Antonio María Flórez

De luz y de sombra: Alfonso Trajano. Don Benito: ACEM. La Cigüeña de Cristal, 2021.

En el libro, Flórez reclama el justo lugar de Trajano en la historia cultural de Extremadura y rescata parte de su obra perdida, además de esclarecer las circunstancias de su muerte en Campanario en julio de 1938 y el contexto político que la provocó.

Fue uno de los artistas extremeños más importantes del primer tercio del siglo XX, a la altura de los Garrorena en el campo de la fotografía; y sin desmerecer en mucho a Hermoso, Caldera o Covarsí, en el ámbito de la pintura, o a Antonio Juez en el del dibujo y la ilustración. Trajano no sólo destacó como agudo retratista y solvente fotógrafo, sino que sus incursiones en la pintura y el dibujo le abrieron un lugar preeminente en la plástica extremeña de los convulsos años de la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República.

El hombre que corría en el parque. Mérida: Editora Regional de Extremadura, 2021.

Ambientada en Cataluña (L'Hospitalet de Llobregat y Barcelona), El hombre que corría en el parque se presenta como una sucesión de cajas sorpresa bajo la forma de novela: el lector debe acompañar la narración mientras trata, hasta su desenlace final, inesperado, de encontrar qué hay de cierto en esa sucesión de mensajes breves que dos teléfonos se intercambian, qué hay de cierto en el diario de un personaje sumido en el desconcierto que sus prejuicios en las relaciones personales y amorosas le vuelvan casi irresolubles y, por último, qué hay de cierto en aquel pen drive que se ha encontrado y que acaba, por ese azar de la literatura, en manos de quien tiene la obligación de investigar.

Marquetalia, tus hijos te decimos. Don Benito: ACEM, 2019.

Breve poemario con composiciones que tienen como referente la ciudad de Marquetalia, en el departamento de Caldas, tan unida a la vida del poeta, “famosa por sus leyendas indígenas, por su gesta fundacional, por su oro, su café; pero también por sus avatares políticos, sus desplazamientos y sus tragedias; es la síntesis pertinaz y simbólica de la historia nacional”

Desde entonces vivo para el dolor. Badajoz: De la luna libros, 2018. 

Ganador del Concurso de Relatos 25 años / Lunas de Oriente 

“Yo sé bien que te amé” es una expresión que usa con contundencia el protagonista del primer relato de este esperado cuentario del autor de Desplazados del paraíso, que es toda una declaración de resignación ante lo ineluctable del fracaso comunicativo de nuestro tiempo y de exploración indigna de la memoria del desamor; pero es también un ejercicio mimoso de la palabra, de pasión por el idioma, que aquí se muestra en plenitud y con toda la riqueza de una tradición bien asimilada en el uso del lenguaje de ambas orillas y de la lectura nutricia de autores diversos de reconocida valía como Goytisolo, Mutis, Grande, Gabriel y Galán o Escobar Giraldo.

Relatos ubicuos, de diversa extensión, articulados por el asunto de la incomunicación y el desamor (“Ningún amor es en vano y todos tienen su castigo”, dice el autor en uno de sus cuentos), que tienen una gran fuerza expresiva y visual, casi cinematográfica, irónicos e intertextuales, cuya prosa califica Simón Viola como “tensa, conmovida, tocada por emociones perturbadoras y poderosas”.

Escritos germinales de Francisco Valdés. Don Benito: l'autor, 2018.

El fecundo poeta dombenitense Antonio María Flórez nos facilita con su obra acceder a un conjunto de 18 artículos que Valdés fue publicando entre 1914-1916 en la revista sevillana Bética. Los reproduce facsímiles, adjuntando preliminares y notas explicativas a cada uno de ellos. Constituyen un excelente testimonio de la ideología avanzada que por entonces sostenía el autor. 

Sueños eróticos de un adolescente empedernido. [Getafe]: Playa de Ákaba, 2016.

La adolescencia es un estado emocional, dice Flórez, no una mera descarga de hormonas que condiciona el desarrollo físico e intelectual de la persona. Se puede madurar, pero en muchos de nosotros pervive el deseo de seguir disfrutando de ese estado de sensibilidad extrema, de erotismo elemental, que teóricamente desaparece o se atempera con la adultez. Nada tiene de malo esa intencionalidad de permanecer o de vivir empecinados en una etapa exuberante y enriquecedora de nuestras vidas que, para algunos, es mera negación del paso del tiempo, mera nostalgia.

