Transcripción de las notas publicadas en el periódico local El Fiscal sobre las elecciones de 1905.
Política casera
“... Desde hace muchos años, no se veía en este partido un movimiento tan marcado de opinión, como el que se nota en la actualidad, con motivo de las próximas elecciones municipales.
Al levantarse un partido de oposición, los ciudadanos han salido de su apatía habitual para constituirse en defensores de una u otra causa; todos sienten la necesidad de un cambio favorable en la administración de los intereses de la comuna, todos comprenden, también, que la causa principal de nuestro retroceso es el abandono que ellos mismos han hecho de sus derechos cívicos.
A nadie debe culparse singularmente del desquicio que presenciamos, nadie, por tal razón, tiene ni derecho a protestar. Sería escupir al cielo...
¿Cuáles son los factores poderosos que han hecho despertar en el pueblo esas energías entregadas a un sueño tan profundo, que parecían muertas?
Vamos a decirlo. En primer término la indolencia de nuestras autoridades, rayana en lo increíble, cuya obra está a la vista de todo el mundo para vergüenza nuestra – y por otra parte, como una consecuencia lógica de aquellas, la actitud enérgica de un grupo de ciudadanos independientes y bien intencionados, que sólo desean el adelanto de la población, en beneficio de los intereses de sus convecinos y en el de los suyos propios.
La oposición que ha salido a la luz en las presentes circunstancias, numerosa o no, es de gran eficacia y de un poder moralizador incontrarrestable. Llevará o no representantes a la comuna, pero se puede garantir que habrá contribuido, con el solo hecho de su actuación, a mejorar notablemente el sistema de gobierno comunal a que se había sometido el pueblo.
Contribuirá, asimismo, a sacar a cierto elemento popular de ese servilismo incondicional y deprimente a que se había acostumbrado, despertándole, en cambio, el deseo de intervenir directa y conscientemente en la elección de los administradores de sus intereses.
Los hombre de la situación, por su parte, cambian de táctica inmediatamente, en presencia de ese núcleo de opinión que se prepara a fiscalizar sus actos con entereza.
Si no quieren exponerse a un ruidoso fracaso, deben llevar candidatos que sean una garantía en todo sentido para los intereses generales, que respondan a los justos deseos de la población.
El triunfo de ese elemento sano llevado por cualquier partido, será el triunfo de la oposición. ...”
Mañas y artimañas
“... Hoy tendrán lugar elecciones municipales en algunos partidos de la provincia, las que hasta ahora han estado regenteadas por Comisionados nombrados por el dictador de La Plata.
Sabido es que estas elecciones no serán más que parodias, en las que el fraude y las policías se encargarán de dar la victoria a los victoriosos de antemano.
Para que se vea de que medios se valen los oficialistas de aquí para perpetuarse en el poder, daremos algunos casos concretos para ilustración de nuestros lectores y para edificación del público en general.
Tenemos conocimiento de que el Inspector Municipal Picabea ha prestado a dos vecinos de Glew, dos bueyes de propiedad de la comuna, para que dichos vecinos voten por la lista impuesta por el caudillo local.
¿A que no se nos desmiente?
También sabemos que se perdonan patentes de carros y coches, así como otras clases de impuestos municipales, con el fin de conseguir votos, votos que de otra manera quizás si alcanzarían a llegar a cincuenta. Estos mismos personados, si hicieran un cálculo de lo que les cuesta al fin del año las roturas de carros, ejes, guarniciones, pintura y pérdida de caballos, estamos seguros que volverían sobre sus pasos al ver que les salía la cuenta errada.
Otro medio honesto del que echan mano y del que llamamos la atención de la Dirección del Ferrocarril del Sud, es la comportación, del gefe de la Estación Glew, el cual hace presión sobre sus empleados para que concurran con su voto a sostener la situación actual.
¡Valientes medios puestos en ejecución para quedar bien con Marcelino!
El público puede así ver como son administrados sus bienes, ese público que siempre paga y al que nunca le alcanza ningún provecho.
Y en tanto el mundo sin cesar navega por el piélago inmenso del vacio. ...”
