“Enseñanza de lenguas y TIC. La red y los nuevos géneros discursivos”

Felipe Zayas Hernando

La relación de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación con la enseñanza de las lenguas ha experimentado cambios profundos en unas pocas décadas

Antes de la omnipresencia de Internet, cuando el profesorado de lenguas hablábamos de “nuevas tecnologías”, aludíamos generalmente al empleo de herramientas de ofimática, es decir, los procesadores de textos y otros programas de edición, como los usados para elaborar presentaciones. Además, nos referíamos a la necesidad de aprender a usar enciclopedias, diccionarios y otros documentos –como materiales de autoaprendizaje- disponibles en formato CD.

Con la generalización de Internet, el uso de las “nuevas tecnologías” se asoció, por una parte, con el empleo de herramientas lingüísticas en línea (diccionarios de la lengua, de sinónimos, rimas, de neologismos…) y, por otra, con el uso de Red como una gran biblioteca en crecimiento vertiginoso que permitía el acceso a innumerables fuentes de información.

Pero considerar Internet únicamente como una gran biblioteca es una visión muy limitada. En la actualidad, la Red permite a sus usuarios, no sólo acceder a una cantidad ingente de información, sino comunicar y compartir sus conocimientos, opiniones e intereses mediante diferentes modalidades de formas de representación y de comunicación.

La clave para abordar la relación entre las TIC y la enseñanza de las lenguas es considerar que el aprendizaje de la lectura y de la escritura ha de abordarse teniendo en cuenta el modo como se produce, se difunde y se consume la información en la Red; el modo como interaccionan y se comunican los individuos y los grupos sociales en la era digital. Este punto de vista obliga a replantearse los objetivos educativos en cuanto a la enseñanza y el aprendizaje de las habilidades lingüístico-comunicativas.

En lo que se refiere a las prácticas lectoras, la localización, selección, análisis y aplicación de las informaciones disponibles en Internet de forma fragmentada y desorganizada se han convertido en objetivos básicos para la educación, que afectan directamente a la enseñanza de las lenguas.

En cuanto a la composición de textos, la naturaleza hipertextual de la escritura, la combinación de diferentes formas de lenguaje, la interacción mediante las diversas normas sociales que rigen en la Red, etc. son factores que obligan a pensar de otro modo la enseñanza y el aprendizaje de las prácticas comunicativas. También aquí, como en la enseñanza de las demás formas de discurso, serán centrales las nociones de género discursivo y de registro, por más que las formas genéricas en Internet estén en continuo cambio.

Lo que se propugna, por tanto, no es añadir contenidos TIC al currículo tradicional de lengua, ni la mera utilización de las TIC como herramienta que puede facilitar determinados aprendizajes lingüísticos. Se propone una interpretación del concepto de competencia en comunicación lingüística ­–el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten a las personas interactuar mediante el lenguaje en los diversos ámbitos de la actividad social– a la luz de las necesidades de un ciudadano que ha de vivir en la era digital.