publicado diciembre 5, 2022
ROMANCE DE POLO
(a mi sobrino Basset Hound)
Pedro Luis Ferrer Montes
(A Ingrid y Eduardo)
Cuando me acuerdo de Polo
con sus orejas de alfombra
echado sobre la nube
que cubre la sala cómoda
—nube del cariño vasto,
celaje de su tutora—;
con su hocico prolongado
sobre el manto que desborda
su cama-cesta impregnada
de un equilibrado aroma;
cuando lo pienso, repaso
—caprichos de la memoria—
la longitud tricolor
de su pelambrera corta,
y lo traigo en el recuerdo
desde Madrid, sin demora,
hasta mi parque florido
donde me paso las horas
a merced de los recuerdos,
en la tarde venturosa.
Lo veo caminar despacio
con su estilo de persona.
Y aunque de sabuesa traza,
cuerpilargo en patas cortas,
con el hocico dotado
de un radar de fina esponja
que atrapa olores mundanos
circulantes por la onda...
él solo capta la miel
de la dueña que lo arropa.
No hay liebres en su rutina,
ni venados en su ronda,
ni faisanes sorprendidos
por su estirpe cazadora.
Más ecuánime que un rezo,
bosteza y vuelve a su gloria.
Parece un perro clonado
de un niño que duerme y flota.