GERENCIA Y PENSAMIENTO COMPLEJO.
Autor: Luis Rivas
Año: 2018
Autor: Luis Rivas
Año: 2018
En estos términos, la palabra complejidad se refiere a los problemas globales, cotidianos y actuales que demuestran una interconexión de las diversas dimensiones de la realidad, se consideran poco comunes, por lo que la complejidad implica una acción de emergencia sobre los procesos, por lo tanto, requiere una estrategia de pensamiento reflexivo, creativo, exorbitante y radical. "La propuesta del pensamiento complejo de Edgar Morín, en el pasaje científico contemporáneo, ha provocado, sin duda, un replanteamiento de los fundamentos mismos de la racionalidad occidental" (p. 96) (Barberousse, 2008). Se hace referencia al pensamiento complejo, cuando se trata de construir un nuevo método utilizando como pilar, ideas complejas producto de las ciencias y el pensamiento tanto humanista, como político y filosófico; así mismo, es un pensamiento, que frente al contexto globalizado y a su vez fragmentado, realiza una relación y articulación de conocimientos a través de principios y criterios.
Así mismo, el estudio de lo complejo ha impactado en los todos los ámbitos de interacción del ser humano, tales como en la educación, política, interpretación de la sociedad y comprensión de las situaciones actuales de la humanidad; es un problema de construcción del futuro y búsqueda de soluciones sobre los problemas contemporáneos. (Montuori, 2016). En este sentido, el pensamiento complejo se centra en la emergencia como punto de inflexión; surge, como necesidad de los desafíos actuales y del futuro, utilizando la información y el conocimiento como soportes para solucionar estratégicamente los problemas.
En este mismo orden de ideas, los fundamentos teóricos del pensamiento complejo, se centran en "la teoría de la información, la cibernética, la teoría de sistemas, el concepto de auto-organización" (p. 23) (Morín, 1994). La idea del sistema complejo la tomó de la sistémica clásica, donde la complejidad surgió como respuesta para la organización bajo la presencia de diversas interacciones e interrelaciones; por otra parte, la cibernética contribuyó a la relación entre la lógica interna con el entorno o ecosistema.
La teoría de la información aborda leyes matemáticas que rigen tanto la transmisión como el procesamiento de la información; la cibernética, introduce un principio de bucle casual, entre los aportes de la teoría cibernética a la gerencia, resalta la declaración de la comunicación en términos organizacionales y el pensamiento contingente; la teoría general de los sistemas, busca reglas aplicables a cualquier ámbito. (Guzmán, 2014).
Así mismo, estas son solo algunas de las teorías con base en las cuales se formuló la propuesta del pensamiento complejo, integrándolas y otorgándoles un aspecto original. El pensamiento complejo se funda en la distinción, conjunción e implicación, se alimenta de nuevos conceptos, visiones, descubrimientos, reflexiones... las cuales interactúan y se comunican entre sí.
Por otra parte, de acuerdo con Edgar Morín el creador de la teoría del pensamiento complejo, señala que posee tres principios: el principio dialógico basado en la asociación compleja de instancias necesarias juntas para la existencia, funcionamiento y desarrollo de un ente organizado; el principio recursivo, basado en que todo momento es a la vez, producto y productor, siendo el producto productor de lo que produce, y causante y causado, siendo el efecto causante de lo que causa; por último, el principio hologramático, el cual considera que no solo la parte está en el todo, pues el todo, de cierta manera, está en la parte.
GERENCIA Y PENSAMIENTO COMPLEJO
Es evidente que las organizaciones del siglo XXI han modificado su forma de gerenciar, producto, por una parte, del crecimiento vertiginoso de la tecnología, una mayor demanda de servicios, alta competitividad gerencial, entre otros aspectos, ha conllevado a introducir nuevos enfoques en la búsqueda de una gerencia flexible y adaptable a las exigencias que requieren los entornos altamente cambiantes, llenos de incertidumbre y diversas características tecnológicas, sociales y culturales.
En el ámbito gerencial, el hecho de aplicar el pensamiento complejo, permite un progreso reflejado en alianzas estratégicas con otras empresas, así como también, en enfoques como el benchmarking. Por lo tanto, el gerente debe gestionar la organización para que todos sus integrantes cooperen en función de sus objetivos, y será exitoso, si puede gestionar el flujo de los conflictos de manera que se transformen en beneficios, acudiendo a métodos de negociación, mediación, entre otro; así mismo, el gerente deberá administrar la elevada competencia del mercado, luchando por su supervivencia. (Contreras y Crespo, 2005). En tal sentido, se requiere de gerentes con pensamiento orientado a la practicidad y al bien común, puesto que, frente a la complejidad actual, las organizaciones deberán estar orientadas al cambio estructural de sus procesos y funciones.
Por consiguiente, el nuevo milenio implica estilos gerenciales diferentes, en las que las organizaciones están obligadas a actualizar sus sistemas de pensamiento e intervenir en diferentes disciplinas, debe entonces, formarse integralmente para responder a los planteamientos y retos contemporáneos. Si se toma en consideración la importancia de las organizaciones, se plantea así, la problemática frente a la pobreza, desigualdad y diferentes situaciones que se presentan en países especialmente de América Latina, que requieren de nuevas matrices de pensamiento, con el fin de superar y trascender las situaciones de hoy en día. (Larocca, s/f). Dicha formación integral - global del gerente, implica una formación transdisciplinaria, de tal manera que se adquiera como un paradigma que oriente sus acciones, en el marco del desarrollo a través de las nuevas formas de conocimiento con la práctica intelectual, investigativa y científica.