Sin precedentes
“... Es general la indignación por los escándalos que el domingo pasado cometieron los situacionistas en el acto de las elecciones.
Nunca los habitantes de Adrogué presenciaron tanto descaro y cinismo; jamás en este pueblo se dio espectáculo tan repugnante, aún en las contiendas electorales más encarnizadas. Al diputado nacional dr. Amenedo le cabe la gloria de esta vergonzosa jornada.
El triunfo material que el cree haber Asegurado con el fraude, tal vez, lo considere una derrota, cuando llegue a sus oídos la protesta unánime del pueblo y sienta el peso de la atmósfera caldeada que su indigno proceder ha dejado en el ambiente.
La opinión sana repudia estos actos inmorales, y una mayoría respetable de sus mismos partidarios, rechaza la responsabilidad que puede corresponderle.
No se forje ilusiones el caudillo por las alabanzas de los pocos aduladores que lo rodean; él es el único responsable ante la opinión de las consecuencias que puedan sobrevenir.
El ha conseguido dividir la familia adroguense con su proceder abusivo; él sufrirá también una gran parte de esas consecuencias.
Desde hoy en adelante haremos una propaganda enérgica y activa contra este sistema de ignominia implantado en la localidad por un intruso y el puñado de ambiciosos que lo rodean. Llamaremos las cosas por su verdadero nombre y daremos a ciertos individuos los calificativos que se merecen.
Basta ya de contemplaciones; que no hay consideraciones que valgan con seres de tan bajas condiciones y de la escasa talla moral demostrada. ...”
Ecos de las elecciones del 20
“... Transcribimos a continuación algunos sueltos de diarios de la Capital Federal, referentes a las elecciones del domingo pasado verificadas en este pueblo.
En Almirante Brown se había organizado para las elecciones del domingo, una agrupación de elementos de distinto color político y personas independientes, con el laudable propósito de llevar a la dirección de la comuna a algunos hombres honestos y progresistas.
Al efecto concurrieron al comicio, cuyos escrutadores eran en su totalidad oficialistas y pudieron votas hasta que a los directores de la situación local les plugo (sic) o sea hasta el momento en que advirtieron que el resultado de la elección podría comprometerse. Esto ocurrió a las 2 de la tarde; los fiscales de la agrupación popular fueron desalojados; se anuló así todo contralor y los situacionistas se despacharon a su gusto, multiplicando los votos, de que estaban bien escasos.
Para operar con mayor tranquilidad, abandonaron el atrio, y continuaron la parodia electoral en el interior de la iglesia. Gran número, inscriptos contrarios, fueron borrados, para no dejarles ni siquiera la posibilidad de que obtuvieran el mínimo de representación en la municipalidad.
La agrupación popular formuló la protesta del caso contra el fraude, para presentarla donde corresponde.
De La Nación
Almirante Brown, agosto 22 – Señor Director de La Razón: - Por creerlos de alguna utilidad moral, la única utilidad que dejan las inmoralidades electorales en estos tiempos de achatamiento y depresión, le transmito algunos ecos de las elecciones que ayer se verificaron en este pueblo.
Aquí, la oposición representada por la Unión Comunal, se presentó a la lucha con numeroso elemento. Las mesas se componían en su totalidad de elementos que respondían al caudillo Amenedo, admitiéndose fiscales a la oposición.
Todo fue muy bien hasta las 2 p.m., hora en que a los P.U., se les concluyó el elementos, por lo que sacándose la careta, procedieron de acuerdo con las circunstancias: los escrutadores munidos de puñados de boletas, empezaron el fraude, dictando de viva voz los nombres de los votantes ausentes e inscribiéndolos en los registros electorales, al mismo tiempo que con todo descaro, depositaban las boletas en las urnas.
Esta actitud insolente provocó la justa protesta de los fiscales de la oposición, que por este motivo fueron desalojados del comicio por medio de la fuerza pública a las órdenes del comisario Julián Muñiz.
Expulsados los fiscales, los hijos de los hijos de María, quedaron dueños absolutos del comicio y para mayor comodidad introdujeron mesas, urnas y registros dentro de la misma iglesia.
