Hoy nos encontramos aquí reunidos para iniciar una experiencia de ejercicios espirituales en el contexto del Triduo Pascual. Como eslabones de una infinita cadena de testigos de Jesús Resucitado, estamos unidos a Él y entre nosotros por la fuerza de su cruz y su resurrección.
Jesús murió en la cruz y resucitó para darnos una vida nueva y llena de esperanza. Él es la fuerza que nos mueve, nos une y nos llama a llevar esa vida nueva a la familia humana de hoy. La soledad, el egoísmo, el dolor y la muerte no tienen la última palabra en nuestra existencia. La última palabra es la vida nueva de Jesús en nosotros, el Amigo cercano que nos une y nos hace estar juntos.
Durante este tiempo, Jesús nos quiere juntos en nuestra realidad concreta, como testigos y seguidores suyos, para ser capaces de reconocer el paso de Dios por nuestra vida. Él nos invita a ser levadura en la familia humana de hoy, acompañando e iluminando con su luz. La fuerza de su resurrección se nos da para que también nosotros la comuniquemos: ¡Cristo vive y está siempre con nosotros!
Este será el gran mensaje final de estos días de Pascua Joven. Los invitamos a abrir sus corazones y permitir que Jesús los llene con su amor y su luz. Durante este retiro, podrán reflexionar sobre su fe, compartir con otros jóvenes y fortalecer su compromiso como testigos de Jesús Resucitado.
¡No pierdan esta oportunidad única de encontrarse con Él y con ustedes mismos! ¡Vamos juntos a vivir esta experiencia de Pascua Joven!
Dispón el corazón
Déjate habitar por el Espíritu
Tómate tu tiempo
Camina sin prisa
Reflexiona
Escucha lo que El Señor te dice hoy
Responde
No te quedes en el diagnóstico
Al iniciar hagamos oración
Señor, haznos dignos de servir a nuestros hermanos y hermanas
que están junto a nosotros, que viven en la miseria y mueren de hambre.
Ayúdanos a darles hoy, con nuestras manos, su pan de cada día,
que sepamos dar nuestro amor misericordioso,
transmitiendo la paz y la alegría, ofreciendo vida nueva.
Señor, haz que busque más estar presente y bancar que abandonar y no ayudar;
comprender y escuchar, antes que enjuiciar y prejuzgar;