Francisco Javier Solé Ribas (Barcelona, 1961) va néixer a un barri obrer, quan en els camps de cultiu s’aixecaven habitatges menuts pels treballadors immigrants.
Va estudiar dret laboral i és tècnic superior en PRL especialitat Ergonomia/Psicosociologia. Viu a la ciutat de l' Hospitalet, al barri de Bellvitge, amb la dona i dues filles des de l’any de les Olimpíades.
La seva primera publicació Rehén de la memoria (2013) és un llibre de relats, on combina realitat i ficció amb un to autobiogràfic. La seva darrera publicació, el poemari El cementerio que habitan los vivos (2014) és un recull de versos socials i polítics, d'amor i de mort, sense oblidar el territori i la gent del seu barri que pot veure cada dia des de la finestra del seu pis de L’Hospitalet.
A Bombyx mori (2014) poemes i relats del pare que perd una filla després d'una curta però devastadora malaltia donen lloc, juntament amb altres testimonis, a un llibre homenatge a Laia però també una reflexió sobre la pèrdua d'una filla adolescent.
L'any 2014 posa en marxa juntament amb un grup d'amics el racó poètic l'Hospitalet projecte que programa amb regularitat esdeveniments de format diferent en llocs diferents on les sales, els poetes, els artistes i el públic guanyin sempre.
"He reunido toda esta poesía en una edición bajo el título genérico de “El cementerio que habitan los vivos”, asumiendo en el título una seña de identidad del barrio en el que vivo desde hace más de veinte años –Bellvitge, en la ciudad industrial de L’Hospitalet, cuyos límites fronterizos con Barcelona son difusos-. Un barrio obrero reconocible en algunos de los poemas y cuya historia de luchas vecinales es un orgullo en una Catalunya adormecida por el nacionalismo aburguesado.
El título, en realidad, tiene su origen en una cita del escritor de novela policíaca Francisco González Ledesma, al ofrecer una imagen del barrio que, seguramente sin proponérselo, deviene extraordinariamente poética y que hago mía, pues en verdad algunas construcciones de barrios obreros se asemejan a nichos, dormitorios funerarios a cielo raso. Es, paradójicamente, en las bulliciosas calles de estas feas viviendas donde la vida fluye con un vigor y un entusiasmo que ya querrían para sí algunas avenidas de las lujosas urbanizaciones cuya miseria se esconde en almas emponzoñadas que lucen portada en papel couche y en las páginas de economía de los diarios".
del bloc de l'autor, 2014.
Temps fugit. [Almería]: Círculo Rojo, 2025.
Desordenados y fragmentados, los recuerdos de un tiempo perdido y sus afectos constituyen el epicentro de estas memorias de un niño de los vencidos en el tardofranquismo. Los milicianos, el exilio del poeta en Collioure y los campos de concentración en la playa de Argelès, los pisos de la obra sindical, el resplandor de las hogueras en el barrio gitano de la Perona, las disputas de los padres, los temblores de todos los amores y el sexo, las dos hijas. Un vano intento de preservar de la membranza personal su proyección social. Pura intrahistoria.
En el umbral del eclipse. Almeria: Círculo Rojo, 2021.
En estas horas inciertas
huyo del inventario.
Abruma la calígine
que emboza el lecho.
Nunca vi
la vida como un regalo.
Y fue, madre, desde el parto,
—bien lo sabes tú—
una dávida de las moiras.
No rezo. Musito nombres.
Muero huérfano de dicha.
Latido de cenizas . Almeria: Círculo Rojo, 2020.
«Estos poemas —estructurados en dos movimientos, uno de relajación “Diástole” y otro de contracción «Sístole»— emergen como acordes disonantes en el silencio del mar, vocean en un susurro el eco remoto de la saloma.
Como el péndulo alborotado de un reloj suspendido en una casa deshabitada.
Todo corazón alberga un piélago, cada nueva ola es un latido».
"Bajo la tierra", "Morir con hambre", "Motín". Dins: [autors diversos]. Brossa de foc. Barcelona: Descontrol, 2019, p. 70-73.
Rehusamos, en todo momento, referirnos a la propuesta en términos de "antología" y hablamos —como hacemos aquí— de una muestra (posible), priorizando la gente que se mueve y está en activo, exponiendo sus propuestas (enfocadas bien a la "literalidad", bien a la "oralidad"), con un enfoque crítico, social. Incluyendo, también, autores cuya trayectoria se dilata en el tiempo e incluso alguna propuesta que responde a esa premisa del compromiso social sólo parcialmente: uno de los objetivos fue trascender esa parcelación siempre preocupante de las "capillas", los espacios endogámicos. Este libro es también una oportunidad para la comunicación, y para compartir, desde los sucesivos mundos poéticos. Y para dar a conocer, en definitiva, una muestra de la ingente poesía comprometida que se escribe actualmente en la Barcelona del diseño.
