3. Cómo podemos restaurar la resolución natural de la disonancia

LA MEDITACIÓN DE LA DISONANCIA

认知失调

La meditación simple de disonancia consiste ante todo en una reflexión sobre la disonancia, 认知失调, rènzhī shītiáo, que en chino significa “reconocer la conciencia del fracaso a la hora de armonizar”.

Eso supone sentarse con cuerpo y mente relajados y entonces –observando la inhalacion y exhalación de manera no forzada– generar lo que llamamos el Qi defensivo, que es la unificación de todos las sensaciones táctiles del cuerpo, de modo que la sensación corporal sea la de ser “uno”, es decir, una totalidad completa sin presencia de elementos individuales táctiles y con una lenta reducción del concepto de que tú eres el cuerpo.

Reconocerás que esta es la meditación del bambú que has aprendido antes. Aquí vamos a llevar esa meditación a un estado activo y útil. Al “quedarnos” en esta observación de la respiración al fondo y en la unificación de un solo cuerpo táctil, empieza lo que llamamos el “devenir de la conciencia”.

Ahora sigue, llevando a tu atención de la forma más simple posible una descripción de la disonancia y, según vayas ganando en práctica, evita cualquier asociación mental compleja.

Date cuenta de que la disonancia es simplemente tensión corporal y estrés mental cognitivos.

Permanece en eso y nada más, si tu mente realmente está relajada y no llena de pensamientos (como resultado de mantener con ligereza la atención en tu aliento al fondo). Luego permite que esa descripción dé paso a la experiencia cognitiva en sí de la tensión/estrés del cuerpo-mente.

Permanece dentro de esa experiencia, y si hay pensamientos intrusos deja que pasen sin prestarles atención hasta que solo parezca existir esa experiencia.

Gradualmente, con las sucesivas meditaciones, empieza a ver cómo surge desde la memoria esa experiencia y cómo desaparece después de un rato. Discierne que la experiencia de disonancia surge en la mente y no tiene sustancia.

Esa disonancia proviene de la memoria y no se debe juntar al problema particular que ha generado la disonancia concreta que, con la presencia de la voz homeostática leve pero insistente, ha llevado a una insatisfacción con los resultados. En otras palabras, la voz homeostática está constantemente ahí, casi inaudible, pero presente incluso cuando parece que se ha resuelto el problema.

Luego, sin prisas por pasar a la siguiente etapa, cuando se haya estabilizado esta práctica meditativa y se haya reducido la tensión/estrés en relación con el problema particular de ese estímulo, de manera que hay calma relativa, sentado en meditación espera hasta que la experiencia de disonancia se desprenda y detecta la presencia de una experiencia más sutil. Esa experiencia es la Homeostasis.

Permanece todo el tiempo que sea natural en esa experiencia y con el tiempo encontrarás junto con ella un Gozo meditativo que no es felicidad mundana ni placer.

Cuando también se haya estabilizado esto cada vez que meditas en la disonancia, aplica tu atención cognitiva al problema, expuesto de forma clara y sencilla, en la reflexión. Puede ser por ejemplo, “Falla la meditación correcta diaria: demasiado ocupado”.

Entonces lo único que tienes que hacer mientras sigues en la reflexión es recordar la experiencia que encontraste en la experiencia homeostática, junto con el gozo, y simplemente permanecer en ella sin expectativas ni interferencia de la identidad, con paciencia.

Como si saliera de ninguna parte, la resolción correcta del problema aparecerá sin la más mínima diusonancia mundana y con una convicción que irá creciendo cuanto más te sientes a meditar en el problema.

Sin embargo, esta meditación correcta de disonancia se debe acompañar de avances en el desarrollo de la Fuerza Vital, 活力, huólì. La Fuerza Vital es de hecho la vitalidad de la motivación samsárica cotidiana que es consistente con el Dharma.

LA RESOLUCIÓN DE LA FUERZA VITAL

Pocas personas que están en el camino del Dharma han oído hablar mucho del Avaivartika, pero es algo que es esencial en el camino del Dharma y tristemente se ha convertido en un impedimento por la manera en que se promulga.

