Antonio Machado. Los mundos sutiles. PROGRAMA DE RTVE A LA CARTA: "IMPRESCINDIBLE"...
Antonio Machado. Yo voy soñando caminos. RTVE A LA CARTA
Antonio Machado (1875-1939) GUÍA DE LECTURA (Y AUDIOS-VÍDEOS) DE CAMPOS DE CASTILLA
SOLEDADES (1903).- Simbolismo y Modernismo.
SOLEDADES, GALERÍAS Y OTROS POEMAS (1907).- Comienza su época de madurez (tiene 32 años) (hasta 1917 tenemos lo mejor y lo peor: época clave).
1. Retrato (Se explica a sí mismo en este conocido poema [Audio: Serrat]. Ronsard fr. XVI. Nuevo gay trinar: Modernismo… (ya no se considera modernista).
CASTILLA:
2. A orillas del Duero (Castilla: antes gloriosa, guerrera… Ahora: nada… Se ve con subjetividad, como símbolo de España.
Entra en el alma del paisaje; desvela lo profundo…).
4. El hospicio.
5. El Dios ibero.
7. Las encinas.
8. ¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo,…
9. En abril, las aguas mil.
10. Un loco.
14. En tren.
15. Noche de verano. (Estampa de un momento… reloj… soledad).
Es una hermosa noche de verano.Tienen las altas casasabiertos los balconesdel viejo pueblo a la anchurosa plaza.En el amplio rectángulo desierto,bancos de piedra, evónimos y acaciassimétricos dibujansus negras sombras en la arena blanca.En el cenit, la luna, y en la torre,la esfera del reloj iluminada.Yo en este viejo pueblo paseandosolo, como un fantasma.16. Pascua de Resurrección.
SORIA:
17. Campos de Soria. Nueve poemas (que constituyen en realidad un solo poema, que lleva el número CXIII en las Poesías completas. Perspectivas sobre Soria).
SORIA. ROMANCE DE ESTÉTICA ROMÁNTICA:
18. La tierra de Alvargonzález.
(Extenso romance -41 estrofas- de estética romántica, emula el romance histórico, narrativo… “cainita”. Aparece la “Castilla profunda”… con temas de CODICIA- CELOS- ENVIDIA- ASESINATO; estructurado en: el sueño, aquella tarde..., otros días, castigo, el viajero, el indiano, la casa, la tierra, los asesinos).
LEONOR (ENFERMEDAD; MUERTE (1907); VUELVE A ANDALUCÍA Y ESCRIBE DESDE BAEZA (expresa y nostalgia y tristeza por la ausencia de Leonor):
19. A un olmo seco. ([Audio: Serrat] Soria: leve alegría y esperanza por una ligera mejoría de Leonor. Fechado en Soria en 1912. Ese año morirá Leonor).
20. Recuerdos. (Es su entrañable adiós a Soria. Lo escribe en 1913 cuando va camino de Baeza. A partir de ahora su poesía se hará menos íntima, más objetiva; incorpora temas españoles, el destino de España… noventayochismo).
21. Al maestro Azorín por su libro Castilla. (Con Azorín y la visión aportada por Machado “Castilla” se convirtió en símbolo para la Generación del 98. Al libro de Azorín se refiere en el poema: “Desde mi rincón”. Pío Baroja daría su visión desde sus novelas.
22. Caminos. Encuentro con su tierra andaluza.
23. Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.24. Dice la esperanza: un día
25. Allá, en las tierras altas,/ por donde traza el Duero / su curva de ballesta (Evocación: nostalgia de Leonor).
26. Soñé que tú me llevabas/ por una blanca vereda
27. Una noche de verano/ —estaba abierto el balcón
Una noche de verano—estaba abierto el balcóny la puerta de mi casa—la muerte en mi casa entró.Se fue acercando a su lecho—ni siquiera me miró—,con unos dedos muy finos,algo muy tenue rompió.Silenciosa y sin mirarme,la muerte otra vez pasódelante de mí. ¿Qué has hecho?La muerte no respondió.Mi niña quedó tranquila,dolido mi corazón.¡Ay, lo que la muerte ha rotoera un hilo entre los dos!28. Al borrarse la nieve, se alejaron/ los montes de la sierra.
