Etapa 2. Frómista-Sahagún

4 de agosto de 2013, domingo

Son las 6 de la mañana y ya se oyen los movimientos de los primeros madrugadores, los peregrinos de "a pie", que se levantan con sigilo para no molestar el sueño de sus compañeros de litera. Algunos utilizan frontales para recoger su cosas y buscar el pasillo a los lavabos. Mucho respeto y cuidado para no molestar. A las 7 de la mañana, se dan las luces. Casi nadie en la cama. La mayoría ya ha salido al Camino. Los menos madrugadores somos los bicigrinos, que somos los últimos en abandonar el albergue, después de desayunar.

Una pareja de jóvenes alemanes con los que he desayunado comprueban con sorpresa y malestar que una de sus bicicletas está pinchada. Hemos intentado ofrecerles ayuda, pero no nos entienden nada. Al final, hemos desistido.Me llama la atención que la mayoría de peregrinos extranjeros con los que me he encontrado no saben ni una palabra en castellano y, sin embargo, no tienen ninguna dificultad para realizar el Camino.

Sobre las 8.00 de la mañana salgo de Frómista acompañado de tres simpáticos y risueños bomberos de Zaragoza. El día nace soleado, rutilante, deslumbrante, pero a esta hora de la mañana todavía hace un poco fresco. Pedaleamos despacio, tranquilos. Hay tiempo para bromas.Al decirles que vengo de Bilbao, la conversación se enreda con temas de fútbol: Bielsa, Athletic, Ander Herrera, antiguo jugador del Zaragoza. Me cuentan también todas las funciones que suelen desarrollar los bomberos, algunas ciertamente difíciles de imaginar. A la altura de Revenga de Campos, un control de la Guardia Civil.Uno de los bomberos bromea:

- No nos hacéis control a nosotros...

El Guardia Civil se ríe y responde:

- Como no hayáis desayunado con un sol y sombra...

En Villalcázar de Sirga paramos para ver el espectacular templo de Santa María la Blanca, soberbio edificio del siglo XII-XIII donde sobresale un altísimo pórtico de arcos apuntados.

La puerta de la entrada tiene arquivoltas decoradas con gente con instrumentos musicales, ángeles...Sin embargo lo más llamativo son dos frisos: el inferior con imágenes de la Virgen, los Reyes Magos, una Anunciación...y el superior un Pantócrator. Ciertamente espectaculares. Sin embargo no pudimos ver su interior porque hasta las 11 de la mañana la iglesia permanecía cerrada. Una lástima. Villalcázar de Siria tiene también mucho interés literario pues en su iglesia se encuentra la Virgen Blanca, cuyos milagros fueron inmortalizados por Alfonso X el Sabio en las "Cantigas de Santa María".

"Romeus que de Santiago

Y a forum-lle contando

Os miragres que a Virgen

Faz en Vila-Sirga"

Enfilamos la carretera de Carrión, distante a 8 km. Allí , frente a la iglesia de Santa María del Camino, me despido de los bomberos

- A nosotros no nos gustan tanto las iglesias como a ti- me dice uno de ellos- Vamos a buscar una gasolinera para limpiar la bici y las alforjas con una manguera de aire. Buen camino.

- Un placer- les contesto- Igual nos encontramos en Santiago.

Y me quedo admirando la portada de esta iglesia románica del siglo XII que, como nos contó una señora, es la más antigua de Carrión y la actual parroquia del pueblo. Tiene una decoración muy interesante formada por cinco arquivoltas de medio punto y un friso superior rematado por canecillos.

Por la calle principal atravieso Carrión hasta dar con la iglesia de Santiago, otro destacado templo románico con una fachada espectacular y un friso digno de admirar, con el Salvador en el centro y acompañado a los lados de los tetramorfos. Allí me encuentro con dos padres que habían iniciado en Fromista el Camino junto a sus dos hijas.Me piden que les saque una foto. Son de León. Las chicas estudian 2 de ESO.

- Mirad esta portada tan bonita- le dice uno de ellos.

Pero las chicas muestran escaso interés.

- En el colegio tendréis que estudiar el Románico- les digo- Aquí teneís un buen ejemplo.

- En el Colegio....- me dice una de ellas con cara de hastío.

Antes de despedirme me informan que en León podré visitar la catedral desde una plataforma que han puesto a la altura del triforia, para contemplar las vidrieras. Me alegra esta noticia. También me aconsejan algunos lugares junto a la Catedral para poder ¨tapear¨. Al parecer esa nueva zona se ha puesto de moda entre los leoneses y es una competencia seria para el Barrio Húmedo.

