DisTanCiaMieNto fÍsiCo tEmpOreRo / SoLidaRidaD SocIaL y EcoLóGicA peRmaNentE
2000 al presente...
…Me crié entre la playa y los mogotes, entre gallinas y conejos, entre peceras y perros. Y con una familia que me enseñó esas cosas. Aprendí y gusté de mirar las estrellas, de soñar viajando entre algunas de ellas. Caminé (y me gustó), caminar por la arena. Pesqué de orilla con mi padre… Gusté de dibujar la naturaleza, de observarla, de estudiarla y de sentirla.
…no me recuerdo violento, aunque conocí la violencia; no me percibo abusador, aunque conocí el abuso de cerquita; no fui boxeador de callejón, aunque sentí de cerca la rabia...y los golpes… No me considero abusador con la naturaleza, aunque correteé gallinas y perros y fui ciego consumidor (aún despertando)… No conocía lo que era la paz, la armonía, la justicia o la equidad (los conceptos), pero sabía que debía existir alguna ‘bendita’ alternativa para enfrentar la dura vida en sociedad; su violencia, sus injusticias, sus desigualdades.
Sentía que debía existir una forma de llevar a la acción lo que tantas veces predicaron las religiones, lo que tantas veces modeló mi familia, las acciones que aprendí de seres maravillosos y maravillosas que la VIDA se encargó de colocar en mi camino, y que aún continúa. Estudié la vida (biología) y la forma de aprender (educación). Descubrí que los sueños son una guía, aunque a veces no se concreten; y que lo concreto no sería, si los sueños no lo dirigen…
Según Carl Sagan, somos polvo de las estrellas y nuestra conciencia ha estado presente desde los inicios del universo. Coincide Sagan con la idea elaborada sobre el universo por el teólogo brasileño Leonardo Boff, tal y como lo conocemos hoy día. Cada uno de nuestros tejidos y órganos está conformado por unidades elementales (moléculas y átomos) que a su vez se forman de partículas sub-atómicas que constantemente intercambiamos con el ambiente que nos rodea. Así que, desde nuestro origen, se podría decir que somos -lo viviente y lo no viviente- una conjunción de elementos e historias interrelacionadas, interconectadas e interdependientes (Lovelock, 1995).
De igual forma, esta investigación es un punto en el tiempo que conjuga años de formación, de experiencias personales, de anhelos, de ideas y ocupaciones, de rabias y desilusiones, de muchas personas y propuestas alternativas. Una primera instancia de canalizar estas inquietudes personales, a través del medio académico, fue el proyecto creativo de maestría: Ecopaz: Seminario-taller para la concienciación, educación y acción socio-ambiental (Muñiz, 2000). El propósito general del proyecto consistió en complementar el esfuerzo de la lucha ambiental que se desarrolla a nivel mundial y local, para alcanzar la armonía y paz con el medio ambiente y entre todos los seres vivientes. Principalmente, fundamentamos el proyecto en los principios promovidos por los movimientos mundiales de Educación Ambiental y Educación para la Paz. Nuestra metodología partió en aquel momento, de las concepciones pedagógicas del educador brasileño Paulo Freire. Dirigimos el esfuerzo a maestros y maestras, otros profesionales en educación, líderes comunitarios, religiosos, consejeros y trabajadores sociales, estudiantes universitarios y toda persona con interés en la ecología, el ambiente y la búsqueda de alternativas sustentables, armoniosas y pacifistas.
Nuestros esfuerzos iban encaminados a integrar y poner en práctica la Educación para la Paz, en Derechos Humanos y de la Niñez, y la Educación Ambiental como opciones armonizantes ante la situación socio-ambiental en Puerto Rico. En ese momento, consideramos que esta situación socio-ambiental compartida a nivel mundial se entrelazaba e interrelacionaba profundamente con aspectos sociales, económicos, culturales, políticos y ecuménicos. Y estos fueron considerados en la forma de atender dichas situaciones. Entre otros recursos didácticos, desarrollamos el Seminario-Taller, denominado Ecología para la Paz (Ecopaz), por el cual pretendimos concienciar sobre la problemática ambiental. Uno de los ecosistemas sobre el que iniciamos las experiencias del proyecto fue el bosque sub-tropical, abundante en nuestras islas borincanas. Partimos de la evaluación de nuestra posición y deber como seres humanos ante estos ecosistemas, a la vez que motivábamos la participación de todos y todas las integrantes en asuntos ambientales. Por medio de diversas experiencias educativas, auscultamos y provocamos, alteramos y generamos reacciones positivas, una acción-reflexión, una creación, una nueva visión problematizadora sobre situaciones ambientales pertinentes. Procuramos alcanzar la praxis a partir de diversas posibilidades e intereses, de modo que tuviera un efecto multiplicador en nuestros estudiantes, grupos, compañeros y compañeras o comunidades de trabajo.
La experiencia inicial del Seminario-taller, celebrado entre abril y mayo de 1999, tuvo continuidad; se replicó y rehizo en seminarios, talleres y presentaciones posteriores. En aquel momento, la chispa que generó todo el proyecto emergió de la experiencia, exposición y participación de las ideas y acciones compartidas desde el movimiento en pro de los Derechos Humanos y de la Niñez de la Organización No Gubernamental (ONG) Amnistía Internacional, Sección de Puerto Rico y de su Proyecto Educando para La Libertad, dirigido por la Dra. Anaida Pascual Morán[1]. Los Festivales de los Derechos de la Niñez proveyeron el espacio para incorporar actividades de sensibilización ambiental en conjunción con los Derechos de la Niñez.