Y puede que Sueños eróticos de un adolescente empedernido sea un poco esto, la voluntad de nunca crecer afectivamente; pero también, y en todo caso, es un banquete de alegre poesía, vital, audaz, ardiente, a veces lujuriosa; aunque también irónica: toda una crónica emocional de nuestro tiempo. “Nada existe sin amor”, decía el poeta brasileño Murilo Mendes, ¡cuán cierto! Porque en estos tiempos de interconexión extrema es cuando más solos nos sentimos y, por eso, debemos concordar con Álvaro Mutis que “Hay que inventar una nueva soledad para el deseo”. Y este libro nos ayudará a eso, porque habla precisamente de deseo, de sentimientos, de sueños, de eróticos anhelos que acompañan el trasegar cotidiano de esos seres empeñados en amarse en todo momento con el furor de siempre.

Crónica en escena. La muerte de Manolete. Don Benito: El Sapo de Cristal, 2014.

Usando como excusa el último día de vida del famoso torero cordobés, el autor reflexiona sobre el destino humano y del toro, el sentido de la existencia, el valor y el miedo, el amor y la muerte. Obra densa, inquietante y muy visual, su llamativo formato y la diafanidad de su estilo literario sin duda alguna atrapan al lector, oyente o espectador.

Bajo tus pies la ciudad. Mérida: de la Luna libros, 2012.

Un libro complejo, proteico y denso, intertextual, que salda deudas culturales y afectivas del autor con algunos de sus amigos, poetas y músicos del rock, que han sido más cercanos a su identidad. Es un recorrido oblicuo por la ciudad, a veces surreal, vista desde sus espacios más simbólicos. Aquí las calles, parques, plazas, museos y bares son el asiento de un universo plagado de seres dispares y solitarios que se debaten en pos del amor, el paraíso y la libertad. Es una propuesta de búsqueda del ser y de su entorno a través de la palabra y la imagen. Presenta una visión fresca y profunda de la cotidianidad y del desarraigo del urbanita, equilibrando magistralmente las citas de poemas y canciones con las expresiones propias del sujeto contemporáneo.

Si voleu més informació consulteu l' enllaç.

Corazón de piedra. Villanueva de la Serena: Littera Libros, 2011.

"Por recurrir al tópico, es tan breve como intenso. De "pequeño y denso" lo ha calificado el autor. La dedicatoria despeja desde el principio cualquier duda: "Para Javier Alberto Flórez". Sí, su hijo. Estamos ante una obra de carácter autobiográfico, que no confesional, con abundantes poemas dialogados, donde apenas se juega con ninguna ambigüedad. Quiero decir que el poeta va de frente y por derecho a lo que de verdad le importa: la historia de una relación complicada entre un padre, él, y su hijo. Ambos se encuentran en una encrucijada. "Frente a ellos", como en la cita de Corman McCarthy, "una gran desolación". A lo lejos, "una mujer se difumina en la bruma / y un niño se aferra a sus manos, crece". El paisaje es, sin duda, desolado: hay ruinas ("ruinas grises en vez de sueños"), cenizas ("Sobre la cenizas, / desolación", se titula el poema "Pincel"), melancolía, mucha melancolía. Padre e hijo están ahora en camino, "el viaje es muy largo" y el futuro del todo impreciso. El pasado "es un sueño". Por la ausencia del hijo, "Su infancia ya no es y nunca más será. / Sueña. / Lo que nunca fue. / Lo que nunca vendrá".

Se alude aquí a mentiras, a temores y, sobre todo, a la muerte. Una amenza permanente, que, precisamente, "no es ninguna mentira". Con todo, se atisba la esperanza: "tendrá sentido la vida", escribe Flórez. Y, a modo de conclusión: "Estoy aquí a tu lado. / Preparándote el fuego que deberás portar". / ¿Ese es mi destino? / ¡Ése!".

Para quienes, además de lectores, conocemos algo de la peripecia vital que se narra con versos en Corazón de piedra, éste es el libro inolvidable de un amigo que ha sabido arrancarle a la poesía su bendita porción de  arte y de consuelo".

2011. Blog de Álvaro Valverde

Us convidem a llegir l'entrevista que van fer-li en motiu de la publicació del seu darrer llibre, el 24 de febrer del 2011.

Desplazados del paraiso. Mérida: Editora Regional de Extremadura, 2006 Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá 2003.

