(5)TEXTOS ALEJANDRO THORNTON
TEXTOS
Alejandro Thornton, el gesto pensante.
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Carolina Lara
periodista. Santiago de Chile, mayo de 2007.
El artista es uno de los nombres que suenan en la generación emergente en los años 2000 en Buenos Aires. Con una producción que aborda tanto el lenguaje pictórico, como la gráfica, el mail-art, el diseño, poesía visual, el objeto, las intervenciones y la fotografía, este año ya ha participado en ArteAméricas (Miami) y en la Bienal Nacional de Arte de Bahía Blanca. En carpeta, están una colectiva en el Pabellón 4 Arte Contemporáneo, y una individual para 2008 en Galería Elsi del Río, ambos en la capital federal. Desde el neoexpresionismo y el Neo-pop, una mirada sobre el arte argentino actual.
Lo primero que puede llamar la atención en la obra de Alejandro Thornton (1970) son los cambios de materiales, técnicas y “estilos”. Al revisar la producción desarrollada entre fines de los años 90 y los 2000 por este pintor formado en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” de Argentina, se descubre que la pintura no ha sido la única disciplina abordada y que —con gran frescura y capacidad crítica— ha realizado también dibujos, diseño, intervenciones, poesía visual, mail-art, trabajos con el objeto y la fotografía.
Una serie de pinturas que le ha dado visibilidad es “No te duermas” (1998-2003), donde pequeñas camas son articuladas como un módulo figurativo que se repite en ordenaciones abstractas a través de telas texturadas. Pues, bien, este conjunto resulta muy distinto a otra serie tan importante como “Thornton reigns” (2004-2006), donde su propia imagen ha sido intervenida con inscripciones y manchas, mientras que en acrílico el rostro se ha convertido en trazados lineales, siendo un diseño que se repite idéntico un cuadro tras otro, cruzado por textos y conjuntos de círculos de colores que generan ritmos visuales compositivos.
Frente a estos trabajos, una sorpresa será encontrarse además con “Kylie” (2006), un conjunto de delirantes dibujos que parecen sacados de algún cómic; o con “Crashed cars” (2005), donde autos de colección japoneses de la década del 70 han sido intervenidos digitalmente. Sin duda, un itinerario marcado por el neoexpresionismo y el Neo-pop, pero de una versatilidad general que permite al artista pasearse tanto por espacios experimentales como comerciales. Este año, ya ha participado en ArteAméricas (Miami) y en la Bienal Nacional de Arte de Bahía Blanca (Argentina), preparándose en Buenos Aires para una colectiva en el Pabellón 4 Arte Contemporáneo y para una individual en 2008 en Galería Elsi del Río.
Relación con Chile
En 2006, Thornton trabaja para una convocatoria chilena abierta internacionalmente en torno a la figura de Augusto Pinochet. Esta ha sido su única vinculación con el país allende la Cordillera de Los Andes: “Realmente no estoy muy enterado de qué está pasando en Chile ahora. Es lamentable que estando tan cercanos no tengamos casi ni idea de lo que sucede al otro lado. Creo que allá sucede lo mismo con los artistas argentinos: miramos demasiado a Londres o Nueva York, y nos relacionamos poco entre nosotros”.
¿Cómo llegas a participar en el proyecto “19731990, La Muerte del Dictador”?
Desde hace unos 8 años integro activamente el circuito internacional de mail-art. De esta manera, me invita Muñoz Coloma a sumarme a este proyecto de artes visuales y literatura que en su etapa virtual busca la forma de elaborar alguna publicación y muestra con el material recibido.
¿Qué ha pasado con el arte argentino el último tiempo?
