publicado noviembre 18, 2022

EL PERENNE PELIGRO DE LA SOMBRA

Pedro Luis Ferrer Montes


La luz lleva consigo

el eterno peligro

de retrasar su cauce.

De todo lo que toca con su brillo,

se desprende un bautismo

de oscuro desenlace.

La sombra de la luz llega en la tarde

cuando la Tierra gira en su cilindro

y al astro rey evade.


¿La sombra que nos salva del estío?:

luz clemente de alivio

que ilumina la sangre.


Pero hay sombra encriptada como nimbo

de herrumbrosos metales

que encarnaron el filo

de «ensablados» gatillos

en burdas tempestades;

con las bolsas vidriosas

de viejos ventanales

que el estruendo deshizo.


La sombra en el embate

que aturde y obnubila

y emborrona el paisaje.


Aunque la luz destila

por todas las hendijas

y todos los fanales

que Natura propicia.


La sombra mortecina

de moldura mutante:

su espesor que renace

en cada tramo impío

donde se anega el valle;

en el fuego que lame

el guano del follaje.


Quien se adentra en su erío

pastando por su trillo,

se esfuma en el dislate

que disuelve el contraste

y el relieve infinito

del universo en trance.


De oscuridad, cenizo

puja un mundo indistinto

sin poros ni detalles:

nubarrón de la nada

que engulle cuanto grapa

con su molar ambiguo.


La sombra en el embate

que aturde y obnubila.


Aunque la luz conspira

por todas las hendijas

y todos los fanales

que Natura propicia.



20/12/2021