Esclerosis múltiple

Causa

La causa de la EM permanece desconocida hasta hoy. No obstante, se reconoce la existencia de factores genéticos, que si bien no son absolutamente determinantes, generan una predisposición a padecer la enfermedad. Parece claro que sobre esta predisposición genética uno o más factores ambientales podrían influir en el desarrollo de la EM.

A lo largo de los años varios factores ambientales han sido considerados: "toxinas, virus, bacterias, tipos de alimentación", sin que hasta la fecha ninguno de ellos haya podido ser demostrado fehacientemente.

Si se ha podido demostrar que la EM está mediada por una reacción autoinmune, es decir un mecanismo de auto agresión en que el sistema inmunológico, normalmente encargado de defendernos de agresiones externas como infecciones, por razones aún no totalmente clarificadas, genera una respuesta hacia estructuras del sistema nervioso como la mielina, provocando su lesión y la aparición de los síntomas de la enfermedad.

Cómo afecta

La EM se caracteriza por la presencia de lesiones en el Sistema Nervioso Central llamadas "placas", las cuales son áreas de desmielinización inflamatoria, es decir, zonas donde se ha perdido la mielina que cubre las fibras nerviosas o axones. Este proceso desmielinizante está provocado por un complejo proceso inmune que determina una respuesta anormal contra uno o más antígenos de la mielina. Estas "placas" desmielinizantes producen una alteración en la conducción de impulsos nerviosos bajo la forma de enlentecimiento o directamente bloqueo, determinando la aparición de síntomas y signos de acuerdo al lugar del Sistema Nervioso donde se localicen: sustancia blanca de los hemisferios cerebrales, cuerpo calloso, cerebelo, nervios ópticos, tronco encefálico o médula espinal.

La variedad de síntomas incluye alteraciones en el control del equilibrio, debilidad o parálisis de uno o más miembros, trastornos en la sensibilidad, hormigueos, alteraciones visuales, trastornos en el control esfinteriano y trastornos sexuales.

Se ha demostrado además que en las placas desmielinizantes existe una variable y gradual destrucción de axones, y este proceso ocurriría tempranamente en el curso de la enfermedad. Esta característica neuropatológica avala el inicio de un tratamiento inmunomodulador tan pronto se confirma el diagnóstico de EM.

Síntomas

Las manifestaciones de esta enfermedad suelen aparecer entre los 20 y 40 años. Trastornos sensitivos son frecuentes, en la forma de parestesias (adormecimientos u hormigueos), disestesias (sensibilidad alterada) o hipoestesias (disminución de la sensibilidad). El compromiso de la motricidad está dado por la pérdida de fuerza en uno o varios miembros que variará desde un grado leve hasta la pérdida total de la función.

Otra manifestación de la enfermedad es a través de los trastornos en el equilibrio y en la marcha; pérdida o disminución de la visión en uno o ambos ojos en forma sucesiva o simultánea, evento conocido como “neuritis óptica”. La diplopía (visión doble) también puede presentarse aunque suele ser transitoria.

La EM puede presentarse como un trastorno de la marcha  lentamente progresivo. Suele asociarse con dificultades en el control de los esfínteres, siendo lo más frecuente la imperiosidad en el deseo de orinar y la constipación. La sexualidad suele verse comprometida en un porcentaje importante de casos, siendo la disminución en la lubricación vaginal y en la libido en la mujer y los trastornos en la erección en el hombre, las expresiones más frecuentes.

Los problemas en la atención y memoria pueden resultar un problema para algunas personas con EM.

Problemas psicológicos, familiares, laborales y sociales no pueden atribuirse directamente a la desmielinización, pero son hallazgos secundarios que aparecen como consecuencia de una enfermedad crónica y discapacitante como suele ser la EM.

                                                                                                                                                                                                                   Extraído de www.ema.org.ar