Otro aspecto de motivación para esos años consistió en el insumo obtenido de los planteamientos pedagógicos del educador brasileño Paulo Freire, quien defendía la importancia del proceso de concienciación, reflexión-acción o praxis educativa. Además, Freire destacó la importancia del conocimiento previo de la alumna/o y de su contexto particular. Este es un enfoque mucho más sensible a la naturaleza y condición humana; y, ¿por qué no?, también con y para el entorno natural, el ambiente y la biodiversidad. Finalmente, e igualmente motivadora, cabe señalar la oportunidad de contar con la experiencia y mentoría académica del Dr. Fernando J. Noriega Castillo[2].
De ahí en adelante, otras opciones pedagógicas nutren esta génesis ecopacifista. Algunas de ellas son, la Ecopedagogía, la Educación Ambiental, la Educación para la Paz, movimientos internacionales y nacionales como Amnistía Internacional, asociaciones profesionales como la Cátedra UNESCO de la Educación para la Paz (UPR), grupos ambientalistas y de índole social (como lo fue el Grupo Universitario de Acción Ecológica -GUAE). También, las nociones educativas freirianas, los planteamientos hostosianos y de otras académicas/os y maestras/os puertorriqueños/as. Además, inciden en esta investigación las diversas experiencias profesionales compartidas en los años recientes.
[1] La Dra. Anaida Pascual Morán es catedrática de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico; autora de múltiples escritos y textos relacionados a la educación en y para los derechos humanos y el desarrollo de talentos, entre otros.
[2] El Dr. Fernando Noriega Castillo es profesor en la Facultad de Estudios Generales de la UPR, Departamento de Ciencias Físicas, Recinto de Río Piedras, autor de diversos artículos sobre educación general, evaluación y educación científica, entre otros.
La experiencia de trabajo representa una parte esencial en el proceso de creación del proyecto de maestría y esta disertación doctoral. Desde adolescente, tuve la oportunidad de colaborar con campamentos de verano para niñas y niños. Luego de obtener mi bachillerato como maestro de biología y ciencias en 1995, trabajé por tres años en el Centro de Recursos de la Sala de Ciencias de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras. Allí compartí experiencias con el componente de profesoras/es[3] de dicha área, además de iniciar mi exposición a la preparación de tareas instruccionales, talleres, seminarios y simposios, entre otras actividades administrativas y académicas relacionadas a la educación científica. De forma concurrente, comencé a colaborar con el Proyecto Puerto Rico Statewide Systemic Initiative (PRSSI), como recurso docente en el área de ciencias. Aquí, inicié mi contacto directo con la dinámica escolar a través de sus maestras/os. Para el 1997, comencé a colaborar con diversos proyectos con los que, además de pulir mis capacidades como profesor recurso en las áreas de matemáticas, ciencia, tecnología, administración y supervisión, pude entrar en contacto con diversas escuelas del país, profundizando en la cotidianidad y complejidad de la vida escolar. Esta experiencia nutre la motivación de canalizar el interés por crear alternativas curriculares que consideren plenamente el contexto escolar particular y puedan responder mejor a la multiplicidad de necesidades de manera eficiente.
Durante el 2do semestre 2003-2004, formé parte de una investigación etnográfica sobre violencia escolar, medioambiente, género y graffiti en una escuela de la comunidad en la Región Educativa de San Juan (Lugo, Vadi y Muñiz, 2003; SP). Esta investigación se extendió a una escuela al este de Puerto Rico con énfasis en la descripción de la dinámica escolar y las nociones de violencia presentes en esta comunidad de aprendizaje (Lugo, Vadi y Muñiz, 2005-2006). Más reciente, diversas experiencias han ampliado la visión y las posibilidades de este enfoque. Se destacan entre éstas:
enseñar a nivel de bachillerato los cursos de enseñanza de ciencias y matemáticas en la Universidad del Sagrado Corazón y en el campus de la Universidad de Puerto Rico en los Recintos de Río Piedras y Bayamón,
la enseñanza de evaluación e introducción a la investigación,
la Supervisión de práctica docente en ciencias en todos los niveles (Sagrado, UPR-Río Piedras),
la colaboración con maestros/as cooperadores de práctica docente,
así como el trabajo en conjunto con maestras/os de colegios privados en el área sur y central de Puerto Rico.
Cada una de estas experiencias nos acercó un poco más a la cotidianidad de una comunidad de aprendizaje y a las interacciones entre los diversos sectores que las componen: maestras/os, familiares o encargados, estudiantes, agencias gubernamentales, agencias privadas, empresas privadas, entre otros. Cada uno de estos grupos incide en la dinámica escolar relacionándose e interaccionando desde las actividades académicas, sociales, ecológicas, económicas, políticas, ecuménicas y cotidianas. Frente a este contexto, enfatizamos el papel del ambiente y la naturaleza desde diversos espacios, tales como los predios escolares y proyectos escolares y comunitarios relacionados a la educación ambiental. De igual manera, tomamos las actitudes cotidianas de las personas hacia el entorno natural y la biodiversidad en cuenta, así como las múltiples consecuencias de sus acciones. Cada una de estas instancias y eventos aportaron significativamente en la consecución de lo que es hoy la Praxis Educativa Ecopacifista (2011) y sus diversos productos didácticos y curriculares.
NOTA: Tomado del Proyecto de Creacion Praxis Educativa Ecopacifista de Enriquecimiento Curricular (2011).
[3] Entre el 1994 y 1997: Prof. Miriam Martínez, Prof. Gloria Aponte, Prof. Julio Rodríguez, Prof. Elena Maldonado, Prof. Betty Vega, Prof. Héctor Joel Álvarez, Prof. Antonio Rivas, Prof. Lizzette M. Velázquez y el profesor Edwin Crespo.