Vista del río Esla en León a su cruce con la autovía León-Burgos. Se observa la perfecta disposición de los árboles en los márgenes del río y el efecto del meandro del río Esla al "encontrarse con la autovía": Parece que arrastrara la autovía al río.
Las arboledas de chopos son muy comunes en las riberas de los ríos leoneses y dan un aspecto de frescura y verdor en medio del período estival en estos lugares en que el regadío ha llegado con más de 30 años de retraso.
Vista aérea del barrio de la estación de Fresno de la Vega. Por aquí pasaba el tren de vía estrecha hasta los años sesenta en que el aumento del transporte por carretera y la no finalización del proyecto original: Unir Cistierna con Medina de Rioseco. Terminara con el medio para transportar los productos de Tierra de Campos al Norte y los productos de la minería del Norte a Castilla.
Actualmente, gracias a los productos de huerta, se ha convertido en un pequeño polo industrial. Los antiguos almacenes de la estación (a la derecha de la carretera) son, ahora, naves de envasado de productos de Fresno: Pimientos Morrones, principalmente. En la villa existen varias de estas envasadoras que, de forma artesanal, envasan pimientos que ya se consumen en media España y que cuentan con Denominación de Origen.
Sin alejarnos de la zona nos encontramoscon la desembocadura del río Porma en el Esla en Vega de Infanzones.
Las tierras cosechadas se mezclan con las plantaciones de maiz y dan un poco de alegría al paisaje del sur de León.
El horizonte se mezcla con el azul del cielo de agosto y el efecto térmico no deja ver, siquiera atisbar, la cordillera cantábrica.
De camino a la montaña leonesa sobrevolamos Sta María del Condado (izquierda). Un pueblo de esos, que tantos hay en la geografía leonesa, que ya no tiene más que viejos porque los más jóvenes se marcharon allá por los años sesenta y setenta en busca de mejores oportunidades y que, ahora, se reúnen en torno a las fiestas de agosto para reivindicar su origen.
La borrasca se acerca por el norte. El tiempo cambia de manera brusca, tenemos un viento en cola de más de 40 km/h que nos lanza a buena velocidad hacia Boñar. El problema será a la vuelta que tendremos el viento de frente, esperemos no llegar de noche...
Una de las peores visiones ahí arriba es precisamente, ésta. No se trata de una borrasca, si no de humo.
En este caso el incendio se había originado en Benavente y seguía, empujado por el viento, la ribera del Esla hasta más allá de su nacimiento en la montaña leonesa. Debajo se ve la urbanización de Mansilla del Esla.
Esta tarde, la piscina se quedó sola antes, porque alguien quiso ocultar el sol tras una cortina de humo.
En la montaña leonesa.
Entrando por la zona de Boñar hacia el pantano del Porma.
A la caída del sol de verano se aprecian más los relieves de la montaña. Al fondo se puede ver la cinta nubosa que cubre parte de Asturias.
Nos desplazamos hacia el Este para contemplar el pantano de Riaño. Se observa, en primer plano, la presa y cómo el agua del pantano se va alejando entre las montañas hasta llegar más allá del nuevo Riaño.
La montaña leonesa parece infinita y a cada paso encontramos fascinates vistas, obras de ingeniería fantásticas, pasos naturales casi imposibles...
El pantano del Porma a finales de agosto empiza a sentir el paso del estío y el gasto del riego y uso.
Y el puente de la autopista de Asturias, impresionante desde la carretera, fascinante desde lo alto una estructura digna de la ingeniería española.
La térmica de la Robla. Otra gran obra para alimentar de electricidad los hogares leoneses quemando el carbón de la montaña leonesa.
Hoy día parece que el carbón se acaba y que no es tan bueno como parecía. Tiempos en los que se miran más directrices europeas que los problemas de los habitantes de todos los pueblos que sólo disponen de la mina para existir.
Las hoces de Vegacervera. Desde aquí arriba no parecen tan angostas, pero se ve cómo las dos montañas tratan de encontrarse una a otra a costa de cerrar el escaso paso que queda para salir al valle.