Rodemack. Paisaje con vacas.
Rodemack. Paisaje con vacas.
LA VÍSPERA
(Paseo y preparativos)
«Sé que en el mundo hay dolor/
pero no es dolor el mundo» (canción Mariposa)
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Hoy amanecí descansado. Aunque suelo dormir profundamente unas seis horas, esta vez disfruté casi ocho. Bajé al salón de la sala comedor y eché mano a un plátano madurito que, desde el manojo, lanzaba guiños ineludibles. Y seguí con la mandarina, y la manzana, y las uvas... Súbitamente, Lena desciende silenciosa y, esbozando un «buenos días», se suma al fruticidio. Hasta que Nancy e Ismael irrumpen entusiastas con el convite a desayunar.
La mesa fue depositaria de un amplio arsenal alimentario que me espabiló el apetito contundente: rodajas de pan negro ensemillado, queso, mantequilla, embutido y jamón, leche, café, zumo... Y comenzamos a charlar y hacer chistes, mientras cada cual preparaba su bocadillo. Siempre me ha gustado que el trabajo sea bendecido por los alimentos. En Cuba era costumbre mía cocinar para mis músicos, compartir con ellos el placer de comer y conversar. Una buena parte de lo que ganaba lo invertía en crear esta energía positiva. Mi madre decía que «comer y compartir con los amigos trae buena suerte», y se gastaba lo poco que tenía convidando a casa a familiares y amigos.
Sin apuro, salimos con Ismael hacia Luxemburgo. Por el camino nos detuvimos un rato a tomarnos unas fotos en el semblante amarillo de un campo de colza. Posamos también para captar en el fondo las gruesas y enormes torres de una termonuclear, cuya energía algunos asumen como «la más sana del mundo», mientras otros la detestan y sustituyen, como Alemania, que está desmontando todas sus instalaciones y regresando al carbón.
Al llegar a Lux, Ismael nos mostró algunos puntos emblemáticos de la ciudad.
Entre una cosa y otra, recalamos en la Brasserie justo a la hora de almuerzo. Allí nos esperaban los dos alegres cocineros (Alexi y Perucho) que, además de saludarnos con alegría latina, nos personalizaron el menú. Después de la sobremesa y el cafecito, tomamos las guitarras (guardadas allí) y regresamos a Francia, con el deseo curioso de continuar el periplo, esta vez bajo la tutela de Nancy.
Pasamos por Mondorff, el pueblito francés-luxemburguez que mencioné ayer. Vimos la garita, ya inhabilitada, que antes controlaba el trasiego ciudadano. Luego, atravesamos la rústica y hermosa arquitectura de Putelonge. Finalmente, arribamos al pueblito francés donde estamos pernoctando, Rodemack, un asentamiento medieval que invita al sosiego y la fantasía.
Al concluir esta crónica, repasaré con Lena el programa que haremos mañana, 29 de abril, en Brasserie L'Arrêt. Termina el asueto.
Abril 28, 2023.
Garita inhabilitada en Mondorff
Antigua garita que controlaba el trasiego ciudadano en Mondorff, ciudad ciudad francesa-luxemburguez.
Campiña en Mondorff
Un pueblo, dos países
Mondorff
Rodemack
Con fondo termonuclear.
Rodemack medieval