Propósito para este año: estudiar desde el primer día

Que levante la mano el que alguna vez no ha dicho eso de: «El año que viene empiezo a estudiar desde el primer día». Luego llega el año que viene y vuelves a lo de siempre: dejar para el final la parte más pesada del estudio; empiezas con bastante pereza, y vas apretando a medida que pasan los meses y los exámenes se aproximan. Hasta que te pilla (o casi) el toro, y entonces, cuando combinas agobio, y la preocupación por los resultados, vuelves a decir aquello de "el año que viene…", o "en la próxima evaluación"...

Tú, ¿para qué haces los deberes y tareas?... Alguien que responda con turno de palabra...

Y es que, en realidad, más que estudiar para aprobar las materias, o para que tu familia no te regañe por recibir carta negativa, lo estupendo sería estudiar para FORMARSE, APRENDER, CRECER… y sabiendo que es una OPORTUNIDAD.

Tienes por delante un curso en el que, quizás, tu única responsabilidad es aprender. Lo que en muchos lugares pobres del  mundo es un lujo y un éxito logrado a base de muchos sacrificios personales y familiares, a veces en países como el nuestro no se valora lo suficiente por darlo por sentado.

Mira al pequeño Daniel Cabrera, de 9 años (Filipinas), que tiene que hacer sus deberes en la calle a la luz de un Mc Donald, porque en su casa no hay electricidad.

 Pero, ¿no es una oportunidad? Así que, ¿qué propósitos caben respecto a los estudios en un año? Quizás: no quejarse de más, tener la curiosidad y ambición intelectual de leer o formarte más allá de lo que escasamente te piden los profes, levantar de vez en cuando la mirada hacia la meta y preguntarte qué formación necesitas para desempeñar tu vocación, lo que estás llamado a ser en un futuro; ser protagonista, y no espectador de tus estudios… todo eso, sí, desde el primer día.

Dios nos anima a aprovechar las oportunidades.

TODO ESTO DIOS, LO PONEMOS EN TUS MANOS