El exilio interior. Almeria: Círculo Rojo, 2018.
Los poemas de “Barrio de barro”, “El espectro de la memoria” y “El sendero donde crecen cipreses rojos” nos desvelan que somos acróbatas en un páramo mudo. Y que ese silencio es la hendidura que cincelan los ausentes. El poemario nos propone serpentear por la vereda del nosotros (presente) al yo (pasado) para confluir en el tú (futuro). La casa, el árbol y el camino. Nos cobija el árbol, no la casa. Y el camino engendra, como dijo el poeta colombiano Juan Pablo Roa, tres personas: el que parte, el que queda y el que va y viene por el recuerdo.
Las hilanderas. Almeria: Círculo Rojo, 2017.
Los versos de este poemario revelan que, con frecuencia, la Muerte no cercena sólo una vida. Suele cobrarse también la de quienes sobreviven. Parafraseando a Gamoneda, la existencia fluctúa entonces entre la sonrisa del pasado y el llanto del presente. Estructurada en tres partes (hospital, padres, hermana…) la referencia a la mitología greco-romana o nórdica descubre que ni dioses ni mortales disponen libremente de su existencia y que el cuándo y el cómo quedan a merced de tres hechiceras. El porqué siempre sin respuesta.
Golondrinas suicidas. Almeria: Círculo Rojo, 2015.
Todos los textos tienen como protagonista, de un modo directo o indirecto, a la Muerte. Los pájaros vuelan, unas veces huyendo y otras regresando. Nunca el cielo está desnudo. En algunos relatos el amor es una forma sublime de inmortalidad, en la mayoría la Muerte se presenta como un acontecimiento natural y traumático. Sabiendo que un camino que no concluye en la muerte es un camino sin salida, como ha dejado escrito el poeta Joan Margarit.
En el prólogo Soledad Soler advierte que el autor nos invita a un "complejo mosaico que reproduce las historias de la vida en toda su enorme fragilidad, en su lucha contra la adversidad, en su aceptación de lo inevitable, en su esfuerzo por transformar el dolor en algo parecido a la esperanza...".
La casa del silencio. [Almeria]: Circulo rojo, 2015.
Los poemas de este libro fluctúan de manera deliberada entre la poesía social y la existencial. En realidad, su autor no concibe la una sin la otra; dan testimonio de esta imbricación los poemas de la desolación de "Ni puertas ni ventanas", o los de la derrota que se agolpan en "El final de la utopía", pero también los de la rabia en "La cólera de los dioses" o aquellos que rememoran la muerte en "Todo lo efímero es sempiterno" e incluso en los poemas que nacen de la imagen en "El puzzle de la imagen y la palabra". Mientras el país y el sistema económico que lo sustenta ofrecía la más obscena de las podredumbres, la fragmentación y el dolor personal y familiar en la casa del poeta descubre que sería suficiente con que volviera a la vida la hija.
Bombyx mori. [Almeria]: Círculo rojo, 2014.
Me llamo Laia. He vivido una existencia como las mariposas, corta pero intensa. Mis padres y mi hermana han reunido alguno de mis trabajos escolares, los relatos y poemas que escribí y, junto con otros testimonios de personas que me conocieron y de amigos que me quisieron han editado este libro que, además de mantener vivo mi recuerdo y rendirme un homenaje, es una reflexión sobre el dolor de una pérdida – la muerte de una hija adolescente- y la fragilidad de la vida. Gracias a ellos por escribirlo y a todos vosotros por leerlo. A ver si os gusta.
El cementerio que habitan los vivos. [Almeria]: Círculo Rojo, 2014.
Los versos de este extenso poemario ofrecen una calidoscópica visión donde se suceden los poemas cotidianos marcados por la crisis económica en “Resplandor en la ciudad quemada”, los versos ideológicos más combativos de “En territorio hostil”, los poemas amorosos aferrados a un erotismo agónico en “Náufragos en el paraíso”, los versos existenciales, solitarios y tristes de “El alquimista del silencio”, o la presencia de la muerte en “La sombra que nos acecha”.
En el prólogo, Gabriel ya pone de manifiesto la indiscutible actualidad de estos versos que, sin embargo, parecen escritos en un viejo bar donde la nostalgia sobrevuela silenciosa.
Rehén de la memòria. [Almeria]: Círculo Rojo, 2013.
Mi infancia no transcurrió en un patio de Sevilla, sino en un balcón con vistas a los descampados de un barrio obrero de la Barcelona de Porcioles. Todos los domingos había sesión doble maratoniana en el Cine Levante.
De esta manera, entre el realismo que impone la infancia en el tardofranquismo y la fantasía que el cinematógrafo permite, nacen estos relatos que ofrecen un paisaje donde el pasado viaja al presente y viceversa.