Es realmente impresionante la cantidad de artistas, galerías y espacios que se han abierto. Sin embargo, por estar en la periferia del mundo, por las crisis políticas y económicas, y sobre todo por no contar aún con una ley de mecenazgo, el arte argentino no ha logrado tener una presencia fuerte en conjunto a nivel internacional. En cuanto a pintura, sucede un poco lo que pasa a nivel internacional: hasta hace unos años, estaba medio pasada de moda, teniendo más el afecto de la crítica la fotografía, las instalaciones o las obras con algún dispositivo tecnológico. De algún modo, esto se fue revirtiendo y parece haber un auge que en Buenos Aires se vio en la última versión de ArteBA, donde la mayoría de las obras que llevaron las galerías eran pinturas, que —en definitiva— son más fáciles de vender. Por otro lado, las nuevas generaciones están dudando de los lugares de exhibición y legitimación del arte, saliendo a la calle a relacionarse directamente con la gente y a considerarla ya no como “público”. Es cierto que están buscando su propio espacio y esta actitud es valiosa, aunque sea en última instancia una estrategia más para llamar la atención y buscar la inserción en el circuito artístico.
¿Cómo ha sido tu trabajo de inserción en el circuito local e internacional?
En el circuito argentino ha tenido que ver con la constancia (el interés profundo y ciego de desarrollar mi obra e investigar mis inquietudes) y con mi participación en premios, salones y en Proyecto Cubo (plan de promoción para artistas jóvenes impulsado por Néstor Zonana en el Pabellón 4). Al mismo tiempo, mi trabajo se ha hecho conocer en otros ámbitos y públicos, gracias a mi participación en proyectos artísticos no vinculados a los circuitos tradicionales del arte, de arte correo, e intervenciones urbanas. A nivel internacional, he estado en diversas muestras, sobre todo en Europa. Pero ArteAméricas fue el primer paso para comenzar a insertar mi trabajo con mayor fuerza. El tipo de cambio que estamos teniendo dificulta bastante poder acercarse a ferias o eventos internacionales, pero favorece el precio de venta de las obras que ha interesado a muchos inversores.
Es inevitable relacionar los juegos de puntos de tu última serie con cierta obra de Damien Hirst. ¿Hay una apelación consciente a ello?
Es algo curioso: conocía la obra de Hirst más famosa, que es toda esa serie de animales en formol. Recién el año pasado en un catálogo encontré unas serigrafías de 2005, donde trabajó con esos círculos cromáticos, y sí: sentí eso de “¡hey! este tipo está haciendo lo mismo”. Así es que supongo debemos tener cierta filiación, aunque mi trabajo es menos farmacológico.
¿A qué se debe la diversidad de “estilos”?
Es debido a que no me ato a ninguno. Hay una línea de continuidad conceptual en mi trabajo que lo sostiene y une. Lo importante es lo que tengo para decir y muchas veces la forma de hacerlo varía. En general, las ideas que voy desarrollando parten de estar sentado con un lápiz en la mano y una pila de papeles, es decir, del dibujo como forma de pensamiento no verbal. Todos mis trabajos comienzan a gestarse de esta manera, para luego ir desarrollándose, puliéndose y buscando la resolución técnica (tanto el soporte como los materiales) que mejor funcione con la idea a desarrollar.
Desde la pintura y la gráfica, resultan muy decidoras las tensiones que realizas entre gesto y reproducción mecánica, expresión y concepto: ¿Qué se teje detrás de esos encuentros?
Es el inevitable fruto del tiempo que nos toca, del entorno tecnológico en que los mass media, el diseño de los objetos, del discurso y hasta de la vida, han modificado nuestra forma de percibir el mundo y la forma en que lo pensamos, representamos y/o comunicamos. Expresión y concepto han parecido cosas opuestas. Pero me parece que pensar en la expresión del concepto o en el concepto de la expresión es un tema clave en la lectura de la pintura contemporánea. En una profundidad o lejanía extrema podría encontrase esa paradoja entre el hombre sujeto y el hombre animal, entre el ser racional pensante y esa energía sexual, animal, es decir vital, que nos mantiene vivos. En general, mis temas han tenido que ver con cierta preocupación existencialista: en la serie “No te duermas”, era el concepto de estar consciente en la vida; de no dejarse llevar; de no pasar desapercibido y de tomar las riendas del viaje. En la serie “Thornton reigns”, vengo investigando los procesos de simulación y representación en el sujeto contemporáneo, concepto puesto en jaque a partir del desarrollo de la robótica, las biotecnologías, la clonación y la realidad virtual.
Entrevista publicada enla revista Arte al Limite de Chile
Mayo 2007