De cómo se convencieron...
Fue un largo camino por recorrer. Fue un año en el que ella no podía creer que él estuviera interesado. Más que nada porque ellos eran taaan diferentes. ¿Cómo podía ser?
Tal vez esas diferencias podían ser motivo de muchos conflictos. ¿O tal vez no? Había algo curioso. Él no dejaba de intentar. Eso era algo que definitivamente llamaba la atención. Si había alguna otra intención, ¿entonces por qué la insistencia? ¿Era genuino el interés?
Aun así él era muy diferente. En verdad lo era. Él hablaba mucho. Le gustaba llamar la atención. Le gustaba salir y estar en todo. No le importaba lo que dijeran los demás. Sin embargo se veía que su intención era buena, y que no era una persona que tomara a la ligera una relación. Ella, por otro lado era más bien callada. Lo que menos quería era llamar la atención. Era tranquila. Se preocupaba y se estresaba por muchas cosas. ¿Podrían ellos lidiar con estos tipos de contraste?
Pues bien, él intentó muchas veces salir para ver qué le gustaba a ella: un café, ir a comer, ir a ver alguna película, y muchas otras cosas. Pero ella siempre encontraba que decir: nunca tenía tiempo, había mucha trabajo, en fin. El riesgo podía más que la curiosidad. Es una cosa interesante el riesgo; el que no arriesga, no gana. Entonces llega el día en que ella piensa que puede salir algo bueno de todo esto.
Si después de tanto tiempo de conocerla, él no se había arrepentido, se podía intentar. Así que un día salieron juntos y él le inspiró confianza.
Ella no dejaba de pensar en él para entonces. ¿Por qué? Quien sabe. Es una cosa rara el amor...