento de leña para el hogar, rajando los "tocos" gordos (San Andrés, 2011).
El creación del Patrimonio Forestal (1935), con su especial protección de las zonas arboladas en las que no podían entrar rebaños, potenció las masas arbóreas de algunos lugares como Peñayerre o La Pineda.
Pinos cortados en Peña Yerre (año 2012) de los que fueron plantados hacia mediados del siglo XX.
No obstante, a mediados del siglo XX, además de la tala controlada por el Distrito Forestal, con abundantes “cortas de madera” de haya, en ocasiones de gran diámetro en la Dehesa Lastornal, existía la “tala incontrolada”. Tales eran los abusos que al Guarda Forestal se le obligó a vivir en Pajares (año 1951), que era el lugar más cercano al monte y por donde pasaba el camino forestal hecho unos años antes, por donde los camiones cargados de madera salían hacia las serrerías.
Hayas de escaso diámetro cortadas en La Pineda (año 2012).
Tanto el Plan Ceballos de 1939, como el Lubia (1969), sirvieron para repoblar grandes zonas de pinos en nuestros bosques. Se hicieron “fajas” con máquinas en las laderas e incluso cimas de algunas montañas, dónde los matorrales y el monte bajo era la señal de que no disminuirían pastos a la ganadería. Después se sembraban los pinos haciendo hoyos a mano las cuadrillas que iban con el Guarda Forestal, generalmente trabajando “a estajo”; y finalmente se plantaban los pinos de la variedad “pino silvestre”. Podemos ver madera de pino "sacada de una corta", dispuesta para el cargue en los camiones.
Según la pendiente del terreno era la plantación. En este caso, de dos en dos, en cada una de las fajas.
Entre faja y faja a veces la distancia era mayor. En los primeros años se almacena gran cantidad de maleza.
Cuando pasan unos años y sobretodo, si se cortan las ramas bajeras y se limpia, los pinos y la vista lo agradecen.
A los pocos años es conveniente "la entresaca". Se cortan los cercanos para que no entorpezcan el crecimiento de los mejores.
Pinar en La Pineda.
En la zona de Villoslada, con grandes masas de hayedos y pinos, sobretodo estos últimos, tienen un cubicaje mayor que en el término de Lumbreras, ya que su existencia es más antigua, porque antes de las plantaciones de la segunda mitad del siglo XX, ya existían zonas boscosas procedentes de las semillas venidas de los montes de Vinuesa y alrededores.
Vista de extensos montes desde las cercanías del Castillo de Vinuesa.
Unos de los primeros pinos plantados en Villoslada con semilla procedente de la huerta de El Vivero son los situados a medio quilómetro antes de llegar a esta población desde la N-111, a la izquierda de la carretera, en la ladera. Después han sido muchos miles durante años, los que se han plantado en la sierra de este municipio. Por ello, entre la multiplicación natural por la semilla autóctona y las sucesivas plantaciones los mejores pinares del Parque Natural se encuentran en los montes pertenecientes a esta localidad.
Al fondo, encima de la carretera podemos ver los pinos aludidos.
Actualmente el haber en el municipio de Lumbreras menos población ha hecho que la masa de roble haya aumentado más que en extensión en cubicaje, no obstante su diámetro es pequeño en general. En los años 60 se dieron algunas “cortas de leña vecinales” en la Dehesa de las Matas para aprovechar algunos robles centenarios de gran grosor pero muy deteriorados, por rayos, fuegos.., y que dificultaban la salida de otras generaciones; rápidamente han ocupado su espacio otros, aunque como sabemos el crecimiento es lento.
Algunos de los "podones" que quedaron después de cortar los robles, en la Dehesa Las Matas.
Uno de los robles secos que quedan en la actualidad (2012).
Se ha de destacar que el Cuerpo de Ingenieros de Montes durante el siglo XX se ha preocupado de los montes de Utilidad Pública, sobretodo a partir de 1912, con el nombramiento de ingenieros en 1912 con el de guardas forestales en 1913, y también este año vigilantes de incendios; éstos con sede en San Andrés, para esta zona. Posteriormente, pasada la mitad del siglo XX ( hacia el año 1968) se llevó a cabo una contabilización de los metros cúbicos de madera, en concreto en este Parque Natural, donde cada guarda forestal recorría el monte con varias cuadrillas de trabajadores (entre las que me incluyo), en las que cada grupo llevaba una persona con la forcípula midiendo el diámetro del árbol a la altura del pecho, otro apuntado la medida y otro señalando con un hachito una pequeña marca en cada árbol para evitar la repeticiónes.
La Ley de Montes del año 1957 y el Reglamento de Montes de Febrero de 1962, de forma coordinada han sido el instrumento que ha favorecido la defensa de la naturaleza y el medio forestal. Y antes de traspasar los montes a las comunidades autónomas el Estado se publicó la ley de Junio 22/1982 sobre repoblaciones con cargo al presupuesto de ICONA.
A partir de 1985 se han aumentado en la Comunidad Autónoma al menos 36.000 hectáreas de bosque, que ya alcanza más del 25% en la Comunidad. En 1969 la superficie arbolada de La Rioja era de 92.000 hectáreas y en el 2004, 170.000.
En años anteriores según se citaba en el Plan Forestal de la Rioja, se preveía repoblar en nuestra comunidad autónoma cerca de 10.000 ha. en 7 años. La sustitución del ganado lanar por el vacuno, las restricciones al cabrío y las repoblaciones seguro que aumentarán los pinares y también el matorral que quiera dejarse expandir.
Extensión del ganado vacuno por cualquier lugar del Parque Natural.