EL ARBOL MILAGROSO. jesica Fala
EL ARBOL MILAGROSO
Por: Jessica Falla
En un lejano pueblo llamado San Bernardo a orillas del rió que lleva su mismo nombre, Vivian muy felices muchas familias entre ellas la familia de Juan Cáceres, vivian de tejer mantas a mano, su esposa doña Josefa, su suegro don simón y doña carlota la abuelita, quienes desde pequeños, tejían a mano ruanas, mantas, chales y gorros para llevarlos a la ciudad, y de eso, subsistían. Tenían ya prácticamente una fabrica porque ellos le daban trabajo a muchas personas del pueblo junto con sus dos hijos, que uno de quince y una niña de trece trabajaba de sol a sol.
La familia de doña Josefa venia de vacaciones de otra de población cercana y pasaban días felices comían, trabajaban y en los ratos libres compartían con sus familiares y amigos de pequeñas fiestas que armaban después de una buena competencia de tejo y buena comida y trago, casi siempre seguían de largo esto era todo un festín pues los vecinos y amigos la pasaban muy rico muy en la casona de don Juan Cáceres. Todos los niños iban a la escuela y las mujeres trabajaban en la fabrica de don Juan, mientras ellos se educaban; la gente del pueblo era muy pobre y don Juan quien había llegado allí hacia veinte años, cuando se caso con doña Josefa, después de haber quedado huérfano pues sus papas murieron en un accidente automovilístico, le dejaron un buen capital, con el cual, don Juan compro una casita donde Vivian sus hijos, su esposa y demás familiares.
La gente del pueblo tenía sus creencias don víctor un anciano de 75 años quien vivía solo, pues su esposa ya había fallecido, era el doctor del pueblo, el le tenia mucha fe a las plantas medicinales, de ellas obtenía remedios para sanar a las personas y ellos le pagaban con comida, con ofrendas o con ropa pues a dicho personaje no le gustaba que le dieran dinero.
En este pueblo había abundancia de comida, se cultivaban gran variedad de plantas, se cultivaba la yuca, el plátano, y muchas clases de frutas, como las manzanas, las peras, el banano, la guayaba, la papaya.
De estos productos la gente sobrevivía en el pueblo. Unas las consumían y las otras las vendían en el mercado de la localidad, este era muy visitado, no solo por sus habitantes sino por turistas que venían a admirar la belleza del de este paradisíaco lugar, así, como la gran variedad de plantas que crecen y florecen en los jardines, además, es un pueblo muy visitado por su clima, por sus paisajes y por su gente re resalta su amabilidad siendo agradable con los visitantes. Bueno y también por el santuario del señor de los milagros al cual le tenían mucha fe, pues tanta era la fe que traían a las personas enfermas ya casi moribundas, dicen los que habitaban antiguamente, que el santuario movía montañas, que era muy poderoso y por ello podían traer a las personas para que se curaran.
Don Juan Cáceres en su casa,que por cierto era muy grande, le gustaba tener animales y cuidaba de las plantas y de los árboles frutales.
El siempre había soñado con ser rico para poder darle a su familia y a las personas que estaban necesitadas en el pueblo, pero lamentablemente todo se le iban en ilusiones, pues el trabajo de tejer mantas y ruanas en lana suaves, apenas le alcanzaban a el y a su familia para vivir dignamente, claro que también a las personas que trabajaban con el pues dependían de este negocio;
Todas las noche don Juan se sentaba en el patio al lado de un árbol, que el había sembrado con mucho cariño, dejaba guiarse por su pensamiento e imaginación ¡ si yo fuera rico que felicidad, pues podía irme a la ciudad a montar un buen negocio, y no pasaría solo con lo de los gastos necesarios; pensaba mientras suspiraba.
Sus hijos le decían, padre; cuando terminemos el estudio queremos ir a la universidad y estudiar una carrera , nos gusta la medicina, y asi para poderlos ayudar, además, para que no se pasen la vida trabajando.
Doña Josefa, se quejaba de el dolor de las manos pues todo el día se la pasaba tejiendo, y tejiendo mientras la abuela se encargaba de cocinar y de las labores de la casa.
Un día, don Juan se le dio por abonar la tierra y empezó a escarbarla, para que el abono penetrara bien en ella. Empezó a sembrar muchos mas árboles frutales. Les hizo un lavado a los animales les arreglo su corral limpio todo; mas adelante, fue a los cafetales y recogió todos los frutos que no servían, luego fue a la casa y le ayudo a la abuela a organizar toda la casa decía: “tengamos todo limpio y nos llegara la fortuna”, regó la casa con unas hierbas que le había recomendado don víctor el anciano de 75 años.
Bueno, después de haber hecho todas estas labores fue para donde su planta preferida y le empezó a abonar la tierra, le clavo la pala y de pronto se le atoro, el se asusto porque dijo Dios mío no puede ser que se le vaya a partir la raíz de MI ARBOL favorito, es el que yo mas cuido y el que mas quiero.
Con cuidado, fue intentando mover la pala pero esta se atoro, entonces, decidió empezar a sacar la tierra de los laditos con el fin de que no se fuera a dañar su arbolito preferido.
Este era un árbol que daba unas flores hermosas como las que adornan su jardín de tierra caliente, cuando de pronto don Juan pego un grito: “que es esto, no puede ser una caja debajo de la tierra”.
Si era una vieja y podrida caja de madera, pues como pudo empezó a sacarla; empezó el alboroto el llamo a su esposa ¡Josefa!
¡Josefa! ¡Josefa! ven pronto mira lo que saque de debajo de la tierra.
Tan rápido como pudo doña Josefa llego en junta con los demás, doña Josefa dijo; cual fue la alarma, cuando don Juan Cáceres destapo la caja y se dio cuenta de que estaba llena de monedas de oro, por fin era rico, y todo por haber sembrado su árbol milagroso ,como el lo llamo, seguramente, que este según el, en vez de darle flores le dio un magnifico tesoro en la parte de las raíces, pero no era así alguien lo había enterrado hace muchos años, y allí creció el árbol de don Juan Cáceres al que le pedía todas las noches.
Pues el le dio gracias a DIOS por haberle cumplido el sueño de hacerlo millonario y por haberle cumplido el sueño de poderse ir a la ciudad y ayudarle a las personas de el pueblo.
Paso el tiempo y sus hijos crecieron, su padre les pudo ayudar para la universidad se volvieron profesionales de la medicina.
Su fabrica de mantas y ruanas fue donada a la gente mas cercana de el pueblo para que la siguieran progresando y todo esto gracias a el árbol milagroso, bueno hizo sus sueños realidad y vivió feliz claro que no dejo atrás su casa siguió cuidando sus animales y sus plantas medicinales, a propósito don víctor también cumplió su sueño y tuvo prácticamente un centro de salud donde venían todos los enfermos, en fin todos tuvieron lo que siempre querían
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