publicado abril 20, 2024


AMANECER


Escribir un poema 

al comenzar el día,

beberlo en el café que nos despierta 

con su aroma de rimas 

y remembranzas netas,

oxigena mi sangre a la deriva,

torrente río abajo en la infinita 

sed de visiones nuevas. 


Y compartir su trance,

manjar para los ángeles 

que nutren su existencia,

desafiando la piedra,

con la intención del arte. 


Echo mano al bolígrafo,

plástico manuscrito,

metafórica nave 

que me lanza al vacío,

sediento de infinito;

y voy trazando el cauce 

del poema que nace 

como un lienzo nutricio. 


Y así comienzo el día 

desbordante de hendijas 

que esparzo en mis sentidos. 


Marzo 30, 2024