Hasta las 2 de la tarde la Unión Comunal había hecho sufragar a setenta y cinco ciudadanos, quedándole aún treinta y cinco o cuarenta votantes, número suficiente para sacar 2 ó 3 municipales, 1 suplente y 2 consejeros escolares, dado el número reducido que le quedaba al hijo primogénito De María.
La oposición protestó la elección, siéndole negado al escribano señor Casenave el derecho de levantar el acta en el atrio, la que fue extendida en el local del comité de la oposición y notificada por testigos al presidente del comicio.
Los actores principales de esta vergonzosa parodia son: En primer término el doctor Amenedo, diputado que cesará de pasear su mutismo por la Cámara en abril próximo, Patricio Hunt, secretario de la Intendencia; Pedro Santisteben; Gregorio Montes, presidente del comicio; Rafael Picabea, Inspector Municipal; Elido Perrando, auxiliar de la Oficina de Rentas, Odoacro Regazzoni y otros instrumentos que se prestan a las sonatas del caudillo. –
Corresponsal – De La Razón
Por lo que hace a “La Prensa” nos hemos dado cuenta de su silencio al respecto, cuando supimos que su corresponsal en esta es uno de los instrumentos ciegos y servidor incondicional del caudillo local.
Nuestro colega El Imparcial en su sección de Adrogué, ataca con decisión los fraudes descarados del oficialismo en este desgraciado partido, con motivo de estos hechos incalificables. Sentimos que la falta de espacio nos impida reproducir alguno de ellos; pero nuestro apreciable colega circula con profusión ene sta localidad y es leído por muchos de nuestros suscriptores. ...”
“20 de agosto de 1905”
“... Fecha memorable en los anales políticos de Almirante Brown.
Como se sabrá en ese día hubo elecciones municipales en esta localidad.
Dos fracciones tomaron parte en ella, a saber: la Unión Comunal y los P.U.
De 8 a 9 a.m. se instalaron las mesas sin producirse incidente alguno.
Empezada la elección todo fue al dedillo hasta eso de las 2 p.m., hora en que la Unión Comunal había llevado 74 ciudadanos a depositar su voto, número suficiente para llamar la atención y alarmar al caudillo Amenedo. Si la elección hubiese seguido en esa forma, la Unión Comunal tenía asegurado dos municipales y un suplente y dos consejeros escolares, pues los P.U. después de las 12 m. No tenían a quien hacer votar pues sus correligionarios se habían agotado.
Naturalmente, Amenedo en vista de que los cuatro locos de verano (expresión del mismo hacia los opositores) ya no eran cuatro, sino que iban a pasar a los cien, se forjó este pensamiento: De seis municipales los locos me sacan dos y un suplente; me quedo con cuatro. Ahora bien en noviembre se deben elegir la mitad de ellos, y si en el sorteo no puedo hacer matufia y la fatalidad quiere que los cesantes pertenezcan a los mios: aunque no todos sino dos de ellos, quedo muy mal parado, pues los locos han conquistado mucha simpatía y no sería difícil que en noviembre me saquen otros dos y al final de la jornada el resumen sería este: sino obtienen mayoría, empatan. Esto no sería posible! ¿Cómo quedaría yo ante Marcelino? Imposible! ¡Viva el fraude! Si el fraude. ¡Para que lo tengo a Muñiz. Para que haga lo que yo le digo? Es muy fiel Muñiz? Viva el fraude! Anoche en la reunión verificada en mi casa les dí a mis adeptos todas las instrucciones necesarias para introducir boletas falsas en las urnas. ¡Viva el fraude! Ahí lo tengo a Pedrito Santisteben y a Gollito Montes que son los encargados del tongo. ¡Adelante los que no quedan! Viva Marcelino y el fraude!
Dicho y hecho. A la hora citada (2 p.m.) el joven de conducta intachable don Pedrito Santisteben dirigióse a uno de los escrutadores de la 3° mesa de la cual era presidente, dictándole nombres de personas que no estaban en el acto, para que los inscribiera en las planillas como votos legales. (Conste que don Pedro, antes de salir de su casa, tuvo un fuerte altercado con la vergüenza, por lo cual esta se rehusó a seguirlo).
