Posiblemente lo más impresionante es subir por encima de las nubes en un día nublado. Durante el ascenso, cuando entras en la nube, todo se vuelve oscuro, es como conducir con niebla, pero sabes que no vas a encontrarte a nadie de frente.
Pero al salir de la nube todo cambia. El sol brilla, te pones las gafas de sol y... disfrutas.
El vídeo es corto. Es difícil grabar y pilotar a la vez. Pero la visión y la tranquilidad es digna de vivir.
El aterrizaje es una de las maniobras más delicadas. En este caso lleva el avión Carlos y yo, tranquilamente, grabo la secuencia. Así no pierdo detalle.
Por cierto, lo hace bastante mejor que yo. Por algo es mi instructor de vuelo.
La secuencia fue grabada en pleno verano. Se nota el campo seco y tomamos tierra en la pista 36 con una ligera brisa que soplaba, precisamente, del norte.
Desde abajo se ven las cosas distintas.
En este vídeo Eterio quiere verlo desde el suelo y llevar el momento en formato digital.
Yo estoy dentro. La verdad que es mucho más divertido desde el avión, pero nunca lo había visto desde fuera.
Gracias a Eterio que estuvo ahí abajo y, por supuesto, a Carlos que estaba conmigo arriba indicándome: suave..., nivela..., mete motor...., Villamarco juliet lima lima para toma final en pista uno ocho.