El Safari de la Vida

Los efectos de la inmigración están comenzando a descubrir a los habitantes del llamado Primer Mundo que hay otras realidades subyacentes que no son fruto de la Creación, ni tampoco de ningún proceso evolutivo. Estas otras realidades provienen de nosotros mismos, de nuestros olvidos y dejaciones, de nuestros falsos conceptos convertidos en ídolos que nos impiden ver más allá de las fronteras de nuestro espacio vital, justo ese lugar donde, estúpidamente, creemos que se acaba el mundo.

En este libro se analizan algunas de esas realidades pero, sobre todo, se aportan soluciones que están al alcance de cualquiera. Antes de escribirlo el autor ha podido constatar que existen muchas personas preocupadas por lo que les pasa a los demás y que, sencillamente, no saben cómo hacer para ayudarles. A veces el secreto no consiste más que en revisar nuestra escala de valores y aprender a ser consecuentes con nosotros mismos. Nada más. Y nada menos.

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Autor: Javier Bleda

112 páginas. 5€

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El Safari de la Vida

Filosofía africanista

Javier Bleda

En los años que llevo viajando o viviendo en diferentes países de África reconozco que he cometido muchos errores, pero ninguno tan grande como el de no haber empezado a ejercer mucho antes como ser humano mi derecho al pataleo. Pataleo por las injusticias que he visto, por las miserias que he comprobado, por las muertes fácilmente evitables a las que he asistido y, sobre todo, pataleo por ser consciente de que a los gobernantes que permiten todo esto, sean blancos o negros, los ponemos nosotros y los mantenemos en su puesto durante años, que aún tiene más delito.

La sociedad civil, es decir, nosotros, no podemos seguir engañándonos creyendo a pies juntillas que vivimos en un mundo casi perfecto y que la única crisis que puede haber es la que afecta a la economía. Hay otras crisis, enquistadas en los más profundo del planeta Tierra, que duran ya decenas de años y que conviven con nosotros, como un libro de terror del que no nos hemos atrevido a leer más allá del primer capítulo, y cuyo epílogo prematuro no es otro que la muerte. 

Si eres de los que se han acostumbrado a que en África siempre pasan estas cosas y crees que no está en tu mano hacer nada entonces, como mínimo, lee esta pequeña guía de filosofía africanista. Si, por el contrario, consideras que prefieres unirte a este viaje africano, a este safari de la vida, entonces te darás cuenta que has perdido mucho tiempo no haciendo nada, o casi nada, por millones de personas que miran tu país, tu continente, y a sus habitantes, que te miran a ti en resumidas cuentas, con los ojos de la esperanza, una esperanza que debería transformarse en solidaridad con los semejantes, en ayuda con los desfavorecidos y en, lo más difícil, un trato de igual a igual.  

TESTIMONIOS

Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla.

Paulo Coelho, Escritor brasileño

 

 

Si ya has leído el libro El Safari de la Vida me encantaría saber tu opinión. Por favor, envía tus email en el formulario del blog especificando la palabra “testimonios” en el asunto del correo. Gracias por adelantado. *Todos los testimonios son condensados por cuestiones de extensión. 

He llorado al leer el librito, no hay por qué ocultarlo. Pero lo que me ha parecido más desgarrador es saber que por mucho que nos digan no somos capaces de echarnos a andar para solucionar el problema. Por lo menos voy a intentar meditar un minuto al día sobre África, me parece un buen comienzo éste que planteas.

A. Andonaegui (Vitoria)

 

Después de leer su libro he intentado explicar a mis hijos las tremendas diferencias entre su vida y la de los niños africanos. Mi pequeño de 7 años me pidió el libro para enseñárselo a su profesora y ella, a su vez, se lo ha pedido a él para llevárselo a casa. Esperemos que la cadena no pare.

J. Hernández (Madrid)

 

Hace unos días vinieron unos amigos a cenar a casa y en los cafés saqué la conversación del librito intentando que nos pusiéramos de acuerdo para ayudar de alguna manera. Terminé arrepintiéndome de hacerlo, todos parecían saber más que nadie de África y de la “sospechosa” labor que realizan las ong,s, pero lo curioso es que ninguno de los presentes había estado nunca en África, ni tampoco colaboraba con ninguna ong. Es muy curioso ver este tipo de reacciones, así uno se explica muchas cosas.

M. Ballesta (Logroño)

 

Se dice que si alguien puede salvar a África serán sus mujeres y, posiblemente, seamos nosotras, las de este otro lado, las que tengamos más posibilidades de echar una mano. Deberíamos ponernos en su lugar para imaginar tanto sufrimiento.

Encarna M. O. (Madrid)

 

Estoy seguro de que este librito no está escrito para hacer amigos, sino para azotar conciencias. La mía ha quedado destrozada y me pongo manos a la obra desde hoy mismo que he terminado de leerlo. Efectivamente, no hay derecho a seguir mirando a otro lado. Esto no ha hecho más que empezar.