Impidiéndole el fiscal de los locos Alejo F. Gómez, que llevara a cabo su intento, se dirigió a la 1° mesa con el mismo objeto. Allí encontró al joven C. Casazza (escrutador de los P.U.), y le dice: “Escribí”, teniendo en las manos un puñado de boletas falsas. El fiscal de los locos R. Fonseca (hijo) se lo impidió diciéndole: “que es lo que va a escribir”, y se dirigió al presidente del comicio G. Montes, manifestándole lo que sucedía, a lo que respondió que nada se le importaba. En contestación a esa lógica respuesta, el joven Fonseca le dijo que si inscribían votos falsos, él rompería las listas, entonces don Goyo (no confundir con Goyo Ochoa) con autoridad Marcelaina, hizo retirar a los fiscales por medio de la fuerza pública.
Libres los P. U. de ojos indiscretos y posesionados de cierto mieditis crónico, parecido al de Figueroa Alcorta en Córdoba (4 y 5 de febrero de 1905) introdujéronse con mesas, sillas, urnas, etc. en el interior de la iglesia, donde después de haber revisado sus armas se desplegaron en guerrillas esperando el ataque del enemigo y cerciorados de que este no llegaba dieron comienzo a la noble tarea de abrir las urnas, romper las boletas de los locos y allí dentro de ese local sagrado, se practicó el fraude más escandaloso y desvergonzado que imaginarse pueda.
Practicado el escrutinio, este dio el siguiente resultado: Locos 82. Marcelianistas 432!!!. ...”
Errores políticos
“... Después de la condenable e incomprensible actitud asumida por los hombres de la situación en las últimas elecciones habidas en la localidad, nos hemos preguntado – sin poder darnos una respuesta satisfactoria - ¿Cuál es el fin que se proponen al cerrar herméticamente las puertas a los opositores para que no intervengan en la administración, de los intereses comunales? ¿qué peligro inminente les amenazaría si una minoría independiente tomara parte en el manejo de la cosa pública?
Tratándose de hombres prácticos y aguerridos en estas luchas no podemos atribuirles ofuscación o falta de tino, porque sería ridícula tal suposición. Por consiguiente, su actitud es sumamente sospechosa y habla muy poco a favor de los hombres dirigentes, que no se han detenido en los medios, por más indecorosos que hayan sido, con tal de evitar la intromisión de elementos fiscalizadores en sus actos. Esto hace presumir que los asuntos que han de ventilarse no serán tan limpios que su trascendencia al público sea inconveniente o peligrosa para la estabilidad del partido dominante.
No tan solo eliminan a los que pudieran oponerse a sus resoluciones, sino que no permiten que sus actos sean observados, ni sus discusiones escuchadas por oídos indiscretos.
Ello da derecho a pensar que algo grave debe pasar por allí dentro, cuando hombres personalmente dignos de consideración, saltan por sobre todas las conveniencias para descender políticamente hasta nivelarse con la última capa social.
Esos hombres, algunos de ellos ilustrados o con títulos universitarios, han sido autores o cómplices de un delito, al arrebatar sus derechos cívicos a un grupo de ciudadanos independientes; valiéndose de fraude tan descarado que no hay ejemplo en los anales de las luchas electorales de nuestro pueblo.
Cometen impunemente estos excesos amparados por la fuerza de que disponen a su albedrío, sin fijarse que, insensiblemente, ellos mismos cavan la fosa en que han de ser sepultados los últimos restos de predominio y favor oficial de que disfrutan.
La opinión sana no los acompañará en adelante. No pude aceptar rol tan denigrante, ni apoyará con su voto y su nombre, esos actos a todas luces inmorales. Los compromisos personales o políticos no obligan la solidaridad en los delitos, ni a que el hombre se rebaje a tal extremo que olvide su honor, su buen nombre, ni el respeto mutuo que nos debemos.
Conceptuamos el procedimiento como un error político y de efecto contraproducente; un sacrificio estéril de lo que hay mas apreciable en el hombre: la dignidad. ...”