La Ermita de San Esteban en Castañares de las Cuevas (Viguera)

Web de José Ramón Francia Silva

LA ERMITA DE SAN ESTEBAN

Esta Ermita está cobijada bajo la Peña de San Esteban, que así se llama, y posiblemente lleve este nombre por la advocación a la que está dedicada la Ermita. Fue construida en mampostería de canto rodado del río y conglomerado de la roca del lugar donde está situada. El mortero de yeso que tenía antes de la remodelación era de recomposiciones anteriores.

Bajo estas rocas, a la derecha de la imagen, se encuentra la Ermita

Al estar en el hueco de la roca y gozar de cierta protección no tiene tejado. Carece también de cualquier tipo de escultura, como columnas, capiteles, canecillos.., lo que sobresale es el arco triunfal que separa el ábside de la nave,

En 1952, como nos dice el arquitecto D. Rafael Gil, estaba arruinada. La podemos ver en estas fotografías antiguas que él hizo por aquel año: “Notas sobre la Ermita de San Esteban de Viguera”. Berceo, 24, 1952, 451-456.

Aspecto deplorable reflejado en estas imágenes de D. Rafael Gil en 1952.

No se sabe la fecha de su construcción ya que los franceses durante la invasión de la Independencia, quemaron durante su estancia en Viguera los archivos.

Según Cabañero, Bernabé, “Cuadernos de Investigación Histórica”, Brocar, 16, 1990, (19-40), esta ermita, por sus dimensiones sería una iglesia castrense, en ningún caso monástica; Pascual Mayoral habla de monacato medieval en “Puente Caneco y Castillo de Viguera (La Rioja)”. Pascual Mayoral, Mª Pilar. IV Semana de Estudios Medievales. Nájera 2-6 Agosto 1993, 341-350.

Se supone que es del siglo X, ya que el iconostasio, o sea la separación entre la cabecera de la Iglesia, del lugar en donde se colocan los fieles, era propio de las iglesias visigodas, actualmente se da en las ortodoxas.

Para otros pertenece al prerrománico, reformada el ábside en el siglo VIII, para hacerla circular.

Al estar protegida por un gran farallón rocoso también ha sufrido a lo largo de sus posiblemente más de diez siglos importantes impactos por los desprendimientos. Un mortero potente también le ha servido de protección de los agentes naturales externos como el frío, el viento y la lluvia, ya que a veces ha estado sin techo.

Consta de una nave y un ábside irregular de cabecera separada por un muro abierto por una puerta en arco y ésta flanqueada por dos ventanas o vanos también en arco. La desigualdad y la malformación de los arcos puede ser debida a los sucesivos hundimientos y lucidos.

Sobre la interpretación de estos vanos existen opiniones diferentes. Así Uranga J.E. e Iñiguez, F. en “Arte Medieval Navarro I”, Ed. Aranzadi, Pamplona, 1971, abre la posibilidad de que sean altares de nicho que con el tiempo han perdido “el ARA” (piedra plana en el centro del altar donde se hace la consagración), y que por lo tanto han perdido su función. También puede encerrar un simbolismo trinitario similar a otras iglesias italianas y orientales.

Planta y sección de la Ermita de San Esteban. José E. Uranga y Francisco Íñiguez. Arte Medieval. Vol. I.

Existe la posibilidad de que durante el románico, en el siglo XII, hubiera una remodelación del ábside que anteriormente podría albergar un espacio más amplio (coro) privilegiado para los monjes que luego quedaría de reducido como en la actualidad. Así se evitaría el contacto de los monjes con los fieles, que era lo que aconsejaban las reglas monásticas. Por lo que constaría de tres ambientes “santuario, coro separado por un muro y espacio para los fieles” (Monreal, L. A. pág 16). La remodelación románica podría haber eliminado otra puerta de acceso al “coro” por la actual ábside.

Monreal Jimeno, L. A., en su artículo con un estudio detallado titulado “San Esteban de Viguera. Reflexiones en torno a una iglesia peculiar”. Príncipe de Viana, 1991, 52, 7-30, compara con otras iglesias y ermitas de la época y da pie para hacernos preguntas ¿podria ser esta iglesia exclusiva solo de monjes, dada su localización?. Se cree que al principio agrupó a eremitas o semieremitas del Valle.

Tiene inscripciones, una en la imposta (saliente) y en la jamba (podemos decir para explicar de forma simple, que la imposta es a la jamba lo que el capitel a la columna): La de la jamba de finales del XII o principios de XIII, la de la imposta anterior. Están escritas en latín utilizando a veces el genitivo o el acusativo y al estar de forma abreviada dificultan la traducción. Algunas iniciales podrían referirse a San Isidoro (s. VI) y San Julián (s. VII).

Se cree que la puerta arqueada de entrada al edificio por la nave, que hoy está al norte estuvo en su día al sur.

En su interior hay hermosas pinturas románicas en mal estado de conservación. Estas pinturas son del XII o principios del XIII. Y son una de las cosas que más han interesado: Los frescos pintados en el interior de la nave; en general con colores cálidos, ocre rojizo, amarillo y blanco y negro. Posiblemente sean del tiempo en que se construyó el edificio, aunque parecen de una época ligeramente posterior.

Al haber sido revocadas las paredes en varias ocasiones y por tanto, con varias capas, se han podido conservar, aunque algunas partes están borrosas al perder el revoque. Dada la situación en que se encontraba en el año 1952, casi es un milagro que las podamos conservar.

Se ve en algunos personajes gran fuerza expresiva, numerosos detalles en la indumentaria y se ve el Cordero Pascual, que aunque tenga forma de caballo, tiene la pezuña partida. Asimismo vemos influencia árabe o mozárabe al utilizar la media luna.

La cuesta de los alrededores, antes de llegar a la Ermita.

D. Ruperto Albarellos habla de frondosas viñas por la cuesta de acceso a la Ermita, pero que según Ochagavia D. “La villa de Viguera”, Berceo, 29, 1953, 521-544, para mediados del XX ya estaban desaparecidas.

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