Son las 10 de la mañana y atravieso el puente sobre el río Carrión para dirigirme al monasterio de San Zoilo, hoy convertido en un hotel Allí quiero ver su excelente claustro gótico y visitar las tumbas de los Infantes de Carrión, que se encuentran en su iglesia. Carrión es una localidad que siempre hay que citar cuando se habla del Poema de Mío Cid. Quiero sacar unas fotos de las tumbas de los esposos de las hijas del Cid, esos que las maltrataron y torturaron en el robledal de Corpes cuando se dirigían a sus tierras de Carrión.

Sin embargo, hasta las 10, 30 no abren y decido esperar en un amplío bar acristalado situado en la parte posterior del edificio, junto a los jardines. A esas horas, sólo dos camareros y yo. Decido desayunar otra vez. Un lujo. Luce el sol, agradable temperatura. Silencio. Cuatro periódicos para leer. ¿Qué más puedo pedir?

A las 11 visito el San Zoilo.El claustro, efectivamente, es precioso. Y atravesado por los rayos de luz de esta mañana de verano, todavía más.En la iglesia aprovecho para sacar fotos a las tumbas de los Infantes de Carrión.

Allí coincido con Ximo, un psicologo valenciano que será mi compañero de viaje hasta León. Ximo es un adicto al Camino.Ha realizado diez veces el Camino francés , el Camino del Norte y el Camino Primitivo. También el Camino Francigeno, que llega a Roma atravesando Francia y parte de Italia. Viaja con un completo botiquín para ayudar a los peregrinos con problemas en sus pies.

Yo, nuevo e inexperto. Ël, sabio y experimentado peregrino, conocedor de todos los pueblos, albergues, cuestas y dificultades del Camino. A partir de ese momento, me dejo guíar por él. A partir de ese momento seré menos consciente del paisaje, de los pueblos...Cuando vas acompañado, el silencio cede su espacio a la palabra y te hace ser menos receptivo a lo que te rodea, al paisaje, a otras personas...Sin embargo el contacto con otros te enriquece. Aprendes, empatizas, conoces otras formas de ser, de vivir, de sentir..Son los amigos del Camino.

Salimos de Carrión de los Condes y enfilamos un camino blanco de polvo y piedras, recto, infinito, que atraviesa campos amarillos de cereal Es uno de los momentos más delicados para los peregrinos de a pie porque durante 17 km., hasta Calzadilla de la Cueza,no encontrarán ni un sólo pueblo para reponer fuerzas y descansar, ni un árbol para cobijarse del sol y el calor. Sólo un camino llano, tedioso, polvoriento , entre campos de secano. Es, seguramente, el tramo más despoblado del Camino y, en verano, el más duro. Unas construcciones de adobe nos anuncian la llegada a Calzadilla, verdadero paraíso para los caminantes.

Sin embargo, en bicicleta es un tramo sin complicaciones que lo pasamos chalando sobre educación, recortes, similitudes y diferencias entre los sistemas educativos de nuestras comunidades...Nada que ver con el callado sufrimiento de los que caminan a pie.

Atravesamos Lédigos y nos dirigimos a Sahagún, fin de la segunda etapa. Ximo viaja sin plan, pero decide quedarse conmigo en Sahagún. Buscamos el albergue de las monjas benedictinas. Está regentado por dos cooperantes voluntarias que pasan 4 meses en Sahagún y 8 en Perú. Al parecer las monjas les ceden el albergue y con el dinero obtenido, se van a Perú a desarrollar proyectos de ayuda a las poblaciones indígenas.

Admiro a estas personas que dedican su vida a ayudar a los demás, trabajando de sol a sol, siempre con una sonrisa en los labios. Encomiable su labor.

Nos acomodamos en una habitación doble, austera, pero limpísima. Un lujo para peregrinos disponer de ducha, toallas...Se agradecen estas pequeñas comodidades.El convento tiene un patio interior con terraza y balaustrada, a modo de patio de comedias, donde se puede descansar, leer, escribir...disfrutandoo del silencio propio de los conventos. En este espacio, dos sacerdotes italianos, solo necesitaron una pequeña mesa para concelebrar su misa diaria.

Por la tarde, junto a Ximo, acudo al oficio de vísperas esperando escuchar gregoriano. Sin embargo, las monjas, la mayoría muy ancianas, cantan en castellano. Las más jóvenes, dos monjitas negras. Una de ellas, sentada al órgano.

Sahagún es una localidad con pocos encantos. Es domingo y toda la actividad se concentra en la plaza del pueblo, llena de terrazas que bares y restaurantes sacan durante el periodo estival. En uno de ellos cenamos y , poco antes de que nos cierren la puerta del convento, regresamos para dormir. Sin ronquidos, sin ruidos, de un tirón.