Avaivartika es una palabra sánscrita que procede de “a-”, en el sentido de “no”, y “vi-vrit”, que significa “darse la vuelta”.

La pregunta, entonces, es quién es el que no se da la vuelta, en un sentido del Dharma.

El Diccionario teosófico nos da la respuesta:

Una entidad que reencarna.

En el caso de una entidad que reencarna, es alguien que “ha avanzado tanto en la senda de la evolución que ya no está esclavizado o encadenado a las olas arremolinadas del samsara. Por tanto también se traduce como “uno que no gira más”, aplicado a la séptima ronda de seres humanos (en la camino del bodhisattva) y por tanto se refiere estrictamente a uno que ha alcanzado un estado superior de conciencia.

El Sutra Surangama Samadhi deja bien claro que eso es correcto y parece que, aunque a uno que empieza el camino del bodhisattva se le puede considerar “Avaivartika en estado embrionario”, no es plenamente Avaivartika hasta que llega al nivel en el que de verdad no hay regreso.

Ahora bien, aquí vamos a ir más allá y considerar no la situación de un no-regreso trascendental, sino el no-regreso a esta vida manchada una vez se ha embarcado uno en el camino del bodhisattva.

Como en nuestros estudios no nos ocupamos solo de la teoría sino también de la práctica en sí, debemos aprender más sobre las prácticas de los diferentes niveles de logro del bodhisattva Avaivartika, de los que nos hemos ocupado en otra sección.

El término sánscrito bhūmi significa “suelo” o “cimiento”, ya que cada etapa representa un nivel de logro y sirve como base para la siguiente. Cada nivel marca un avance definido y va acompañado por un poder y sabiduría crecientes.

Pero, como estamos en el camino del Dharma, estamos dedicados a la aplicación práctica y la realización del espíritu del bodhisattva, no tal como se proclama hoy día con una aplicación meramente intelectual, sino tal como existía en la vida de la primitiva comunidad budista y en el desarrollo pleno de ese espíritu en las varias ramas de la tradición del Budadharma.

El espíritu de bodhisattva es un espíritu incluyente de afirmación de la vida que trasciende no solo las variaciones étnicas, de género y culturales de la práctica, sino que trasciende incluso al mismo budismo, ya que es capaz de reconocer lo apropiado que se pueda encontrar en las prácticas y tradiciones elevadas de otras fes que son incluyentes y afirman la vida. Pero esto es cierto solo si este espíritu Avaivartika ha ido más allá de los ritos, ceremonias y afirmaciones sociales, así como del apego a las palabras que lo describen.

En armonía con los avances en la potencia de la Fuerza Vital merece la pena leer y entender del todo el Bodhicharyavatara of Shantideva.

Hemos afirmado que el Avaivartika es una fuerza de no-regreso, pero ¿dónde y cómo opera?

Si bien el Celo y el espíritu Shén son fuerzas de motivación inconscientes, hay también una serie de tres fuerzas de motivación conscientes:

La PERSEVERANCIA, 恒心, heng shen, actúa sobre la AVAIVARTIKA para aumentar la DETERMINACIÓN.

La DETERMINACIÓN, 志意, yi zhi, actúa sobre la VOLUNTAD para aumentar la INICIATIVA.

La INICIATIVA, 積極性, jī jí xìng, actúa directamente sobre la COGNICIÓN como motivador natural.

Vamos a imaginar por un momento que generamos cognitivamente un comportamiento que es generoso (el primer paso del camino Avaivartika) y lo hacemos mientras practicamos la Perseverancia meditativa; entonces la Determinación de continuar la Generosidad aumentará de manera que se vuelve menos cognitiva. Con Determinación meditativa se genera Voluntad para mantener esa Generosidad, que a su vez genera Iniciativa.

Entonces la Iniciativa meditativa apoya a la Cognición con una profunda Generosidad Natural.

Lo que se puede ver con esto es que el patrón normal de intentar desarrollar la iniciativa con la determinación y añadiendo luego la perseverancia es un error. Todas las Actitudes e Intenciones correctas Cognitivas deben empezar con la PERSEVERANCIA.