¿Alguna vez te has notado enfermo, o muy agobiado y has tenido la suerte de que alguien se encargue de atenderte en todo para que te puedas sentir más tranquilo?
Podéis contar al compañero de al lado, en 30 segundos, qué os pasó y quién os cuidó...
¿No es una suerte contar con alguien así? Escucha esta canción atentamente y mientras tanto, lee la letra que tienes a continuación...
Si el sudor me come vivo
Y me cuesta sonreír
Si se suman mis caídas
A propósito sin fin
Si me arden en los ojos
Mil millones de porqués
Si me ahogan muchos pocos
Ocúpate Tú de todo
Si me aprietan los bolsillos
Y no cabe mi reloj
Si prometo y no consigo
Recordar mi vocación
Si me cambian las estrellas
Por un tubo de neón
Si parece que estoy solo
Ocúpate Tú de todo
Cruces solitarias
Flores artificiales
Listas arrojadas al arcén
Brisas sin caminos
Horizontes en clave
Naufragios sin voz ni voto
Ocúpate Tú de todo
Oh, oh, oh, oh-oh, oh, oh, oh-oh-oh
Oh, oh, oh, oh-oh, oh, oh, oh-oh-oh
Si me arden en los ojos
Mil millones de porqués
Si me ahogan muchos pocos
Ocúpate Tú de todo
Si parece que estoy solo
Ocúpate Tú de todo
¿Quién es ese "Tú" escrito con mayúscula que siempre va a estar ahí, acogiéndonos con cariño, acompañándonos y dándonos ánimo y fuerza, pase lo que pase a lo largo de nuestra vida?
Solo tenemos que dejarnos querer. En el Evangelio se nos anima a ello: "Venid a Mí, los que estéis cansados y agobiados, que Yo os aliviaré" (Mt, 15:25)
TODO ESTO, DIOS, LO PONEMOS EN TUS MANOS