En este mismo orden de ideas, haciendo referencia a las problemáticas de la época actual tales como los relativos a la riqueza material, empleo, fuerza de trabajo, gerente, el fin del trabajo valor, entre otros, implica un pensamiento gerencial distinto a las direcciones gerenciales del último cuarto de siglo XX. Así mismo, producto de esta revolución epistemológica de las sociedades postmodernas, ha implicado un cambio completo, por lo que las organizaciones empresariales, se han ido convirtiendo en entes intangibles, una red de información, a través de la articulación de productores, consumidores y proveedores. (Kiechel, 1994).
En consecuencia, la relación de la complejidad y las organizaciones, implica que la gerencia responda a las exigencias que demandan las organizaciones frente a la globalización del mercado en todos los ámbitos de la sociedad; "en la complejidad organizacional de la nueva gerencia se hace énfasis en la concepción de las corrientes del pensamiento complejo concebida desde el punto de vista del recurso humano como el capital intelectual" (p. 165) (González, 2009). Dicho aspecto, es tomado como una estrategia de éxito, implementado para el proceso de competencias, las cuales son difíciles de aprender, no obstante, se pueden desarrollar; entre ellas, resalta la capacidad del gerente para generar decisiones con alto nivel de asertividad, demostrando habilidades de líder democrático y función del logro de los objetivos estratégicos de la organización.
Así mismo, una gerencia con visión de pensamiento complejo, llevará a la organización a niveles óptimos de rentabilidad, empleo, satisfacción de las necesidades del consumidor, lo cual implica una visión del contexto interno y externo, aspirando a un conocimiento multidimensional; por lo tanto, el pensamiento complejo no evita el desafío, por el contrario, ayuda a conocerlo y superarlo, es decir, utilizando una visión compleja de las situaciones.
De esta forma, el pensamiento complejo es un camino para investigar, explorar, de forma dinámica un fenómeno; en tal sentido, en su vinculación con la gerencia, ésta es vista como un fenómeno complejo, la cual implica un sistema de múltiples sujetos relacionados, que cumplen funciones dentro de una organización; éste sistema dinámico, complejo y de conexiones en el que se desarrollan las organizaciones, hace que el sistema gerencial deba ejercer unas nuevas formas de comprender los escenarios, para acercarse al conocimiento y el aprendizaje. (Chirinos, 2017)
De esta manera, concebir la gerencia con una visión compleja, resulta vital en el marco de los cambios sociales, tecnológicos, económicos y de cualquier índole que generan en la sociedad; articular el pensamiento complejo con las organizaciones, empresas e instituciones, se centra en exaltar la importancia del personal, del ser humano, el cual representa el valor principal en toda estructura.
En el camino a una gerencia con el pensamiento complejo, se estima que la modernidad ha dejado un vacío, lo cual ha requerido de un énfasis en el principio dialógico para la evolución de las organizaciones y de los individuos, producto de la generación constructiva de ideas; por tal motivo, es necesario tratar de concientizar sobre la concreción de la complejidad respecto a la gestión organizacional, de forma que su conocimiento, permita gestar una visión más clara de la orientación que los gerentes deben realizar para alcanzar niveles óptimos de competitividad.
Así mismo, "la complejidad organizacional de la nueva gerencia está enmarcada dentro de las características de un paradigma innovador" (p. 181) (González, 2009). Dicho paradigma da a conocer una organización enmarcada en una gerencia proactiva, con un gerente con conciencia del pensamiento contemporáneo; el pensamiento complejo, implica desarrollar una cultura organizacional que fortifique el conocimiento, buscando el orden, clarificar, jerarquizar, entre otros procesos que implican la complejidad de una organización, afrontando el reto para sustituir los paradigmas del siglo pasado, adoptando formas del paradigma emergente de acuerdo a las necesidades del entorno.
Con respecto a la gerencia venezolana, se encuentra inmersa dentro de dificultades y cambios económicos, políticos, sociales, culturales y tecnológicos... estas realidades implican a las gerencias tanto en el ámbito público como privado, repensar las estrategias, prácticas, procesos y métodos empleados en el ámbito organizacional, para transformar la cultura organizacional y el desempeño de la misma. (Borjas y Monasterio, 2012). De tal manera, esto implica un reto para la gerencia venezolana del siglo XXI, que perciba la complejidad de los procesos; no obstante, existen una serie de barreras que limitan el desempeño gerencial.
Así mismo, asumir la gerencia implica internalizar nociones que son inherentes al ser humano y su coexistencia. El pensamiento complejo es un pensamiento dialógico, que busca distinguir, pero sin desunir y religar, lo que permite la construcción del conocimiento. (Borjas y Monasterio, 2012). En consecuencia, la complejidad organizacional de la gerencia del siglo XXI pasa de una extremada rigidez de reglas, a la flexibilidad; dicha complejidad trae entre sus consecuencias, la integración y efectividad, considerando al ser humano como el responsable de las acciones y funciones que se llevan a cabo. Por lo tanto, es necesario que, en el ámbito gerencial, los encargados aprendan a pensar complejamente, como una metodología de la vida cotidiana, para que, a medida en que esto ocurra, se irá llevando a cabo por sí mismo, un verdadero cambio de paradigma.