CRÓNICAS –APUNTES DEL VAIVÉN
CRÓNICAS –APUNTES DEL VAIVÉN
Nuestro sobrino Basset Hound, clave en boca.
Con Ingrid y Eduardo
Un día de relajamiento
APUNTES DEL VAIVÉN
Pedro Luis Ferrer Montes
Ayer, 20 de abril, concluimos nuestra visita a Santiago. A las 20:00 h tomamos el tren hacia Madrid. Nuestro anfitrión colombiano, Zamo Tamay (artista excelente y amigo de los años) nos despidió en la estación, visiblemente acongojado por nuestra partida. Los días fueron pocos, pero hermosos e intensos de intercambio, trabajo y jolgorio. Compostela siempre nos concede una saludable carga energética.
La trayectoria de Santiago a Madrid sería de tres horas y veinte minutos. El tren llegó puntual (venía desde Orense). Unos pocos minutos para encontrar nuestro coche y subir el equipaje. Apenas nos sentamos, el tren emprendió la marcha. Lentamente, el escenario comenzó a desplazarse en crescendo, hasta que la velocidad nos disolvió la nítida precisión de los detalles.
El paisaje del atardecer resulta conmovedor, la gama de verdes, amarillos y azules primaverales, campos rigurosamente cultivados, pueblitos que asemejan escenarios de juguete, más limpios y coloridos que en las postales de turismo. Hasta que la noche irrumpe con su azogue y los ventanales del coche se tornan espejos. Entonces me dispongo a anotar mis impresiones.
En Madrid —terminal Chamartín— nos esperaba Ingrid, esposa de Eduardo, amigos entrañables, cuyo tradicional apoyo nos alivia infinitamente la movida. Esta vez, ella vino sola, para reservar espacio a nuestro nutrido equipaje. Eduardo —entusiasta y hacendoso como de costumbre— nos esperaba en casa, en compañía de Polo, nuestro sobrino Basset Hound —que nos recibió meneando la cola, ofreciéndonos sus juguetes caninos y su alegría contagiosa (creo que en estos días le crecieron más las orejas).
Después de comentar un rato las hermosas experiencias de Santiago y las peripecias del viaje, Ingrid nos sorprendió con un pollo asado que sabía a gloria. Aunque no acostumbro a cenar tarde, había apetito contundente.
Lo cierto es que pudimos descansar profundamente. Lena aún duerme. Eduardo acaba de imponerme un pozuelón de frutas con yogurt; y un cafecito que abre el día, y revive mi colada en La Habana. ¡Qué bueno tener hermanos!
Ahora, unos días de asueto, y a Luxemburgo.
Madrid, abril 21, 2023
Un saludo musical
Consultando con Polo