Para empezar la oración de hoy, piensa, siendo consciente de que Dios acoge amorosamente todos tus pensamientos, en uno de los propósitos que tienes este curso: estudiar todos los días, hacer más deporte, visitar o llamar más a los abuelos...

Después de pensarlo, escucha la siguiente canción y presta atención a la letra (si no veis bien los subtítulos, alguien de la clase los puede leer).

A veces nos distraemos con enfados o cosas superfluas (sin importancia) y necesitamos que los amigos y las amigas que tenemos cerca nos recuerden nuestros propósitos, quiénes somos y para qué estamos hechos.

Por eso, comparte con el compañero que tienes al lado tu propósito de este curso y pídele que te lo recuerde cuando te vea “de bajón”.

Todo esto, Dios, lo ponemos en tus manos.