Relación sexual
Relación sexual
Una relación sexual es el conjunto de comportamientos que realizan al menos dos personas con el objetivo de dar o recibir placer sexual. Las relaciones sexuales pueden incluir muchas prácticas como las caricias sexuales, el sexo oral o el coito.
El coito o cópula consiste en la introducción del pene en la vagina o el ano. En el caso de parejas heterosexuales fértiles, también pueden estar presentes fines reproductivos. El tiempo de duración de un acto sexual suele ser desde 2 minutos hasta más de 40 minutos.
Terminología: relaciones sexuales y apareamiento
Habitualmente el término relaciones sexuales se utiliza para referirse al cortejo y comportamiento sexual de los seres humanos y el término apareamiento se utiliza para referirse al resto de animales. En biología, el apareamiento es el conjunto de todos los comportamientos cortejo sexual y cría que realizan dos individuos de distinto sexo para procrear, y que culmina con la cópula; en oposición a la posibilidad de engendrar descendencia con uno solo (autofecundación de hermafroditas, partenogénesis).
Tipos de relaciones sexuales
Según la cantidad de personas involucradas en el mismo momento y lugar
Dos, como en una pareja
Orgía o sexo grupal: varios individuos tienen relaciones sexuales al mismo tiempo y en el mismo lugar. Sin excluir a ningún grupo sexual
Según el vínculo de las personas involucradas.
Con vínculos afectivos más o menos desarrollados como en muchos tipos de parejas (matrimonio, noviazgo, amistad con derechos o grupos poliamorosos)
Sólo con el objetivo de dar y recibir placer sexual (sexo ocasional o intercambio de pareja)
Según el género de los participantes
Entre mujeres, típica pero no limitada a las lesbianas y mujeres bisexuales
Entre varones, típica pero no limitada a los gays y varones bisexuales
Mixto, típica pero no limitada a las personas heterosexuales y bisexuales
Incluyendo personas transgénero o intersexuales, típico pero no limitado a la pansexualidad
Otros tipos
Uso compartido de juguetes sexuales
Inclusión de otras parafilias
Prácticas sexuales no consentidas
En nuestra cultura el requisito para considerar una práctica sexual como parte de una relación sexual válida y no un delito es el consentimiento. Así, las prácticas sexuales pueden ser consentidas o no.
Algunas de las prácticas sexuales en las que falta el consentimiento de una persona tienen nombre particulares.
Violación que se produce cuando una persona tiene acceso sexual hacia otra, mediante el empleo de violencias físicas o psicológicas o mediante el uso de mecanismos que anulen el consentimiento de los ofendidos. También se habla de violación cuando la víctima no puede dar su consentimiento, como en los casos de incapaces mentales, menores de edad, o personas que se encuentran en estado de inconsciencia, a través de alcohol u otras drogas.
Abuso sexual infantil o pederastia: es toda conducta en la que un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder.
Prostitución forzada, uno de los fines de la trata de personas mediada por cierto tipo de proxenetismo
Otras prácticas donde falta el consentimiento son la necrofilia, práctica sexual entre una persona y un cadáver y la zoofilia, la práctica sexual entre una persona y un animal.
Prácticas sexuales
Como primera aproximación, se pueden dividir las prácticas en coitales y no coitales. Dentro de las no coitales podemos mencionar
Sexo oral dirigido hacia los genitales (felación, cunnilingus, 69), el ano (anilingus) u otras partes del cuerpo (Estimulación oral de los pezones)
Sexo genital-genital sin penetración: Tribadismo y Frot
In der Scheune (En el granero), obra del siglo XIX del austriaco Peter Fendi, donde se muestran caricias en los pechos y coito vaginal.
Coito o cópula
El coito o cópula (del latín: co-iter, ‘marcha en común’ o ‘ir en común’) es la inserción y empuje pélvico del pene en la vagina o el ano. En los seres humanos el coito es una de las prácticas sexuales que forma parte de la relación sexual. Además es la práctica normativa de las relaciones sexuales (véase Coitocentrismo). Los autores suelen usar la palabra coito para hacer referencia al vaginal De las prácticas sexuales, es la práctica que más riesgos tiene de ser una vía de trasmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS), por ello es el blanco principal de las recomendaciones del sexo seguro.
Coito vaginal
El coito vaginal consiste en la introducción del pene en la vagina. Es la práctica sexual que, entre personas fértiles, tiene más probabilidades de resultar en la fecundación y embarazo por lo que es el blanco de algunos métodos anticonceptivos.
Aunque se tiende a pensar que la forma primigenia del coito vaginal en humanos es el llamado a tergo o ventro-dorsal —ya que ésta existe en los otros mamíferos de modo casi excluyente—, existen estudios que ponen en duda esta teoría y encuentran relación entre las coacciones de tipo morfológico y la preferencia por el coito ventro-ventral en el
La posición sexual a tergo —esto es, la penetración del pene en la vagina cuando la hembra se encuentra de espaldas al macho— suele ser llamada levrette, si la mujer está apoyándose sobre sus piernas y brazos, aunque también se realiza cuando la mujer es penetrada vaginalmente de espaldas (por ejemplo, acostada apoyando su espalda en el varón).