Andrés P. I. (Guadalajara)

 

Parece mentira cómo funciona la idea "taza de café". En una semana ya he juntado 23 euros exclusivamente dejando de lado algunas cosas innecesarias y algún café que otro. Tengo dos amigas que se han apuntado y espero que dentro de un mes podamos empezar a plantearnos cosas. Me parece genial tu libro, ya era hora de llamar a las cosas por su nombre.

A. Castro (Ciudad Real)

 

El libro con más verdades que he leído. Lo estoy "vendiendo" con la condición de que quien lo compre lo lea. Algunos lo compran por "simpatía, y porque es Navidad. Sigo queriendo saber cómo se vive entre "dos mundos". Yo, hoy por hoy me siento un poco "culpable" de mirar para otro lado. Mucho ánimo. 

M. C. Galindo (Rivas Vaciamadrid)

 

He leído el libro y creo que luchan contra molinos de viento. Igualmente les deseo mucha suerte y más seguidores.

J.M. Bustamante (Madrid)

 

Soy el dueño de una cafetería de Arganda. Quiero comenzar el proyecto “taza de café” con mis clientes. Me ha parecido una idea genial. 

P. Gómez (Arganda del Rey)

 

He leído su libro y me pareció una idea encantadora. Me uno a la causa y voy a empezar por contarlo a mis amigas del gimnasio.

Almudena (Rivas-Vaciamadrid)

 

Creo que el mensaje es una esperanza para toda esa gente, como así para nosotros que estamos tan decepcionados de que las ayudas no lleguen como debiera ser. Soy viuda y siempre he ayudado a estas buenas causas, pero los resultados son invisibles. Es verdad que si una quiere las cosas las debe hacer por sí misma. Haré tertulias en mi casa para difundir el mensaje.

Juani (Madrid)

 

Hay personas que todavía tienen la valentía de querer salvarnos de nuestro propio egocentrismo. El librito es apasionante.

J.L. García (Madrid)

 

Espero que todos comprendamos la importancia del mensaje y que no se trata sólo de leer el libro, sino de difundir la idea y trabajar en ella.

E. Bermúdez (Ciudad Real)

 

Compré el libro porque una amiga me lo comentó. Me he quedado sin palabras. He convencido a mis hijas para que me ayuden a organizar tertulias en casa con mis amigas y con las suyas. Estoy segura que algo bueno va a salir de todo ello.

Raquel (Palencia)

 

Soy médico cirujano y me pongo a su disposición por si me puede decir de qué manera puedo ejercer la “acción directa” como bien dice en su libro. Efectivamente, yo también creo que no podemos seguir mirando hacia otro lado.

Alonso (Madrid)

 

Llevo unos años ejerciendo de “antisistema” y mi madre me ha pasado su libro. Me ha encantado y ya hay cuatro compañeros míos a los que se los he pasado y opinan lo mismo. Protestar está bien, pero es mejor hacer algo concreto. Nos unimos a la causa.

Julia (Valencia)

 

La verdad es que usted no cuenta nada del otro mundo, la desgracia de África es una realidad con la que llevamos conviviendo durante mucho tiempo y ya sabemos todos los detalles. Pero me gusta que haya sido capaz de condensar tanta ira reprimida para que sirva de recordatorio sobre lo que tendríamos que hacer y no hacemos. Felicidades.

G. Bueno (Madrid)

 

Después de leer el librito saqué el tema en una cena familiar. Se organizó un debate importante y finalmente tengo dos “cómplices” de la familia, mi cuñada y mi hermana, para empezar a organizar tertulias en nuestras casas. Hay cosas escritas en ese libro que no se pueden obviar. Así es.

Carmen (Bilbao)

 

Su libro me ha encantado. Gracias por recordarnos que tenemos que ser humanos.

Luis (Albacete)

 

Llevo años colaborando periódicamente con varias ong y hasta que no he leído su libro no he abierto los ojos. No digo que las ong no estén haciendo una labor encomiable, pero estoy de acuerdo que no se puede una limitar a que le carguen el donativo en la cuenta todos los meses y pensar que con ello está haciendo algo. Desde este momento me paso a la “acción directa” y voy a poner en práctica las instrucciones para ser un militante solidario que se detallan en el libro. Gracias, pienso que mi visión de muchas cosas ha cambado después de leerlo.

A. Lerchundi (San Sebastián)

 

Gracias por su libro. Tanta crudeza me ha hecho llorar, pero lo necesitaba para despertar y darme cuenta que tengo que hacer algo cuanto antes.

Isabel (Madrid)

 

Tengo un pequeño herbolario y también quiero colaborar a difundir el mensaje. Gracias.

Pepi (Madrid)

 

Me parece que lo que necesita África es que se digan las cosas claras como usted hace. Felicidades por su libro.

Mª José (Barcelona)

 

Tengo una librería y dos clientes me han hablado de su libro. 

P. Gil (Madrid)