publicado abril 20, 2024


EL COMECACA

Pedro Luis Ferrer Montes


Hoy en la mañana —mientras revisaba y escogía lo más importante, entre el exceso de correspondencia comercial que llega a mi buzón—, me venían a la mente algunas vivencias ligeras que, no obstante, han sido aleccionadoras.


No voy a revelar la identidad del personaje en cuestión, pues no respeto a quienes se dedican a desacreditar al prójimo; ni lo creo necesario para mostrar la esencia de mi relato.


Una vez, estando en los estudios Abdala de La Habana, un personaje famoso, llamémoslo Mamerto, se acerca a la mesita de la cafetería donde yo merendaba un bocadillo. Sin pedir permiso, se sienta, inhalando y exhalando un llamativo tabacón.


—¡Qué va, estos no están como los del año pasado —exclama Mamerto, con la intención de crear curiosidad. No obstante, todos permanecimos en silencio, observándolo como en una puesta en escena.


Al ver nuestro desinterés en el asunto, continuó: — Fidel siempre los tira buenos, pero este año no están a la altura de siempre. Aunque los de García Márquez sí están insuperables... Así que voy a averiguar qué pasó este año con mis Cohíbas  —dice y sobreactúa el placer de fumarse un portentoso ejemplar en jefe.


Hay que ser comemierda para querer restregar en la cara de unos humildes colegas de profesión, la supuesta cercanía con el poder; pavonearse con el sistemático recibo de cohibas desde «la oficina del comandante». Lo mismo hizo otro come heces, con unos pavos que supuestanente Fidel enviaba a fin de año. A este último, se me ocurrió decirle jocosamente: —¡Ah, pues voy a reclamar con carácter retroactivo todos los que nunca me han enviado, a ver si pongo una pollería!


Recordemos una jocosa décima de mi padre Rodolfo:


Federico el comemierda

que llega tarde al colegio,

anda con el  privilegio

de lo poco que se acuerda.

Practica la misma cuerda

que le enseñó su papá,

que comiendo mierda está

desde el día que nació;

y ya su abuelo avisó

que hay mierda en el más allá.


Florida,  abril 6, 2024