La forma más común de coito en humanos es la ventro-ventral o frontal [cita requerida], coloquialmente llamada posición del misionero, ya que popularmente se atribuye la introducción de esta forma de coitar en Oceanía a los misioneros.
Otra posición frecuente durante el coito en los seres humanos es la posición de Andrómaca, con la mujer sentada sobre el hombre acostado. Esta pose da más posibilidad de movimientos tanto a la mujer como al varón, ya que ambos pueden usar sus manos para acariciar otras partes del cuerpo.
Coito anal
En el coito anal la penetración se realiza en el ano. En lenguaje académico también se utiliza a veces el término «pedicación» (del latín pœdicatio o pœdicationis).
La mucosa anal carece de lubricación y es todavía más fácil de irritar que la vagina, por lo cual, tiene mayor riesgo de transmisión de ITS, especialmente el VIH, si no se realiza de manera segura. Para ello es recomendable utilizar lubricantes a base de agua, que no afectan a los preservativos.
Coitocentrismo
El coitocentrismo es la tendencia a jerarquizar la sexualidad en prácticas significativas, adultas y completas (el coito) y prácticas vanas, infantiles e inmaduras (las otras prácticas) al punto de llegar a confundir relaciones sexuales con el coito y a no dar el nombre y estatus de relaciones sexuales las prácticas sexuales en las que no se ha producido coito o a no considerarlas una vía de obtención de placer u orgasmo.
El coitocentrismo, es ubicado como una de las características de la sexualidad hegemónica y normativa la cual además deberá ser procreativa, genital, monógama, en el matrimonio, naturalizada, por amor, en casa, de a dos, y, por supuesto, heterosexual. El resto de prácticas serán rechazadas y tachadas de anormales, innaturales, o enfermas. Aunque se acepta que el coitocentrismo también está presente como norma en algunas relaciones homosexuales.
En occidente, la tradición judeocristiana ha estado vinculada en el sostenimiento del coitocentrismo. Según esta tradición, el acto sexual es válido sólo en el matrimonio, y se vuelve un medio para expresar sentimientos íntimos, adquirir responsabilidades y, sobre todo, reproducir a la especie. Según esta doctrina, tanto la sexualidad no heterosexual como la heterosexual extramarital son inmorales. Para los libertarios, es la falta de consentimiento, o un desequilibrio de poder - como el coito obligado - lo que es inmoral; pero para muchos conservadores la coerción marital no es inmoral. Se lo contextualiza como uno de los «lastres» patriarcales.
Se ubica junto a otros mandatos de la masculinidad hegemónica como es el falocentrismo, es decir, la reducción del cuerpo masculino al pene, la negación de toda otra zona sensitiva y de placer; y la negación de la emotividad; todos estos atributos necesarios para relaciones armónicas al interior de la pareja.
La aparición del concepto de coitocentrismo y su crítica viene de la mano del feminismo, y los últimos avances tecnológicos en materia de anticoncepción y aborto y la reforma sexual ocurridos en el siglo XX gracias a los que está extendiendo la nómina de prácticas sexuales socialmente aceptadas.
El coito en la literatura
Además del Marqués de Sade, muchos otros autores (Chaucer, Bocaccio, Petronio o Rabelais) han descrito este tipo de prácticas en sus obras. Un ejemplo acerca del sexo vaginal está en el cuento "El diablo y el infierno", del libro El Decamerón, de Giovanni Boccaccio.
Controversias sexuales
Las relaciones sexuales siempre han sido un tema controvertido a lo largo de la historia de todas las civilizaciones, especialmente en la cultura judeocristiana. Las religiones han influido de una forma importante en el concepto de la sexualidad. En términos generales se sabe que realizar el acto sexual contribuye a la relajación. Dentro de la cultura occidental, son ilegales determinados actos como la pederastia, el incesto, o la violación. La pederastia y la violación son delitos en casi todos los países del mundo.
Actividades sexuales como el adulterio, homosexualidad, orgías y relaciones prematrimoniales, pueden ser rechazadas o aceptadas por determinados grupos de personas, si bien son prácticas no sancionadas en gran parte de Occidente y otros lugares, mientras que existe una tendencia punitiva en sociedades teocráticas y fundamentalistas.
En muchos países islámicos toda actividad sexual fuera del matrimonio es ilegal. Entre esos países figuran Arabia Saudita, Pakistán, Afganistán, Irán, Kuwait, Maldivas, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Sudán, Yemen Mauritania, etc.
Terminología coloquial
En lengua española, multitud de términos se utilizan coloquialmente para hacer referencia, en los seres humanos, a las relaciones sexuales, al acto sexual, al coito; algunos de ellos: follar, coger, tirar, tener sexo, chingar, cohabitar, bombear, pasar por las armas, garchar, dar para dentro, echar un polvo, checar medidas, tener junta... de ombligos, darle de comer al chango, subir al guayabo, humedecer el pizarrín, fornicar, ponerle collar a la pescuezona, dar caldo, desflemar el cuaresmeño, pegarle al peluche, apuñalar el oso desde adentro, etcétera.
Dibujo de Leonardo da Vinci de una pareja humana hemiseccionada durante el coito.