La educación a distancia ha supuesto un reto significativo para cursos que se dictan en laboratorios y espacios físicos similares. Por ello, se resalta la importancia de recurrir a recursos digitales y tecnológicos que cubran la carencia de los mismos, como los simuladores.

Es importante reflexionar sobre qué recursos son más adecuados para ciertas disciplinas, pues estas pueden ser muy diferentes entre sí y el proceso de aprendizaje podría hacerse más complicado de usarse el recurso inadecuado.

Además de ello, se debe considerar opciones que permitan al alumno manipular los materiales con los que trabajaría en clase (desde casa) y aprender de sus propios aciertos y errores, así como también los de sus compañeros.

Por ello, la socialización, el aprendizaje colaborativo, el feedback constante y oportuno, y la entrega de materiales necesarios son elementos clave para facilitar el aprendizaje de los alumnos en este tipo de cursos a distancia. De este modo, los alumnos se apropian de los conocimientos, logran solventar sus dudas, comparar sus trabajos con los de sus compañeros y se sienten más motivados a aprender más.