¿Por qué tantos campesinos de Latinoamérica, África o Asia, no pueden salir de la pobreza a pesar de que trabajan hasta el agotamiento?
Muy a menudo se debe a que los intermediarios que les compran los frutos de la tierra no están dispuestos a pagarles casi nada por ellos (entonces, deben elegir entre esa miseria que les ofrecen, o nada).
Sin embargo, estos intermediarios que los compran y transportan, cuando los venden a las tiendas o a los consumidores, lo hacen a precios muy altos. ¿Te parece JUSTO que las ganancias no las obtengan quienes trabajan la tierra o el ganado, en duras condiciones de vida, y en cambio, la mayor parte de beneficios se los lleven los intermediarios?
Además, con frecuencia, los territorios productores pierden sus bosques, su riqueza natural, o ven sus aguas contaminadas, a causa de necesitar más y más producción para subsistir.
Para evitar esto, diversas asociaciones, como Intermón-Oxfam, Cáritas... (muchas de ellas, católicas), están promoviendo el COMERCIO JUSTO.
El próximo sábado es el Día Internacional del Comercio Justo. Existe una Organización Mundial del Comercio Justo formada por 324 empresas, que garantizan, entre otros compromisos:
Salarios adecuados para los productores y condiciones de trabajo dignas
Ausencia de trabajo infantil
No discriminación, equidad de género y libertad de asociación (permiten sindicatos)
Respeto por el medio ambiente
Hoy pedimos a Dios que nos haga a todos más CONSCIENTES (recuerda: una palabra muy ignaciana y propia de Piquer) de esta situación, para que podamos COMPROMETERNOS eligiendo los productos de Comercio Justo siempre que nos sea posible.
Y damos gracias por todas las personas que trabajan para promocionar la JUSTICIA de este modo SOSTENIBLE y SOLIDARIO. Por ejemplo, quienes atienden en los comercios de Intermón-Oxfam, son voluntarios que dan gratuitamente su tiempo.
TODO ESTO, DIOS, LO PONEMOS EN TUS MANOS