ANDALUCÍA. JAÉN. BAEZA
29. En estos campos de latierra mía, (Desde Baeza evoca profundamente las tierras de Soria, la nostalgia de Castilla (“yo tuve patria, donde corre el Duero por entre grises peñas”).
30. A José María Palacio. (Nostalgia de Soria y tristeza. Le pide a su amigo José María Palacio que suba flores a Leonor).
31. Otro viaje. (De nuevo el tren).
32. Poema de un día. (El reloj).
33. Noviembre 1913.
34. La saeta (Audio: Serrat, Camarón…).
35. Del pasado efímero. (Audio: Serrat).
36. Los olivos. (En Castilla: las encinas y en Andalucía: los olivos).
37. Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido. (Audio: Serrat).
38. La mujer manchega.
39. El mañana efímero. (La España de charanga y pandereta. Las dos Españas (la conservadora [la España que desdeña, que vive de espaldas al futuro] y la liberal [la España del cincel y de la maza]).
40. Proverbios y cantares. (Cincuenta y cuatro poemitas breves que asimismo forman un solo poema en Poesías completas. VÍDEO: Paco Ibáñez):
41. Parábolas (8 poemas) VÍDEO-AUDIO: Paco Ibáñez.
42. Mi bufón
Última parte:
43. ELOGIOS. A don Francisco Giner de los Ríos
44. Al joven meditador José Ortega y Gasset
45. A Xavier Valcarce
46. Mariposa de la sierra
47. Desde mi rincón
Al libro “Castilla” de Azorín.
48. Una España joven
49. España en paz
50. Esta leyenda en sabio romance campesino
51. Al maestro Rubén Darío
52. A la muerte de Rubén Darío
53. A Narciso Alonso Cortés, poeta de Castilla
54. Mis poetas
“El primero es Gonzalo de Berceo”…
55. A don Miguel de Unamuno
56. A Juan Ramón Jiménez
Después de publicado el libro, ya el poeta instalado en Baeza, siguió escribiendo poemas que fue incorporando a Campos de Castilla, en las sucesivas ediciones de sus Poesías completas, donde, bajo el título de Campos de Castilla, figuran las fechas 1907-1917. De este modo el libro fue enriqueciéndose notablemente, y pasó de las cincuenta y cuatro poesías de la primera edición de 1912, a las ciento veintitrés que se incluyen en las Poesías completas. Los Proverbios y cantares, que en la primera edición eran veintinueve, aumentaron a cincuenta y tres en las Poesías completas. Y asimismo los Elogios, que eran sólo dos en la edición de 1912, pasan a ser doce en las nuevas ediciones.
Pero el espíritu y la honda verdad poética de Machado están ya en esa primera edición, tan sobria y sencilla. Su visión severa y noventayochista de los campos y el paisaje de Castilla —campos de Soria, orillas del Duero— traía un acento nuevo, austero, a la poesía española, que impresionó a lectores de la calidad de Unamuno, Ortega y Azorín. Unamuno escribió al poeta felicitándole y anunciándole que hablaría del libro en La Nación, de Buenos Aires. Azorín le consagró un bello artículo en ABC, y Ortega le dedicó un comentario en Los Lunes de El Imparcial, viendo en Campos de Castilla el comienzo de «una novísima poesía, ya superada la retórica modernista». Los poemas de Machado —escribe Ortega— son «lo más fuerte que se ha compuesto muchos años hace sobre los campos de Castilla».