Por suerte el autor del libro con tan hermoso título Desplazados del paraíso es mi gran amigo Antonio María Floréz , poeta, vividor y exprimidor de vivencias como el exilio, la paternidad a distancia, la búsqueda incansable del origen o el vapuleo constante de la incomprensión en casa propia, o sea Extremadura. Raíces extremeñas y colombianas le atraviesan la médula espinal y su acento le delata, cuando paseas con él las calles de Don Benito, su verbo explota es mil colores y matices, se expande y se hace golondrina... las palabras aterciopeladas salen alborotadas de su boca y entonces descubres que paseas por el pueblo junto a un galán de telenovelas, digo más, junto a un pedazo de Colombia que se le ha metido en el corazón y le palpita con urgencia.

Pasear junto al poeta Antonio Maria Flórez es como pasear de la mano con un hijo biológico de García Márquez , su voz emerge de las entrañas de otro mundo mágico, paralelo a Macondo como el que amasó su infancia allá en Marquetalia, Manizales, o los extensos cafetales que se pierden en las estribaciones de una selva indomable. Colombia nos ha devuelto a este extremeño que durante años ha deambulado entre dos mares buscando asiento y refugio en algún lugar donde anidar su "cansancio de ciudad". Persigue de forma incansable reordenar en los cien mil folios blancos que revolotean sin cesar por su cabeza, la historia perfecta de una familia, su familia. Las idas y venidas de un niño que con tan sólo unos meses de vida cruzó el Atlántico sin apenas derramar una lágrima en la travesía, le arrullaba el mar, esa fue su canción de cuna. Tal vez por eso sus libros y sus versos parecen salpicados por la espuma blanca que depositan las olas en la orilla.

Yo tengo mis conversaciones con Antonio en el paraíso, es decir en una especie de figuración creativa en la que trenzamos todas las vidas que han traspasado su propia vida, hacemos lo que más nos gusta: escribir y contar historias que algún día plasmaremos en papel... una especie de libro que hemos comenzado a medias lleno de nostalgias y magias, de noches eternas de bares y avatares, de amores no correspondidos a tiempo y de fondo, como una constante maldita: el destierro. Antonio María Flórez, el amigo, es un hombre traspasado por la desolación de todas las ausencias a las que el destino le ha condenado. Pasear con él es llevar de la mano un pedazo de la tragedia que golpeó a Colombia y la convirtió en icono de la violencia. Ese padecimiento, vivido en primera persona aderezado con latigazos de desarraigo, marcan los pasos de un brillante y exquisito poeta poco reconocido en Extremadura.

Tengo el enorme privilegio de tomar chaparritos de café de puchero con un poeta gigante que en su tierra quizá sea visto tan sólo como un excéntrico; Antonio María es más que eso, además de haber recibido en 2003 el Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá por su libro "Desplazados del paraíso", es un gran humanista por su profesión de médico e investigador. Como dije antes, le delata su estancia en tierra de fuego, sus formas de hablar y actuar en libertad unido a la expresividad musical que mamó en Colombia, no acaban de encajar en esta escenografía rural donde todo parece encorsetado y subvencionado.

A Antonio María le importa muy poco de repente salir por las calles de Don Benito a repartir versos en el Día Mundial de la Poesía mientras los poderes establecidos sestean; Antonio María de repente un día adorna el bar de la esquina con sus poemas-objeto y organiza un tentempié literario; también tiene por costumbre pasear con su cámara de fotos y secuestrar del presente efímero, instantes que sólo él guarda en su cajón de secretos a modo de diminutas pepitas de oro. De repente todos los días te regala una poesía y el sentimiento que cabalga dentro de ella. Así es él, una mezcla explosiva de espasmos y convulsiones arrebatadas a la madrugada en plena furia de inspiración, y a la vez, un bálsamo que te lleva a calmar el aburrimiento al interior de todos los paraísos verdes que le habitan.

Estar con él es viajar hacia lugares que jamás alcanzaré a visitar, conocer a personajes de novela que permanecen aún en bullicioso germen dentro de su cabeza. Estar con él es conocer el tormento que echa raíces en el corazón de un hombre bueno que para evitar el rencor, escribe, para no odiar escribe, para huir de su dolor escribe, y de tanto escribir al dictado del corazón, nos regala "Desplazados del paraíso" un libro que debería ser de obligada lectura en las aulas, porque brinda alas al alma. Ahora que reposa su "cansancio" en Don Benito, quiero rendirle este homenaje, darle las gracias por su poesía, por ser guía y amigo, por dibujar mis paredes, y por haber escrito esto: "Mi madre me daba besos y mi padre libros, así se me iba la infancia, navegando en sueños".

16/06/2013 Mar Gómez