«Campos de Castilla» en la evolución de la poesía de Machado
¿Qué representa Campos de Castilla en la evolución de la poesía machadiana? Recordemos las fechas en que Machado sitúa los poemas de este libro: 1907-1917. Anteriormente, Machado ha publicado solamente dos libros, o más propiamente uno solo, Soledades, que aparece en 1903, ya que Soledades, galerías y otros poemas, que se publica en 1907, no es, en realidad, sino una segunda edición aumentada del primero. El Machado de Soledades (1903) es un Machado con influencias simbolistas y modernistas, aunque ya con un acento personal, de un intimismo trémulo y espiritualmente rico. En la época de ese primer libro suyo pensaba Machado que la poesía «no era la palabra por su valor fónico, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones —alude aquí Machado claramente al modernismo—, sino una honda palpitación del espíritu; lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice, si es que algo dice, con su voz propia, en respuesta animada al contacto del mundo». Pero ese intimismo, esa poesía vertida hacia dentro, tejida en gran parte de sueños y recuerdos —galerías del alma, fanales misteriosamente iluminados por el amor y la esperanza—, irán poco a poco cediendo en Machado a otra poesía más objetiva y realista, que ha de encontrar su cauce en Campos de Castilla.
¿Qué motivó esta evolución esencial de la lírica machadiana? En primer lugar, la estancia en Soria, el contacto con el campo y el paisaje castellanos, influyen profundamente en el poeta. En 1917 nos confiesa Machado: «Cinco años en la tierra de Soria, hoy para mí sagrada —allí me casé; allí perdí a mi esposa, a quien adoraba—, orientaron mis ojos y mi corazón hacia lo esencial castellano.» En efecto, el poeta, en contacto diario con la tierra y el paisaje de Castilla, empapa su alma de ellos, hasta identificarse con su materia y su espíritu, y necesita cantarlos en sus poemas. Su poesía tiende ahora, pues, a ser descriptiva y realista. Machado no dejó de referirse a esa evolución de su lírica. En 1917 declara su orientación hacia una poesía objetiva, incluso épica: «Pensé —escribe en el prólogo a sus Poesías completas— que la misión del poeta es inventar nuevos poemas de lo eterno humano, historias animadas que, siendo suyas, viviesen, no obstante, por sí mismas. Me pareció el romance la suprema expresión de la poesía y quise escribir un nuevo Romancero. A este propósito responde La tierra de Alvargonzález.» Pero la experiencia no debió de satisfacerle del todo, puesto que no volvió a intentarla nunca.
Castilla y Andalucía
La mayor parte de los poemas de Campos de Castilla están escritos en Soria de 1906 a 1912. Pero a partir de este último año, en que muere Leonor, y Machado se incorpora a su nuevo destino en Baeza, muchos poemas están fechados en esa ciudad andaluza, y en otros pueblos de Córdoba o Jaén. La línea divisoria entre poemas castellanos y andaluces la marca el poema Recuerdos, fechado en el tren, en abril de 1913, camino de Baeza. Es un entrañable adiós a su amada tierra soriana:
¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llanocercado de colinas y crestas militares,alcores y roquedas del yermo castellano,fantasmas de robledos y sombras de encinares!En la desesperanza y en la melancolíade tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,por los floridos valles, mi corazón te lleva.En los primeros tiempos de su estancia en Baeza, el recuerdo de Soria y sus campos, ligado al de Leonor, llena aún el corazón de Machado, inspirándole una serie de poemas conmovedores. La muerte de Leonor es evocada en un breve romance, Una noche de verano, de un patetismo punzante por la misma sencillez del poema. Allá en las tierras altas y Soñé que tú me llevabas son otros breves y bellos poemas en que el recuerdo conmovido de Leonor está presente. Y en otro, aún más breve, Machado exhala toda su tristeza en cuatro versos desesperados:
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.El encuentro con su tierra andaluza le inspira también algunos jugosos poemas, tales como Caminos y Los olivos. Pero tiene razón Dámaso Alonso cuando observa que Machado ya no es capaz de cantar el campo andaluz con la belleza y hondura con que ha cantado el de Castilla. Es más, algunos de los mejores poemas que Machado escribe en Baeza están escritos soñando con las tierras de Soria, en las que tan feliz fue junto a su amada. Tal, por ejemplo, el que escribe A José María Palacio. Y "es que, como el mismo Machado confiesa en otro poema:
En estos campos de la tierra mía,y extranjero en los campos de mi tierra—yo tuve patria donde corre el Dueropor entre grises peñasy fantasmas de viejos encinares,allá en Castilla, mística y guerrera,Castilla la gentil, humilde y brava,Castilla del desdén y de la fuerza...— en estos campos de mi Andalucía,— ¡oh, tierra en que nací!, cantar quisiera...Y en uno de sus mejores sonetos:
Mi corazón está donde ha nacidono a la vida, al amor, cerca del Duero...¡El muro blanco y el ciprés erguido!El tema de España
La evolución hacia una poesía menos subjetiva e íntima, más abierta a un realismo temporalista, se muestra también, a partir de 1913, en la inclinación a cantar los temas de la patria: el destino de España. Aludiendo a la temática de Campos de Castilla, nos dice Machado en 1917: «A una preocupación patriótica responden muchas de sus composiciones; otras, al simple amor de la Naturaleza, que en mí supera infinitamente al del arte. Por último, algunas rimas revelan las muchas horas de mi vida gastadas —alguien dirá: perdidas— en meditar sobre los enigmas del hombre y del mundo.» Cierto que esa preocupación patriótica por el destino de España la comparte Machado con otras grandes figuras de la generación del 98 —Unamuno, Valle-Inclán, Azorín—, pero acaso nadie como él ha sabido cantar el tema con versos tan hondos. Al igual que Unamuno, vio pronto Machado en las tierras de España la «sombra errante de Caín»:
...un trozo de planetapor donde cruza errante la sombra de Caín.(Por tierras de España)
Y en algunos poemas —sobre todo en El mañana efímero— nos da Machado una imagen de la España inferior, torpe y rutinaria, de espaldas al futuro. Una España que Machado desdeña. Pero junto a esa España inferior, Machado supo cantar una España soñada, una España futura:
Mas otra España nace,la España del cincel y de la maza,con esa eterna juventud que se hacedel pasado macizo de la raza.(El mañana efímero)
El drama de España, la lucha entre la España que muere y la que nace, sangra en algunos de los poemas que Machado incluye en la serie de sus Elogios, última parte de Campos de Castilla, sobre todo en el poema-homenaje al libro Castilla, de Azorín. Hay en este poema, junto a una hermosa evocación nostálgica de Castilla y su paisaje, una afirmación de fe en el futuro de España, escrita desde la andaluza Baeza:
¡Oh tú, Azorín, escucha: España quieresurgir, brotar, toda una España empieza!¿Y ha de helarse en la España que se muere?¿Ha de ahogarse en la España que bosteza?Para salvar la nueva epifaníahay que acudir, ya es hora,con el hacha y el fuego al nuevo día.Oye cantar los gallos de la aurora.La preocupación filosófica
A los años de Baeza corresponde también la mayoría de una extensa serie de poemas breves que Machado agrupó en su libro bajo el título Provervios y cantares, y en la que, junto a la copla popular o la rima sentenciosa —al modo de don Sem Tob—, encontramos el poemilla filosófico de expresión muy concisa, cruzado a veces por una veta irónica y burlona. Fue en Baeza donde empezó a sentir Machado serias inquietudes filosóficas, que ya no le abandonaron nunca. La serie de los Proverbios y cantares fue continuada en su libro siguiente, Nuevas canciones, publicado en 1924, y al mismo tiempo Machado escribía las prosas meditativas y filosóficas de su Juan de Mairena. Dámaso Alonso ha sostenido la tesis de que en Machado el aprendiz de filósofo perjudicó al poeta, que ya no cuajó otro libro tan redondo e intenso como Soledades o como Campos de Castilla. En todo caso, esos breves poemillas, de denso e incisivo pensamiento, no deben desdeñarse en la lírica de Machado, y constituyen el contrapunto filosófico y meditador al lirismo intenso y a los fanales transparentes de la primera época del poeta.
Campos de Castilla es el libro capital de Antonio Machado. Nadie ha cantado el paisaje castellano —tierras de Soria, orillas del Duero— con la hondura e intensa espiritualidad con que lo ha hecho Machado en este libro. Porque Machado no se limita a describirnos, con expresivo y poderoso pincel, el paisaje de Castilla —campos, montes, árboles—, sino que nos revela el alma de ese paisaje, el alma de la austera Castilla.